¿Qué pinta la Iglesia en el preocupante mundo de hoy?

Francisco, en su histórico discurso ante el Congreso de los Estados Unidos en 2015
Francisco, en su histórico discurso ante el Congreso de los Estados Unidos en 2015 EFE

La preocupante política internacional debería ser una de nuestras inquietudes mayores, aunque muchas cosas nos parecen lejanas, pero al final la globalización hace que se acerquen y nos condicionen.

El Papa pide a los católicos de todo el mundo rezar por una intención en especial. En la del mes de agosto invita a rezar “para que los líderes políticos estén al servicio de su pueblo, trabajando por el desarrollo humano integral y el bien común, atendiendo a los que han perdido su empleo y dando prioridad a los más pobres”. 

Hay que decir que desde el punto de vista geopolítico vivimos un momento de horas bajas de los liderazgos políticos moderados y la ascensión de otros mas radicales.

La Humanidad está soportando en estos momentos 56 conflictos armados. Sin duda los más mediáticos son el de Ucrania y Gaza, pero del resto sabemos poco, y son muy preocupantes en cuanto a violación de los derechos humanos y las consecuencias que tienen para las poblaciones afectadas.

Una consecuencia directa de esos conflictos es que en estos momentos hay 120 millones de personas desplazadas en todo el mundo como consecuencia de las guerras, persecuciones o cambio climático.  

Por supuesto que el Papa Francisco nos pide que recemos por los líderes políticos para que tengan la sabiduría y la sensatez necesaria para que su gobernanza sea lo más cercana al bien común, y el primero es la paz. Un nuevo orden mundial, basado en reglas más estables y predecibles. Esto es lo que pinta la Iglesia, recordar a tiempo ya destiempo estos principios.

¿Qué pinta la Iglesia en el preocupante mundo de hoy?

En este tiempo de estío, además de descansar, no podemos olvidarnos de pensar y de interrogarnos sobre aspectos que muchas veces en la brega diaria dejamos de lado. La preocupante política internacional debería ser una de nuestras inquietudes mayores, aunque muchas cosas nos parecen lejanas, pero al final la globalización hace que se acerquen y nos condicionen. El Papa Francisco en su red Mundial de Oración ha difundido la lista de intenciones para el año 2024. Cada mes, el Papa pide a los católicos de todo el mundo rezar por una intención en especial. En la del mes de agosto invita a rezar “para que los líderes políticos estén al servicio de su pueblo, trabajando por el desarrollo humano integral y el bien común, atendiendo a los que han perdido su empleo y dando prioridad a los más pobres”. 

Hay que decir que desde el punto de vista geopolítico vivimos un momento de horas bajas de los liderazgos políticos moderados y la ascensión de otros mas radicales. Estados Unidos, sin duda, en pleno proceso electoral es el paradigma de un liderazgo preocupante. No sabemos como terminará esta historia, pero las opciones de Trump, después del fallido atentado, son cada vez mayores, y Biden se resiste a ceder su asiento. Preocupante. La debilidad norteamericana no está compensada por una Europa fuerte y unida, sino cada vez más débil y fragmentada. Todavía no sabe que quiere ser de mayor. Sin olvidar que los populismos y los ultras están ganando cada vez más espacios en los parlamentos nacionales. Por otro lado, el eje Rusia, China e India se está afianzando como una UTE amenazadora, y tentando de paso a Turquía, eterna aspirante a formar parte de la Comunidad Europea.

Todo esto nos lleva a pensar que estamos ante un mundo fracturado, en el que la demanda de seguridad nacional o regional prima sobre otros objetivos multilaterales como la prosperidad global. El aumento de la producción de armamento y las llamadas la vuelta del servicio militar en algunos países es un botón de muestra. Se percibe un panorama global de desorden y caos. Y la amenaza nuclear aleteando en el horizonte…Y encima, la Humanidad está soportando en estos momentos 56 conflictos armados. Sin duda los más mediáticos son el de Ucrania y Gaza, pero del resto sabemos poco, y son muy preocupantes en cuanto a violación de los derechos humanos y las consecuencias que tienen para las poblaciones afectadas. Las industrias armamentísticas, sin duda están en tiempos de abundancia. Y una consecuencia directa de esos conflictos es que en estos momentos hay 120 millones de personas desplazadas en todo el mundo como consecuencia de las guerras, persecuciones o cambio climático.  Los países del hemisferio norte nos planteamos el tema de la inmigración en términos de cupos legales o ilegales ante seres humanos que huyen del horror de la guerra, del hambre o de un futuro muy incierto…Esto es una hipocresía total y absoluta. Los populismos navegan muy bien en estas filosofías…Lo estamos viendo entre nosotros.

Recientemente el Papa Francisco fue invitado a la reunión del G-7, y en su alocución les dijo a los líderes reunidos. Centrándose en el tema político desde la inteligencia artificial, el Papa recuerda: “Y es precisamente aquí donde urge la acción política, como recuerda la encíclica “Fratelli tutti”. Ciertamente para muchos la política hoy es una mala palabra, y no se puede ignorar que detrás de este hecho están a menudo los errores, la corrupción, la ineficiencia de algunos políticos. A esto se añaden las estrategias que buscan debilitarla, reemplazarla por la economía o dominarla con alguna  ideología. Pero, ¿puede funcionar el mundo sin política? ¿Puede haber un camino eficaz hacia la  fraternidad universal y la paz social sin una buena política?”. La afirmación rotunda de Francisco es: “Nuestra respuesta a estas últimas preguntas es: ¡no! ¡La política sirve! La política debe ser eficaz. Quiero reiterar en esta ocasión que…ante tantas formas mezquinas e inmediatistas de política…, la grandeza política se  muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común  a largo plazo. Al poder político le cuesta mucho asumir este deber en un proyecto de nación y más  aún en un proyecto común para la humanidad presente y futura”. De nuevo el “bien común” como dominante…

Por supuesto que el Papa Francisco nos pide que recemos por los líderes políticos para que tengan la sabiduría y la sensatez necesaria para que su gobernanza sea lo más cercana al bien común, y el primero es la paz. Un nuevo orden mundial, basado en reglas más estables y predecibles. Esto es lo que pinta la Iglesia, recordar a tiempo ya destiempo estos principios.

No dejamos de pensar que la oración no deja de ser el deseo de un sueño o de una utopía, pero tenemos que trabajar por esa “mañana”, que como decía el cantautor Labordeta: “ni tú, ni yo, ni el otro la lleguemos a ver, pero habrá que forzarla para que pueda ser…”

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