Con motivo del Año Jubilar Cáliz de la Pasión Cañizares entrega a Omella una réplica del Santo Cáliz de la Cena del Señor
El original se conserva en la Catedral de Valencia desde el siglo XV, entregado por el rey Alfonso el Magnánimo
La reproducción de la reliquia es para la Conferencia Episcopal Española y quedará en la capilla de su sede
El Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia, ha entregado una réplica del Santo Cáliz de la Última Cena del Señor, que se venera en la Catedral de Valencia, a la Conferencia Episcopala Española con motivo del Año Jubilar Cáliz de la Pasión.
La réplica de la sagrada copa ha sido recibida con alegría por el Cardenal Juan José Omella, Presidente de la Conferencia Episcopal Española y se le hizo entrega en la inauguración de la Asamblea Plenaria.
El cáliz, facsimil reproducción exacta del que conserva la Catedral se Valencia desde el siglo XV, está hecho por los talleres de los hermanos Piró, orfebres especializados en objetos religiosos, que tiene su obrador en el castizo barrio del Carmen de Valencia.
El Santo Cáliz
La tradición nos dice que es la misma Copa que utilizó el Señor en la última Cena para la institución de la Eucaristía.
Durante la invasión musulmana fue ocultado en la región del Pirineo y, finalmente, en el monasterio de san Juan de la Peña (Huesca).
La reliquia fue entregada en el año 1399 al rey de Aragón Martín el Humano, posteriormente estuvo en el palacio real de la Aljafería de Zaragoza y en el Real de Valencia, hasta que, con motivo del viaje del rey Alfonso V el Magnánimo a Nápoles, fue entregado a esta Catedral de Valencia en el año 1437.
Fue conservado y venerado durante siglos entre las reliquias de la Catedral, y hasta el siglo XVIII se utilizó para contener la forma consagrada en el «monumento» del Jueves Santo, hasta que fue finalmente instalado en la antigua Sala Capitular, habilitada como Capilla del Santo Cáliz en el año 1916. Durante la guerra civil (1936-1939) permaneció oculto en el pueblo valenciano de Carlet.
Plegaria Eucarística
Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos diciendo:
Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.
Plegaria eucarística I, Canon romano. Cf. Mateo 26-29; Marcos 14, 22-25, Lucas 22, 1520 y I Coríntios 11, 23-25
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