Que nuestro amor no tenga “color” de gueto, de ideología, de religión, de raza... Domingo 6º TO B (14.02.2021): El amor “abre los ojos a la luz que no esperaba”

Jesús no quería ser recibido con aires divinos”, sino con humanidad

Comentario:Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo (Mc 1, 40-45).

Este milagro es narrado también por Mateo (8, 1-4) y Lucas (5,12-16). Marcos lo hace en ambiente de fe y adoración a Jesús por parte del leproso. Al tratarse de una dolencia con clara expresión física, es difícil sostener que dicha fe y adoración, como fuerzas psíquicas, son causas eficaces de la curación. Este prodigio parece llenar la definición de “milagro”, como “suceso o fenómeno sensible producido por el poder divino, como signo religioso al margen de o contra el curso ordinario de la naturaleza” (Vat. I, DS 3034 y 3009). Como se cuenta, no se explica por leyes naturales. No es normal que desaparezcan de forma instantánea los tejidos necrosados y se formen células sanas.

Compadecido es la traducción de un participio griego “splagjniszeís”: “conmovidoen lo más íntimo del ser”. Algunos exégetas interpretan la conmoción en sentido negativo de “indignado” por verse “apremiado” a desvelar el secreto de su identidad divina. La mayor parte la entiende en el sentido de empatía profunda con el leproso, actitud vital de Jesús, que mueve su voluntad: “quiero: queda limpio”. A Jesús no le importa saltarse la ley en el trato a los leprosos, sin familia, sin trabajo, sin sociedad, “muertos en vida”. La lógica social de grupo impone la ley por razones sanitarias. La lógica religiosa convierte la ley en “santidad”, como castigo divino. Jesús actúa contra la ley: extiende la mano y lo toca. Cumple la ley al enviarle al sacerdote para que se integre socialmente. No es castigo de Dios la enfermedad. Lo que ayuda a sanar o a aliviar el sufrimiento no puede prohibirse. La ley que perjudica al ser humano no obliga, la que abre a la fraternidad sí. Relativismo aplicable a toda ley humana, también eclesial.

Jesús “lo despidió, encargándole severamente: no se lo digas a nadie...". Literalmente: v. 43: “poniéndose serio con él, lo echó enseguida” (Cantera-Iglesias); “reprimiéndolo lo sacó fuera enseguida” (Mateos- Schökel). El participio “embrimesámenos”, del verbo “embrimáomai”, expresa emoción subjetiva con repercusión orgánica de gestos o sonidos inarticulados negativos (disgusto, indignación, molestia...). El mismo verbo aparece en Jn 11,33: “se conmovió en su espíritu”, al ver llorar a las hermanas de Lázaro. Aquí podría traducirse: “enojándose con él lo despidió enseguida (v. 43) y le dice: mira, no digas nada a nadie” (v. 44a). Su mesianismo se podría interpretar en sentido de poder. Es el “secreto mesiánico”. Jesús apuesta decididamente por “no retener ávidamente el ser igual a Dios... hecho semejante, reconocido como hombre” (Flp 2, 6-7).

Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo. No quería ser recibido con aires divinos. Buena norma pastoral: rechazar cualquier apariencia de poder, riqueza, prestigio... Invita a la gente a creer en el amor gratuito del Padre y a vivir desde él. Este amor “abre los ojos a la luz que no esperaba... Como el salmo `me desvelé, y fui hecho semejante al pájaro solitario en el tejado´ (Sal 102,8): se pone en lo más alto, siempre tiene vuelto el pico... hacia donde viene el Espíritu de amor..., en soledad de todas las cosas del mundo, las alabanzas que hace a Dios son de suavísimo amor, sabrosísimas para sí y preciosísimas para Dios, no es de algún determinado color porque es abismo de noticia de Dios la que posee” (Juan de la Cruz: Cántico Espiritual: C 15,24).

Oración: Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo (Mc 1, 40-45)

Jesús, Hijo del Amor, Hermano de todos:

Hoy tu evangelio recuerda un poema de Juan de la Cruz,

un hombre que, como tú, experimentó profundamente el amor divino:

“La noche sosegada,

en par de los levantes de la aurora,

la música callada,

la soledad sonora,

la cena que recrea y enamora”.

La fe en el amor divino “abre los ojos a la luz que no esperaba...:

`me desvelé, y fui hecho semejante al pájaro solitario en el tejado´ (Sal 102,8)...

porque en esta manera de contemplación del amor 

tiene el espíritu las propiedades de este pájaro...

La primera, que ordinariamente, se pone en lo más alto;

así el espíritu en este paso se pone en altísima contemplación.

La segunda, que siempre tiene vuelto el pico donde viene el aire;

así el espíritu vuelve aquí el pico de afecto

hacia donde viene el Espíritu de amor, que es Dios.

La tercera es, que ordinariamente está solo...;

así el espíritu... está en soledad de todas las cosas,

desnudo de todas ellas, ni consiente en sí otra cosa que soledad en Dios.

La cuarta propiedad es, que canta muy suavemente;

y lo mismo hace a Dios el espíritu a este tiempo;

porque las alabanzas que hace a Dios son de suavísimo amor,

sabrosísimas para sí y preciosísimas para Dios.

La quinta es, que no es de algún determinado color;

y así el espíritu perfecto... no tiene afecto sensual y amor propio,

mas ni aún particular consideración en lo superior ni inferior,

ni podrá decir de ello modo ni manera,

porque es abismo de noticia de Dios la que posee...”

(Cántico Espiritual. Canción XV, comentario 24).

Te contemplo a ti, Jesús, en el evangelio de hoy:

conmovido”, “indignado” por verte `apremiado´ a desvelar tu identidad;

“compadeciendo” con voluntad clara de curar: “quiero, queda limpio”;

con acciones prohibidas: te acercas, extiendes la mano, lo tocas;

lo despides, encargándole severamente”, “poniéndote serio”;

no retienes ávidamente el ser igual a Dios...

hecho semejante, reconocido como hombre” (Flp 2, 6-7).

Ya no puedes entrar abiertamente en ningún pueblo”.

Vives así las condiciones del amor de Dios:

te pones en lo más alto: siempre en las manos del amor del Padre;

vuelto el pico al Espíritu del Padre, a su voluntad amorosa;

no te importa la soledad de su amor, por encima de toda norma o tradición;

cantas muy suavemente su amor práctico: “quiero, queda limpio”;

no luces en tus apariencias ningún determinado color: “de todas partes acuden a ti”;

eres “abismo de noticia de Dios”: la noticia de su amor incondicional.

Envía, Cristo del Padre, tu Espíritu sobre nosotros:

Que levantemos la cabeza y el corazón:

- vuelto el pico de afecto hacia donde viene el Espíritu de amor;

- ¿qué quiere el amor sin medida aquí y ahora?

Que nos quite el miedo a la soledad en su amor:

- más allá de leyes, tradiciones, costumbres, presión social...

Que nuestra vida diga clara y suavemente tu amor gratuito:

- hacia los más débiles;

- hacia quien no puede pagarnos;

- hacia quien nos ofende...

Que nuestro amor no tenga “color”:

- de gueto, de exclusiva, de ideología, de religión, de raza...

Preces de los Fieles (D. 6º TO B 14.02.2021)

El amor divino “abre los ojos a la luz que no esperaba”, dice san Juan de la Cruz; “nos desvela, y hace semejantes al pájaro solitario en el tejado”: que “se pone en lo más alto, vuelto el pico a donde viene el aire” del Espíritu. Pidamos saborear y vivir el Amor en esta eucaristía, diciendo: “que esta Cena nos recree y enamore”.

Por la Iglesia universal:

- que nos muestre el amor de Dios, manifestado en la vida de Jesús;

- que promueva los derechos humanos en todas partes.

Roguemos al Señor: “que esta Cena nos recree y enamore”.

Por las intenciones del Papa (Febrero 2021):

- que “las mujeres víctimas de la violencia sean protegidas por la sociedad”;

- que “su sufrimiento sea considerado y escuchado” por todos.

Roguemos al Señor: “que esta Cena nos recree y enamore”.

Por la paz del mundo:

- que el hambre, la incultura, la violencia... “nos desvelen” el Amor;

- que nuestros gobernantes trabajen incansablemente por la paz.

Roguemos al Señor: “que esta Cena nos recree y enamore”.

Por los más débiles: enfermos, parados, sin techo...

- que sintamos “el aire del Espíritu” que nos invita a ver a Jesús en ellos;

- que, como Jesús, les digamos siempre “quiero, queda limpio”;

Roguemos al Señor:“que esta Cena nos recree y enamore”.

Por nuestra comunidad, parroquia, diócesis...:

- que vivamos en el amor sin “color” de gueto, de ideología, de religión, de raza...;

- que seamos como pajarillos vueltos al Amor, “abismo de noticia de Dios.

Roguemos al Señor:“que esta Cena nos recree y enamore”.

Por esta celebración:

- que nuestras almas aspiren el aire del Espíritu de Cristo;

- que la comunión con tu amor nos sane y nos humanice.

Roguemos al Señor:“que esta Cena nos recree y enamore”.

Queremos, Señor Jesús, participar de tus mismos sentimientos:

conmovernos ante toda persona dolorida y trabajar por su recuperación.

Como tú y contigo, que vives por los siglos de los siglos.

Amén.

Leganés, 14 de febrero de 2021

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