un viejo proyecto franquista que había quedado sin construir por el excesivo coste que suponía Estatua gigantesca del Sagrado Corazón en Vigo: Una obra escandalosa e innecesaria
"El culto al Sagrado Corazón de Jesús es hoy un anacronismo y cosa de una época pasada, en la que se utilizó esa imagen de Jesucristo como emblema de discordia, más que de concordia"
Los golpistas del 36 utilizarían la advocación para justificar su “cruzada” contra los “ateos republicanos”
"Resulta evidente que hay hoy mejores maneras, más fieles al proyecto de Jesús, de utilizar los más de 100.000 euros de dinero público que va a suponer su coste; un presupuesto inicial que se duplicará o triplicará si llega a realizarse"
"El Ayuntamiento de Vigo –del PSOE- y la Diputación –controlada también por los socialistas- apoyan económicamente la construcción"
"Resulta evidente que hay hoy mejores maneras, más fieles al proyecto de Jesús, de utilizar los más de 100.000 euros de dinero público que va a suponer su coste; un presupuesto inicial que se duplicará o triplicará si llega a realizarse"
"El Ayuntamiento de Vigo –del PSOE- y la Diputación –controlada también por los socialistas- apoyan económicamente la construcción"
| Victorino Pérez, teólogo
Hace unas semanas, la prensas gallega difundió una nota de la Iniciativa Gallega por la Memoria histórica (IGM), en la que señalaba el escándalo que suponía que el Ayuntamiento de Vigo –del PSOE- y la Diputación –controlada también por los socialistas- apoyaran económicamente la construcción de una escultura gigantesca al Sagrado Corazón de Jesúsen lacapilla del monte da Guia de Vigo. Se trataba de un viejo proyecto franquista que había quedado sin construir por el excesivo coste que suponía.
Suponía una bofetada para las víctimas del franquismo, pues el sagrado Corazón era un símbolo de la “Cruzada”, y otra no menos grave para la ciudadanía por el enorme gasto que suponía para las arcas públicas en este momento de crisis, en el que los más débiles lo necesitaban aún más. La noticia me sugiere algunos comentarios al respecto.
En primer lugar, aunque la parroquia de san Salvador de Teis, a la que corresponde la capilla, supongo que estará implicada en la posible costruccion de la escultura del monte da Guia (imagen de esta en la foto de al lado), esa megaescultura no parece un servicio a la fe cristiana, sino lo contrario. El culto al Sagrado Corazón de Jesús es hoy un anacronismo y cosa de una época pasada, en la que se utilizó esa imagen de Jesucristo como emblema de discordia, más que de concordia.
Históricamente nació para hacerle frente al laicismo de los siglos XIX y comienzos del siglo XX, sobre todo por el éxito de la revolución rusa. En ese 1919 dentro de un marco reaccionario, Alfonso XIII consagra España al Sagrado Corazón. Ya el carlismo había adoptado el Sagrado Corazón de Jesús como bandera en el XIX, cuando el ala autodenominada “integrista” resumía su programa político con la voluntad de conseguir “el reinado social de Cristo-Rey”. Alfonso XIII equiparará ese reinado á monarquía absoluta; y años después de esa “consagración”, inaugurará un monumento gigante en su honra en el Cerro de los Ángeles (Getafe-Madrid); destruido en los años de la República y edificado de nuevo por el franquismo e inaugurado en 1965 (en la foto de abajo).
En 1923 se edificó también una estatua colosal del Sagrado Corazón de Jesús en la cúspide de la torre de la catedral de Valladolid; porque Valladolid había sido el lugar de origen de aquella devoción en España tras las visiones y la promesa recibida por el padre Bernardo de Hoyos en el siglo XVIII. Aunque su origen está años antes en las visiones de santa Margarita Mª de Alacoque y la basílica que se construyó en Paray-le-Monial (Borgoña, al sur de Paris).
Luego se inaugurarían otras imágenes semejantes en otros lugares de España; como la del templo expiatorio del Tibidabo en Barcelona, el del monte Urgull en San Sebastián, el monumento de la plaza del mismo nombre en Bilbao, el Cristo del Otero en Palencia, el del cerro del Socorro de Cuenca, etc.; una de las últimas es el del monte Naranco de Oviedo (1980). Gómez Román diseñó en 1951 la faraónica obra para Vigo que no llegará a culminarse por su alto coste, quedando la iglesia con su torre en un tamaño más reducido.
Los golpistas del 36 utilizarían la advocación para justificar su “cruzada” contra los “ateos republicanos”. El simulacro de fusilamiento del Sagrado Corazón en el Cerro de los Ángeles –por unos oscuro asesinatos días antes- hizo que éste quedara definitivamente como símbolo de la lucha contra el bando republicano. Ondeará en las banderas de los Requetés y muchos combatientes franquistas lo llevarán bordado en el uniforme con la palabra “detente”.
Como gallego, la noticia del proyecto de Vigo me trajo rápidamente a la memoria las palabras de Castelao en Sempre en Galiza, que traduzco: “Los clericales [españoles] ponían en la puerta de su casa una efigie del Corazón de Jesús estampada en hojalata. Y dentro del hogar vivían acochambrados con los siete pecados capitales” (196). Es necesario precisar que, las generalizaciones muchas veces son odiosas y lo cierto es que mi familia, como otras muchas familias cristianas, eran buena gente y no vivieron esa advocación, muy querida para ellos, de esa forma tan políticamente partidista y manipulada, sino en fidelidad a las supuestas palabras que Jesús le dijo a Margarita Mª de Alacoque: “Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada. Pondré paz en sus familias”.
Teniendo en cuenta esta utilizacion del Sagrado Coerazón desde la Guerra Civil, con razón una comentarista gallega habló del “escándalo mayúsculo” que supone el hecho de que dos instituciones presididas por el PSOE destinen dinero público a esa escultura de una imagen utilizada por el franquismo como símbolo de combate contra las ideas que teóricamente defienden e por las que los persiguieron. Y la IGM denuncia en su comunicado citado al comienzo de estas líneas la ignominia que la obra supone para las familias de las víctimas del franquismo.
En segundo lugar, pienso que ese apoyo del Ayuntamiento vigués –conocido en toda España por tener un alumbrado navideño más grande que el de ninguna ciudad de su tamaño y más- al monumento forma parte no de una fe cristiana honestamente vivida, sino de la megalomanía de su alcalde. Por eso, me decía un amigo cura de esa diócesis: “Lo más importante para el alcalde es que el monumento tenga al menos un metro más que la torre de Hércules…”, símbolo de la ciudad gallega con la que está en perpetua competencia: A Coruña.
Y en tercer lugar, resulta evidente que hay hoy mejores maneras, más fieles al proyecto de Jesús, de utilizar los más de 100.000 euros de dinero público que va a suponer su coste; un presupuesto inicial que se duplicará o triplicará si llega a realizarse.