Alguna vez hemos oído decir que en las elecciones de Estados Unidos debería de votar todo el mundo, ya que las consecuencias de las decisiones de su presidente, para bien o para mal, nos afectan a todos los habitantes del planeta. Y nunca mejor pensado en estos momentos. Esto no deslegitima ni mucho menos la elección soberana del pueblo americano. Dicho esto, las opiniones son libres y, por lo tanto, en la medida que están fundadas en hechos también son legitimas.

La impresión es que el presidente Trump necesita que hablemos de él. No es preciso tener un master en psicología para darse cuenta que estamos, entre otras cosas, ante un narcisista químicamente puro. Por eso, aunque conscientes que los medios le estamos haciendo el juego, sin embargo por sus decisiones bárbaras no tenemos más remedio que hablar de el y sus secuaces. En cuanto a sus decisiones que afectan los Estados Unidos, ya se apañarán, como se suele decir “sarna con gusto no pica”, pero pica. Ya veremos como queda el “funcionariazo” que planea Elos Musk o la persecución a los jueces. Probablemente lo del país más democrático del mundo tiene los días contados…

Una de las primeras firmas, a bombo y platillo y con acusaciones incluidas, del presidente Trump ha sido la supresión del organismo USAID. La organización más importante de cooperación internacional. Esto de entrada significará la muerte de millones de personas que dejarán de percibir las ayudas necesarias para sobrevivir. Repito la condena a muerte de muchos hombres y mujeres, ancianos y niños, que morirán por inanición. Así de claro. Y de repente la presión sobre los países ricos lógicamente aumentará exponencialmente. Evidentemente la filosofía de un mundo cada vez más solidario se ha quebrado, nunca mejor dicho, a golpe de un plumazo. Lo poco que se había avanzado en este campo de la cooperación al desarrollo, de la noche a la mañana, por voluntad de este individuo se va al traste.

Por otro lado, miles de inmigrantes, a los que les costó mucho dinero entrar en los Estados Unidos, y que sobrevivían con trabajos que los americanos no quieren hacer, también han visto sus vidas truncadas, sea viviendo con el miedo de ser expulsados o detenidos para ser enviados de vuelta a sus países o a Guantanamo. Una persecución implacable del inmigrantes me cuentan que se ha desatado y la guerra sin cuartel, ni tregua es una clara evidencia. Estados Unidos, un país de oportunidades, como decía recientemente el Papa Francisco, ha perdido esa característica esencial. La estatua de la Libertad que preside la entrada a Nueva York, ya no es ni simbólica. A los americanos les falla la memoria, ya que no analizan a fondo sus apellidos, ni sus orígenes, incluido Trump. Esperémoste que las Iglesias, como la famosa obispa, reaccionen ante estas políticas, ya que sino serán cómplices de esta barbarie humana.

Otro tema sangrante es Gaza. Las intenciones del que se cree el “dueño del mundo” son demoniacas en materia de Derechos Humanos. La Humanidad con este hombre ha retrocedido a la época feudal, en la que el Señor era el dueño de vidas y haciendas. ¿Cómo se puede decidir sobre la vida de dos millones de personas de una manera tan burda y grotesca? Se tienen que marchar los palestinos, a las buenas o a las malas, y dejar libre ese espacio para que el Señor Trump construya una especie de Las Vegas. Y se olvida que son seres humanos, que tiene raíces, vinculaciones, historias, presente negro y futuro peor, pero en sus ruinas que el genocidio de Israel ha materializado. Pero son sus casas destruidas, donde han vivido y muerto, sus padres, sus hijos, sus amigos con los que al atardecer en los buenos tiempos compartían tantas cosas. Es absolutamente inhumano que, una vez más, una gran parte de la Humanidad mire hacia otro lado, y sean, de nuevo, más, los Palestinos quienes sufran este huracán. Y Netanyahu preparando, con la anuencia y las armas de Trump, la estocada final. ¡Cuántos más tiene que morir! ¡Israel, levántate contra este holocausto del pueblo palestino! ¡Palestinos buscad la unidad y el camino de la paz con el pueblo hermano de Israel! Estamos asistiendo desde el sillón de nuestras casas a la masacre de miles de Palestinos en Gaza y Cisjordania. Y no pasa nada. Nos hemos acostumbrado al sufrimiento de los demás sin pestañear…

Esperemos que los países árabes no permitan esta felonía a sus hermanos Palestinos. Y que Europa, que esta en eterna construcción, y el resto de países del mundo mundial haga algo, aunque no soy muy optimista. El mundo con el presidente Trump está dando un giro muy negativo. Estamos volviendo a tiempos pasados, los más oscuros de la Humanidad.