Argüello: "Más valioso de lo que pueda suponer la Semana Santa al PIB del estado, es lo que pueda ofrecer" "Creer genera cultura. Decir 'Dios Padre', asumir los Mandamientos, salir a la calle, genera una propuesta cultural"

Luis Argüello y su conferencia inaugural
Luis Argüello y su conferencia inaugural

"La Iglesia del siglo XXI quiere configurarse en Sínodo, evangelizar juntos, con un reto: evangelizar las culturas, las propias de esta época, la del siglo XXI"

"Había una secreta aspiración de los laicos a poder organizar su vida, tener sus propias tallas, sus propias casas de hermandad, para poder caminar con una autonomía laical en un mundo tan clerical"

"Que "nuestras semanas santas son de interés turístico, pero si no tiene debajo culturas y cultura, tiene el riesgo de ser sometido a las reglas de los juegos de mercado propios de cada época""

"La Iglesia del siglo XXI quiere configurarse en Sínodo, evangelizar juntos, con un reto: evangelizar las culturas, las propias de esta época, la del siglo XXI". Luis Argüello se puso el traje de profesor durante la primera conferencia del XXXV Encuentro Nacional de Cofradías de Medina del Campo, con una jugosa conferencia, casi sin papeles, en el que repasó las distintas "crisis" que ha vivido la Iglesia, y cómo la religiosidad popular, dentro de la llamada a la Reforma y la Conversión, ha sido fundamental para el cuidado "del pueblo de Dios".

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Medina, capital del mundo en la época de Isabel la Católica, vivió en el siglo XVI, vivió un protagonismo de las cofradías, aunque también de los clérigos. "La vida de los laicos asociados en hermandades y cofradías muchas veces camina de manera paralela", algo que se ha mantenido hasta nuestros tiempos, "con dificultades de relación entre hermandades y párrocos". "Había una secreta aspiración de los laicos a poder organizar su vida, tener sus propias tallas, sus propias casas de hermandad, para poder caminar con una autonomía laical en un mundo tan clerical", glosó el presidente de la CEE.

Y desde ahí, un posicionamiento válido para hoy: "Creer genera cultura. Decir juntos 'Padre Nuestro' genera cultura, asumir los Diez Mandamientos como criterio de lo que nadie duda (nadie dudaba, añadió), con evidencias como No robarás, No matarás, No mentirás, Honrarás a tu padre y a tu madre... Tenemos claro que esta es una referencia ética insoslayable... celebrar el culto, salir a la calle, genera la propuesta cultural básica"

"¿Qué hacer con las lágrimas y con las risas, cómo organizar las fiestas y el duelo? Ahí hay un humus cultural básico y transversal", trazó Argüello. Desde ahí, "aparecen las culturas distintas"."La cultura que se hace culturas genera productos culturales: imágenes, tallas, maneras de procesionar, estética, cantos... es desde el producto cultural que es puesto en valor de manera económica", recalcó, apuntando que "nuestras semanas santas son de interés turístico, pero si no tiene debajo culturas y cultura, tiene el riesgo de ser sometido a las reglas de los juegos de mercado propios de cada época".

"Por eso, hay algo más que asociación cultural de interés turístico", incidió. "Es una hermandad es una comunidad cristiana, forma parte de la Iglesia, quiere ofrecer una cultura, una forma de vida, basada en el Mandamiento Nuevo y en la Misericordia". 

Argüello, durante su intervención
Argüello, durante su intervención

En este siglo XXI, dicho desafío continúa vivo: "¿cómo poner en coloquio cultura, culturas y producto cultural? ¿Puede seguir la fe generando cultura?". "No es una respuesta sencilla, porque a veces se nos dice que queremos volver a la Cristiandad, y esa es época pasada. Pero eso no significa que haya dejado de tener vigor la propuesta de una fe que se hace cultura", propuso Argüello, quien insistió en que "más valioso de lo que pueda suponer la Semana Santa al PIB del estado, es lo que pueda ofrecer de genuina cultura, de hombres y mujers que dicen Padre, que miran a jesús camino del calvario, subido al madero y perdonando, que tienen en los diez mandamientos y en el mandamiento nuevo una permanente referencia ética, y que creen que la fraternidad y la amistad civil son imprescindibles para una comunidad organizada".

Vivimos en un tiempo de una sociedad secularizada, pero también en un tiempo post-secular. Lo que quiere decir que, ante la nostalgia que tenemos en el corazón, ante los conflictos que vivimos, ante lo complicado que es articular libertad y amor, amistad, alianza, proyecto en común, somos buscadores. Y hoy hay muchas búsquedas de espiritualidad. De espiritualidad sin Dios, pero ahí está el corazón y sus búsquedas

Incluso hoy, cuando todo va mucho más rápido, y, casi siempre, a través de una pantalla, sigue habiendo "una intuición, un asombro, porque la imagen lleva al imaginado", en un encuentro "entre la vida y la misericordia y el consuelo en la calle". "Y hay algo más. supone creer en Dios", expresó el prelado, convencido de que "vivimos en un tiempo de una sociedad secularizada, pero también en un tiempo post-secular. Lo que quiere decir que, ante la nostalgia que tenemos en el corazón, ante los conflictos que vivimos, ante lo complicado que es articular libertad y amor, amistad, alianza, proyecto en común, somos buscadores. Y hoy hay muchas búsquedas de espiritualidad. De espiritualidad sin Dios, pero ahí está el corazón y sus búsquedas".

Aunque "la emoción religiosa de la religiosidad popular corre el riesto de ser barrida por un ambiente en el que domina la manipulación efectiva de los sentimientos, emociones y la utilización de todos los grupos politiqueros o nuestros grupos eclesiales, o de tensiones entre nuestras propias cofradías", la religiosidad continúa suponiendo "decir que Dios nos ha mostrado su rostro, su carne, su corazón en Jesucristo".

Una mirada a Cristo, y a los pobres

Por eso, concluyó, "la religiosidad popular debe de escarbar en su propio humus fundacional, y contar con Dios, y mirar a Cristo como el hijo de Dios, y caer en la cuenta de algo sorprendente: somos humano-divinos, y peregrinamos con la esperanza de un mundo sin lágrimas". Con la referencia de la imagen de Jesús, que lleva a la Eucaritía, pero que también se observa, de manera privilegiada, "en rostros desfigurados y cuerpos golpeados, los pobres. Todas las cofradías sitúan en un plano principal la atención a los pobres".

Así, liturgia, culto y cultura, compromiso con los pobre y nueva reforma, "para caminar de manera conjunta y corresponsable, en una corresponsabilidad diferenciada". "La acción misonera que realizais las cofradías se puede realizar en tres círculos: el de los equipos directivos, los que arriman el hombro y el círculo de los hermanos que vienen alguna vez al año (los que están en la calle, pero no quieren entrar en el templo). Y en torno a ellos, una muchedumbre. Es ahí donde hemos de ser capaces de reconocer las posibilidades de nuestras cofradías, y acogernos en nuestro sitio, donde estamos, como somos, para tratar de cultivar que alguien de los que están en el círculo más externos pueda acercarse un poco, que estando en la calle puedan vivir en el templo, que emocionándose ante lo intuido quizás abran una rendija en su corazón". 

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