Sinceramente el follón que se ha montado en torno a las monjas de Belorado no me resulta sorprendente, sobre todo cuando debe de mediar mucho dinero por la venta de un convento. Es lamentable que, en la Iglesia, las cosas siempre sean así, ya lo decía el poeta “a un panal de rica miel dos mil moscas acudieron que por golosas murieron presas patas en el…”. En cualquier caso del dato económico no tengo noticia concreta, pero resultan sorprendentes algunas cosas que me gustaría manifestar.

Ahora resulta que parece, que a raíz de un permiso de venta solicitado a Roma ¡ojo! expediente que no se tramita en dos días nos enteramos que ese convento es un foco de disidencia absoluta no sólo al Papa actual, sino a todos aquellos Papas, que han propiciado las reformas en la Iglesia en los últimos decenios. Y además que se encuentran, al parecer espiritualmente y disciplinariamente, vinculadas a un siniestro personaje, de cuyo nombre prefiero no acordarme. Me surgen muchas preguntas: ¿nadie en la Iglesia Española conocía el percal? No me lo creo, porque entonces, o somos tontos o negligentes. ¿El obispo diocesano correspondiente no tenía ninguna noticia, ni la Conferencia Episcopal, ni Roma? Pero en qué mundo vivimos…¿Ha tenido que ser la negativa al permiso de venta por parte del Vaticano la que ha destapado el pastel de la disidencia de las hermanas y otros asuntos? Es todo cuanto menos muy extraño, al menos para los que lo vemos de fuera.

Si la Iglesia de estas hacendosas hermanas estaba abierta: ¿qué liturgia celebraban? ¿quién les presidirá la eucaristía estaba obligado a oficiar de manera pre-conciliar? ¿y nadie alertaba de esto o se veía como normal? Sigo perplejo. Y si el personaje en cuestión que les dirige era conocido y sus andanzas por el convento eran frecuentes, como es posible que ahora aparezca y que nadie hubiera avisado de su ralea. Y,  entiendo que el monasterio forma parte de una federación, o aunque fuera de autogestión total, a alguien darán cuentas para tener procesos de formación: postulando, noviciado, profesiones…

Es todo cuanto menos muy raro o funcionaban por libre. Y, además si piden permiso a Roma para vender el convento es porque lo necesitaban jurídicamente, ya que sino la venta podía ser invalidada. Y, además,  estos expediente s no se tramitan en dos días y pasan por muchas mesas antes de llegar al cardenal en cuestión que estampa su firma, y cobra un dineral. Por eso no me creo lo del gran descubrimiento de su disidencia papal de repente. a mi me parece más bien que esto viene de lejos y ha sido consentido, tolerado o lo que es peor ignorado.  Y lo de la “confusión”tiene una lectura muy clara…se han dejado confundir por ciertos  personajes que, sin duda las frecuentaban. Conociendo un poco esos ambientes no han dado ese paso, sin que medie alguien que controla la comunidad. No se hubiera envalentonado. Y me gustaría saber si las opiniones de la Abadesa es compartida por la unanimidad de la Comunidad. Me duele que esas vocaciones tan sacrificadas se puedan perder en esa oscuridad…

Alguien tendrá que aclarar este embrollo, y cuanto antes mejor, ya que está en todos los medios, y estas cosas no hacen bien a la Iglesia. Mientras tanto pueden continuar haciendo pedidos a las hermanas de los dulces y trufas que preparan…