“Cuando se cumplieron los días de su purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones» (Lc 2, 22-24).
Me ha hecho bien pensar que María, con Jesús, el verdadero cordero de Dios en brazos, recuerda a la zarza de Abraham en la que el patriarca encuentra el cordero para el sacrificio que iba a ofrecer, en sustitución de su hijo Isaac. Esta imagen es la razón por la que José y María llevan como ofrendas de rescate dos tórtolas, iban con el verdadero Cordero.
También me ha hecho bien la interpretación de las palabras del anciano Simeón a María: “Una espada te atravesará el alma”; “gracias a ti se levantará la espada”. Gracias a tu maternidad, María, y al Hijo de tus entrañas, podemos de nuevo entrar en el jardín del paraíso.
Hoy es la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. En la presentación del Niño Jesús en el templo se desea sumar a tantos que quieren vivir a la manera de Jesús y de María, su madre, consagrados a Dios. Es día en que cada uno podemos encender la candela para alumbrar, por el testimonio de la fe, esta hora, en la que parece que se oscurece el sentido trascendente de la vida.
¿Te sientes luz?