Ejes a desarrollar y que por su talante podrían ser muy positivos para la Iglesia diocesana Dos nuevos obispos auxiliares: ¿qué puede suponer para la Iglesia de Valencia?
"¿En qué pueden ellos cualificar la vida diocesana? Sin duda el arzobispo les encargará de manera concreta las tareas que considere oportunas con el fin de desempeñar su ministerio episcopal. Pero me permito detectar unos ejes que es necesario desarrollar y que por su talante podrían ser muy positivos para la Iglesia diocesana"
"Arturo Javier García: Mantener la llama viva de la misión, apoyando proyectos serios de evangelización y promoción humana, y de eso tiene amplia experiencia. Pero también cuidando a los sacerdotes, en situaciones delicadas que cada vez más abundan en una Diócesis tan compleja"
"Fernando Ramón, por su talante entusiasta y cercano, así lo recuerdo. Tendría que implicarse en esta tarea a fondo: recuperar a la gente joven al precio que sea. Por otro lado, puede dar un impulso también a la formación bíblico-teológica de los laicos"
"Fernando Ramón, por su talante entusiasta y cercano, así lo recuerdo. Tendría que implicarse en esta tarea a fondo: recuperar a la gente joven al precio que sea. Por otro lado, puede dar un impulso también a la formación bíblico-teológica de los laicos"
| Jose Luis Ferrando Lada
Algunos amigos curas me preguntan qué puede suponer para la Iglesia de Valencia la ordenación de los dos nuevos obispos auxiliares, Arturo Javier García, y Fernando Ramón. Evidentemente les devuelvo la pregunta, pero añado, ¿qué te gustaría que supusiera? La mayoría, de una manera u otra, me dicen que es importante una mayor presencia episcopal, aunque el arzobispo Enrique Benavent se ha multiplicado, pero que no se quede ahí…
Otros desean que el avión esté pilotado de manera cualificada y que el rumbo esté claro en este Año Jubilar de la Esperanza. Que no nos conformemos con llenar la catedral en los actos jubilares, sino que nos empeñemos en ir un poco más lejos, sino todo puede quedar en folclore y sería una oportunidad perdida.
Pero, ¿qué tiene que ver esto con los nuevos obispos auxiliares? Mucho. ¿En qué pueden ellos cualificar la vida diocesana? Sin duda el arzobispo les encargará de manera concreta las tareas que considere oportunas con el fin de desempeñar su ministerio episcopal. Pero me permito detectar unos ejes que es necesario desarrollar y que por su talante podrían ser muy positivos para la Iglesia diocesana.
Arturo Javier Garcia es, sin duda, un hombre de una espiritualidad muy enraizada en su personalidad. Así lo pude comprobar acompañándole en una peregrinación a Tierra Santa hace unos años. Sabe estar con la gente y trasmitir con profundidad el mensaje. Su aparente timidez no es una puerta cerrada, sino abierta a los que se acercan a el.
Dos tareas serían importantes que pudiera realizar al servicio de la Diócesis. Mantener la llama viva de la misión, apoyando proyectos serios de evangelización y promoción humana, y de eso tiene amplia experiencia. Pero también cuidando a los sacerdotes, en situaciones delicadas que cada vez más abundan en una Diócesis tan compleja.
Alguien tiene que acudir de manera clara en ayuda de muchos párrocos que se sienten solos y desbordados por muchas situaciones
Alguien tiene que acudir de manera clara en ayuda de muchos párrocos que se sienten solos y desbordados por muchas situaciones. Arturo puede ser, sin duda, una persona muy adecuada para esta tarea. Esta debería ser una puerta siempre abierta…
Fernando Ramón sería importante que impulsara en la Diócesis dos grandes objetivos. Hemos perdido muchas generaciones de jóvenes que probablemente ya no recuperaremos. Pero entre las parroquias, colegios diocesanos y religiosos tenemos miles de jóvenes a los que, desde la Diócesis, podrían ofrecérseles iniciativas y presencias en lenguaje actual y con medios adecuados para que sientan que la Iglesia está ahí y tiene una palabra para ellos…
Puede dar un impulso también a la formación bíblico-teológica de los laicos, que siempre ha estado viva en la Diócesis
Fernando, por su talante entusiasta y cercano, así lo recuerdo tendría que implicarse en esta tarea a fondo: recuperar a la gente joven al precio que sea. Por otro lado, puede dar un impulso también a la formación bíblico-teológica de los laicos, que siempre ha estado viva en la Diócesis, desde hace unas décadas, pero necesita un buen impulso. Ahí, Fernando tiene mucho que decir… Un plan serio y sistemático es una necesidad para que este año jubilar de la esperanza tenga contenido.
Por supuesto que no les pongo deberes a los nuevos obispos. No soy nadie para ello. Ni pretendo pisarle el plan al arzobispo, pero si expresar lo que oigo por aquí y por allá. Lo que está claro es que pediremos por ellos para que su ministerio sea muy fecundo al servicio de la Iglesia de Dios en Valencia.
Etiquetas