Lo que sedujo a los primeros discípulos fue el modo de vida de Jesús Domingo 2º TO B (17.01.2021): “el Espíritu de Jesús llama a nuestra conciencia”

¡Cristo de la misericordia, renueva nuestra llamada!

Comentario: “Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él” (Jn 1, 35-42)

Jesús inicia el grupo de discípulos. Los evangelios cuentan de modo distinto la llamada al seguimiento. Algunos de modo directo (Mc 1,16-20; 2.14; Jn 1,43ss). Otros se ofrecen a Jesús, y él les pone condiciones (Mt 8,19-22; Lc 9,57-62). Hoy se lee la vocación de los primeros discípulos según el evangelio de Juan. Es una vocación conectada con Juan Bautista (Jn 1,19-42). El Bautista da testimonio de Jesús ante unos enviados Jerusalén (sacerdotes, levitas, fariseos) y ante sus discípulos (Jn 1,19-34). De éstos son los primeros llamados. El proceder de Juan es honrado. Nada de protagonismo ni proselitismo: “nadie puede tomarse algo para sí si no se lo dan del cielo... Yo no soy el Mesías, sino que he sido enviado delante de él... Él tiene que crecer y yo tengo que menguar” (Jn 3, 27. 28b. 30). Juan da libertad plena para que sus discípulos le abandonen y sigan a Jesús. 

Dos discípulos del Bautista, tras oír la presentación de Jesús, siguen a Jesús”. Se trata de Andrés, hermano de Simón Pedro, y otro, que suponemos que es el propio que lo narra (Juan evangelista). Jesús les pregunta: “¿qué buscáis?”. Y ellos contestan con otra pregunta: “Maestro, ¿dónde vives?”. Jesús responde: “venid y lo veréis”. “Ellos fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima”. Esta precisión, hasta en la hora, hace pensar que lo cuenta un testigo ocular. Andrés se lo cuenta a su hermano Pedro y le lleva a Jesús, que lo “mira” y se aceptan sin palabras expresas. El evangelista añade el cambio de nombre: de Simón a Cefas (Pedro). 

El "dónde vive" introduce en la clase y modo de vida. Los que visten con lujo habitan en los palacios” (Mt 11,8), diría Jesús hablando del Bautista. Y a un escriba que le dijo: “Maestro, te seguiré a donde vayas”, Jesús le respondió: “las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza” (Mt 8, 19-20).Claramente lo que sedujo a los primeros discípulos fue el modo de vida de Jesús. Eso es lo que atrae y contagia. Buena pregunta para nosotros hoy: ¿qué me atrae ahora de Jesús? ¿Es el egoísmo de “por si acaso” tiene razón y me condeno tras la muerte? ¿O es su vida de amor a los enfermos, a los que no pueden alimentarse, a los marginados...?

No hay llamada a distancia o por decisión de otros. El libro del Apocalipsis recuerda a los ricos y tibios cristianos de Laodicea que Jesús resucitado sigue llamando a la puerta de nuestra conciencia: “Mira, estoy de piea la puerta y llamo. Si alguienescucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Ap 3,20). Jesús invita a cada uno a ir con él, saber cómo vive y seguirle. Sólo cuando conocemos su modo de vida, nos contagiamos consciente y libremente, y decidimos ser cristianos. Tertuliano (a. 155-220) ya reconocía que “los cristianos no nacen, se hacen”. La “apostasía” de quienes deciden darse de baja en el libro bautismal es la protesta por el proceder de la Iglesia de hacer cristianos sin decisión personal. Indigna además que los dirigentes eclesiales usen los libros parroquiales para contabilizar fieles y exigir demandas sociales o económicas. Los que no se sienten cristianos no quieren que utilicen sus nombres falsamente. Los “anuarios parroquiales, diocesanos y pontificios” deben ser verdaderos.

Oración: Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él” (Jn 1, 35-42)

Jesús resucitado,que vives en todo corazón:

creemos que, atraídos sin cesar por el Espíritu de Dios,

nunca seremos del todo indiferentes ante el problema religioso (GS 41).

creemos que Tú ofreces luz y fuerzas por medio de tu Espíritu

para poder responder a nuestra altísima vocación (GS 10); 

creemos que por virtud de tu Espíritu obras en los corazones:

suscitando el deseo del siglo futuro, y

animando, purificando y robusteciendo los deseos generosos

de hacer más humana la vida y

conducir toda la tierra a este fin humanitario (GS 38).

La vida, el mundo, sigue ofreciendo resistencia a tu Reino:

el materialismo práctico no acepta tu Espíritu;

“la verdadera y plena liberación del hombre llegará por el solo esfuerzo humano”;

los oprimidos por la miseria viven humillados, sin sentido ni vocación;

algunos esperan encontrar respuesta indefinida, que nunca llega,

viviendo en interrogación habitual y paralizante;

otros opinan que “la existencia humana carece de sentido propio

y que cada uno con su ingenio le da toda significación”;

quienes “hemos visto dónde vives y nos hemos quedado contigo”,

“creemos que Tú ofreces luz y fuerzas por medio de tu Espíritu

para poder responder a nuestra altísima vocación”

(Ideas y entrecomillados procedentes de GS 10).

Como el Bautista, podemos señalarte a ti, Jesús:

cuyo “Espíritu nos habita,y clama: ¡Abba! ¡Padre!” (Gál 4,6);

sintiendo que “tu Espíritu es el Señorde nuestra vida;

y donde está tu Espíritu,está la libertad.

Todos nosotros, con la cara descubierta,

reflejamostu gloria

y nos vamos transformando en tu imagen

con resplandor creciente, por la acción de tu Espíritu” (2Cor 3, 17-18).

Jesús de la llamada a la vida verdadera:

¿qué nos atrae ahora de tu vida?

¿es el egoísmo de “por si acaso” tienes razón

y nos condenamos tras la muerte?

¿es tu vida de amor a los enfermos,

a los que no pueden alimentarse,

a los que nadie quiere y apenas son...?

¿nos atrevemos a decir creíblemente: “Venid y lo veréis”?

¡Cristo de la misericordia, renueva nuestra llamada!:

queremos conocerte internamente;

queremos decir de ti “palabras significantes, honestas y bien colocadas”; 

queremos que nuestra vida sea fiel a tu Espíritu.

Cristo de la fe, de la esperanza y del amor:

que tu Espíritu avive “nuestra fe para contemplar y saborear tu vida” (GS 15).

que nuestro anhelo mayor sea servir generosa y eficazmente al ser humano:

“reconociéndote y amándote a Ti en toda persona;

despertando en todos la esperanza viva, don del Espíritu” (GS 93).

que “realicemos la verdad en el amor” (Ef 4, 15):

ofreciendo, no imponiendo, nuestro modo de vida;

estando con los más débiles y humildes;

uniendo el “Padre nuestro” con el “pan nuestro”;

viviendo comunitariamente tu voluntad.

Preces de los Fieles (D. 2º TO B 17.01.2021)

Jesús sigue hoy llamando a trabajar por el Reino de Dios: reino de vida para todos, reino de fraternidad, reino de derechos y deberes humanos: salud, alimento, cultura, libertad... Pidamos trabajar por su Reino diciendo: “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.

Por la Iglesia:

- que busque el modo de vida manifestado en Jesús;

- que el centro de su vida sean los más necesitados.

Roguemos al Señor: “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.

Por las intenciones del Papa (Enero 2021):

- que “el Señor nos dé la gracia de vivir en plena fraternidad

con hermanos y hermanas de otras religiones,

rezando unos por otros, abriéndonos a todos”.

Roguemos al Señor: “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.

Por quienes presiden las comunidades cristianas:

- que reconozcan los carismas y vocaciones diversas;

- que respeten y animen a todos a vivir en comunidad.

Roguemos al Señor: “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.

Por los jóvenes:

- que se conozcan a sí mismos, sus cualidades, sus aspiraciones...;

- que oigan la voz del Espíritu de Dios y le sigan.

Roguemos al Señor: “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.

Por los sacerdotes casados:

- que se respete su opción matrimonial y sacerdotal;

- que sean recuperados para el ministerio, como en Iglesia primera.

Roguemos al Señor: “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.

Por esta celebración:

- que sintamos el amor de Jesús, que está en medio de nosotros;

- que afiance nuestra llamada a vivir como él.

Roguemos al Señor: “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.

Bendícenos, Señor. Ayúdanos a “todos nosotros, con la cara descubierta, a reflejar tu gloria y a irnos transformando en tu imagen con resplandor creciente, por la acción de tu Espíritu” (2Cor 3, 17-18), que vive por los siglos de los siglos.

Amén.

Leganés (Madrid), 17 de enero de 2021

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