“«Hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo, por boca de David, había predicho, en la Escritura, acerca de Judas, el que hizo de guía de los que arrestaron a Jesús, pues era de nuestro grupo y le cupo en suerte compartir este ministerio. Es necesario, por tanto, que uno de los que nos acompañaron todo el tiempo en que convivió con nosotros el Señor Jesús, se asocie a nosotros como testigo de su resurrección. Y rezando, dijeron: «Señor, tú que penetras el corazón de todos, muéstranos a cuál de los dos has elegido. Les repartieron suertes, le tocó a Matías, y lo asociaron a los once apóstoles.” (Act 1, 16-17.21.13.26)
Hay momentos en los que uno desea no imponer su criterio, sino que se cumpla la voluntad divina. De manera especial en situaciones de crisis viene a los labios la oración: “Hágase tu voluntad”. Precisamente, esta semana estamos rezando, con toda la Iglesia, para no dejarnos llevar por los propios impulsos, sino por la voluntad de Dios.
“El don de entendimiento, para que comprendáis a fondo la Palabra de Dios y la verdad de la fe.” (Benedicto XVI, Visita Pastoral a Milán, 2 junio, 2012) “El entendimiento permite «intus legere», es decir, «leer dentro»: este don nos hace comprender las cosas como las comprende Dios, con el entendimiento de Dios” (Francisco, Audiencia, 30 de abril, 2014).
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos. (Secuencia de Pentecostés)