Los capellanes de los hospitales valencianos, al igual que el personal sanitario, están teniendo dificultades para realizar su tarea pastoral por falta de medios de protección adecuado frente a la epidemia del coronavirus, de manera que bien enfermos o sus familiares están solicitando asistencia religiosa en peligro de muerte, los sacerdotes quieren prestarla, pero no se les permite acceder a las habitaciones o a las UCIs por no estar dotados del debido equipamiento.
Las mascarillas escasean y apenas hay una mascarilla por día por persona empleada en los centros hospitalarios. Ello hace que los sacerdotes no puedan administrar los sacramentos de la penitencial a comunión o el de la unción de los enfermos a quienes lo están solicitando, agravándose la angustia de pacientes o familia creyentes.
Uno de los casos más graves de carencia de medios hospitalarios frente al coronavirus es el del Hospital Clínico Universitario, que ha llevado a los tres capellanes del Hospital a exponer ante el director del centro la situación de estos enfermos y a pedir se les dote de la vestimenta y mascarillas apropiadas para entrar en las habitaciones de los pacientes con coronavirus y en la misma UCI. Han solicitado que la respuesta a esta contingencia sea lo más urgente posible, por el riesgo de las personas que están requiriendo su asistencia espiritual y religiosa en estos momentos.