"Los poderosos países árabes exportadores de petróleo no van a votar contra sus intereses" Laudate Deum y la COP28
Resulta muy actual por preceder solo con un par de meses la 28 Conferencia de la ONU sobre el cambio climático (CMNUCC), más conocida como la COP28 (28 Conferencia de las Partes de la Convención), celebrada en estos días y que ha reunido a los líderes de gobiernos, negocios, ONG y sociedad civil para alcanzar soluciones concretas a una problemática decisiva actual: el cambio climática que amenaza el equilibrio de la Tierra y nuestras vidas con él
La exhortación concluye con una llamada a la “reconciliación con el mundo que nos alberga”, a caminar en comunión y compromiso, juntos, por una relación digna con la creación. Y lo hace con una llamada muy práctica: “Evitar entre todos un aumento de una décima de grado en la temperatura global, suficiente para evitar algunos sufrimientos a muchas personas”
| Victorino Pérez
La encíclica Laudato si’ del papa Francisco ha sido una auténtica bomba para el magisterio eclesiástico, para la vida de la Iglesia y para la sociedad de su tiempo, por eso tuvo el enorme eco positivo internacional y, a la vez, recibió algunas duras críticas, como he escrito hace tiempo en este blog (“Laudato Sí, una encíclica única y revolucionaria en la historia del Magisterio de la Iglesia” 1-4: 15/06/2020, 19/06, 26/06, 04/07). Fue tan sumamente rica e innovadora que no cabía esperar nada mejor. Y así sido; aunque Francisco publicara hace un par de meses la exhortación apostólica Laudate Deum, que quiso ser una actualización y ampliación de su encíclica ecologista. Este texto no dice nada nuevo de importancia, pero resulta muy valioso por volver con valentía sobre cosas que había dicho en la encíclica: “Con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre”. Y por aparecer precisamente en este momento.
Resulta muy actual por preceder solo con un par de mesesla 28 Conferencia de la ONU sobre el cambio climático (CMNUCC),más conocida como la COP28 (28 Conferencia de las Partes de la Convención), celebrada en estos días y que ha reunido a los líderes de gobiernos, negocios, ONG y sociedad civil para alcanzar soluciones concretas a una problemática decisiva actual: el cambio climática que amenaza el equilibrio de la Tierra y nuestras vidas con él. Francisco había pensado estar también presente, pero no pudo hacerlo por consejo médico.
El papa era claro y rotundo en su exhortación Laudate Deum: “Es indudable que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas. Sentiremos sus efectos en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas, etc.”. Pero parece que no le han hecho mucho caso. En realidad, a pesar de algunas palabras valientes que hemos oído –y me alegra que algunas fueran de representantes españolas- el fracaso de la cumbre estaba garantizado desde el principio precisamente por el lugar en que se hizo: Dubai, de los Emiratos Árabes Unidos y centro del más importante emporio petrolífero, que financia este encuentro y otros eventos con sus petrodólares para lavar la cara. Como dicho alguien, era como poner al zorro a cuidar las gallinas. Los poderosos países árabes exportadores de petróleo no iban a votar contra sus intereses, por muy dramáticas que se presentaran las cosas para el sufrido planeta Tierra.
La COP28
Las noticias que nos han ido llegando de esa cumbre son alarmantes. Solo recojo algunas:
- La ciencia es clara: para mantener un clima soportable, se debe reduciryala producción de carbón, petróleo y gasy triplicar la capacidad de energía renovable (eólica, solar, hidráulica y geotérmica) antes del año 2030. Al mismo tiempo, se requiere un aumento sustancial de la financiación para la adaptación e inversión en resiliencia climática. Pero cada año se invierten siete billones de dólares en actividades que alimentan el cambio climático; lo que supone una cantidad 30 veces superior a la que se gasta anualmente en soluciones verdes y un 7% del PIB mundial, según señala un informe de la agencia de medio ambiente.
- Pero con esta nueva cumbreno se va a conseguir el objetivo principal que es salvar el aumento de 1, 5 grados, lo que puede ser una catástrofe para el planeta, porque no se va a reducir el consumo de los combustibles fósiles, los que más contaminan. A todo más, se habla en el borrador del documento final de “reducir su uso”. La misma Unión Europea manifestó su “decepción” por las conclusiones a este respecto; y para los ecologistas el texto es un insulto y un fracaso para la situación grave en que estamos, pues da falsas soluciones, que no incluyen la descarbonización real. Contrariamente, el secretario general de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que dominaron la cumbre, Haitham Al Ghais, mandó la semana pasada una carta a varios Estados miembros pidiendo que “rechacen proactivamente” en las negociaciones cualquier acuerdo relacionado en los combustibles fósiles.
- De ese freno a los combustibles fósiles se van a encargar los países exportadores de petróleo junto con los lobis internacionales relacionados con la industria de los combustibles fósiles. En España: Iberdrola (que fue la entidad española que más gente llevó a la COP28), Repsol, Cepsa, Inditex, Banco Santander y BBVA, son, entre otras, las empresas españolas presentes en Dubái. Parece que la cumbre del clima bate este año récord de lobistas; solo las personas ligadas a empresas españolasson cerca de un centenar. Con ellos muchas empresas petroleras y contaminantes internacionales como BP, Shell, Exxon, Ecopetrol, Gazprom, Chevron, Equinor… Grandes bancos y financieras como Bank of America, Barclays, HSBC,JPMorgan… Otras empresas como Amazon, Microsoft, Siemens… Y grandes fabricantes de coches como Mitsubishi, Ford, Volvo, Volkswagen, etc. Este año han solicitado acreditación presencial 97.372 personas –con el enorme gasto y contaminación que suponen sus aviones y sus jets privados-; el doble de la que se desplazó a Sharm El-Sheikh (Egipto) para la COP27 del año pasado; la primera COP, celebrada en Berlín en 1995, contó con tan solo 3.969 asistentes... Acuden más empleados de la industria fósil que delegados de las diez naciones más vulnerables al clima juntos (1.509). Emiratos Árabes Unidos fue el país con la delegación más grande (4.409 participantes) y los que menos personal han llevado han sido Nicaragua (6) y Eritrea (7).
- El Sultán Ahmed Al Jaber, ministro de Industria y consejero delegado de la empresa petrolera estatal de Emiratos Árabes, fue nombrado presidente de la cumbre del clima. Es un ejecutivo petrolero calificado como “retardista climático”; es decir, aquellas personas que, si bien no niegan el cambio climático, sí obstruyen o retrasan toda acción urgente contra el calentamiento global. Entre las lindezas que dijo estos días está esta: “No existe evidencia científica de que el descenso progresivo de combustibles fósiles ayude a alcanzar el objetivo de no sobrepasar un incremento de 1,5º C, establecido en el Acuerdo de París”.
- Con este plantel, no extraña que sean poco escuchadas palabras valientes como las del secretario de la ONU António Guterres, cargando contra las empresas por la crisis climática: “La humanidad ha abierto las puertas del infierno”; “Necesitamos un plan de acción climática decisivo que permita respetar el límite de 1.5°C y proteja a los más afectados por la crisis climática”. O las de la ministra española Teresa Rivera: “El último borrador presentado por la presidencia de la COP28 es claramente insuficiente con elementos que son inaceptables”. Y las palabras contundentes de Yolanda Diaz: “El acuerdo que propone la presidencia de la COP28 va en contra del desafío que tenemos como humanidad. No podemos estar al servicio de unas élites a las que no les importa el desafío climático”.
La Laudate Deum
¿Cuáles fueron las palabras del papa poco antes de esta cumbre? Francisco manifiesta en la exhortación su hartazgo: basta de poner “remiendos” al cambio climático; necesitamos soluciones reales para “nuestro sufrido planeta” y sus consecuencias para los más débiles. Pues hay una relación estrecha entre el cuidado de la casa común y la dignidad humana, las consecuencias del cambio climático tienen un fuerte impacto sobre la vida de las personas.
El texto no es largo, 73 puntos breves, organizados en seis capítulos:
1) “La crisis climática global”. El papa advierte que el cambio climático es innegable y sus efectos se hacen cada vez más evidentes “a pesar de algunos intentos de minimizarlos o ridiculizarlos”. Y, para colmo, “pareciera que la culpa es de los pobres. Pero la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre”.
2) “Elparadigma tecnocrático” que está detrás del proceso actual de degradación del ambiente, un tema del que tanto habló en la Laudato si’. La naturaleza no es un recurso a explotar sin fin, la ambición desmedida no es sostenible éticamente. “El paradigma tecnocrático se retroalimenta monstruosamente”.
3) “La debilidad de la política internacional”. Se destaca la urgente necesidad de la cooperación global a través de nuevos acuerdos multilaterales entre los Estados porque los enfoques actuales son insuficientes. Francisco denuncia que es “lamentable” que las crisis mundiales sean “desaprovechadas”, cuando serían “la ocasión para provocar cambios saludables”. Se trata de recuperar un “multilateralismo desde abajo”, que no sea decidido por las élites del poder.
4) “Las conferencias sobre el clima”. Están más marcadas por fracasos que por avances, por lo que Francisco denuncia y alienta a superar las posturas egoístas de los países; particularmente habla de “la decepción de la COP25 de Madrid (2019)”. Francisco hace un repaso de las cumbres del medio ambiente que se han celebrado, desde Río de Janeiro (1992) hasta Sharm El Sheikh (2022): “Los acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación porque no se establecieron adecuados mecanismos de control, de revisión periódica y de sanción de los incumplimientos”.
5) “¿Qué se espera de la COP28 de Dubai?”. “Terminemos de una vez con las burlas irresponsables que presentan este tema como algo sólo ambiental, 'verde', romántico, frecuentemente ridiculizado por los intereses económicos”, dice Francisco. Pone el foco en esta nueva cumbre medioambiental, deseando que dé lugar a “una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente”. Es necesario superar “la lógica de emparchar, colocar remiendos, atar con alambre, mientras por lo bajo avanza un proceso de deterioro que continuamos alimentando.
6) “Las motivaciones espirituales”. Francisco hace un llamamiento a reaccionar, particularmente por parte de las personas de todas las confesiones religiosas, teniendo en cuenta “las motivaciones que brotan de la propia fe”: “La responsabilidad ante una tierra que es de Dios implica que el ser humano, dotado de inteligencia, respete las leyes de la naturaleza y los delicados equilibrios entre los seres de este mundo”. “Si el universo se desarrolla en Dios, que lo llena todo, entonces hay mística en una hoja, en un camino, en el rocío, en el rostro del pobre”. “Alabad a Dios”, porqueun ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo.
La exhortación concluye con una llamada a la “reconciliación con el mundo que nos alberga”, a caminar en comunión y compromiso, juntos, por una relación digna con la creación. Y lo hace con una llamada muy práctica: “Evitar entre todos un aumento de una décima de grado en la temperatura global, suficiente para evitar algunos sufrimientos a muchas personas”.
Esto supone necesariamente una limitación drástica del uso de combustibles fósiles. Una apelación directa a la COP28, que hasta ahora ha sido poco oída.
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