También desautoriza al 'batallón del odio', integrado por Caccia, Blanco, Bermúdez, Revoredo, Picazo y Ballester, entre otros El Sodalicio manifiesta su adhesión al Papa y al Comisario Pontificio Jordi Bertomeu
"El Sodalicio ha manifestado, por primera vez y sin ambages, que los del ‘batallón del odio’ que atacan a Bertomeu, principalmente desde las redes pero también en los tribunales, no le representan"
"Los primeros en quedar desautorizados por este comunicado del Sodalicio son los limeños Caccia y Blanco, en su ‘cruzada’ por desautorizar al enviado papal como diplomático en misión especial"
"A ese mismo 'batallón del odio' pertenece Alejandro Bermúdez y otros pseudo periodistas que, como Luciano Revoredo en Lima, no dejan de reventar las redes con fake news, descalificaciones e insinuaciones"
"Son también integrantes del 'batallón del odio' Gonzalo Valderrama, limeño y suegro de una de las principales víctimas del Sodalicio, asi como los españoles Jordi Picazo y Custodio Ballester, alias Luis Llagostera"
"A ese mismo 'batallón del odio' pertenece Alejandro Bermúdez y otros pseudo periodistas que, como Luciano Revoredo en Lima, no dejan de reventar las redes con fake news, descalificaciones e insinuaciones"
"Son también integrantes del 'batallón del odio' Gonzalo Valderrama, limeño y suegro de una de las principales víctimas del Sodalicio, asi como los españoles Jordi Picazo y Custodio Ballester, alias Luis Llagostera"
Al concluir su última Asamblea General antes de su supresión, el Sodalicio de Vida Cristiana ha manifestado por primera vez su plena adhesión al Santo Padre y al Comisario Pontificio que éste ha nombrado para acompañar el proceso de supresión: "El Santo Padre Francisco ha nombrado Comisario Apostólico para llevar a cabo el proceso de disolución del Sodalicio de Vida Cristiana a Mons. Jordi Bertomeu Farnós, proceso que se iniciará en los siguientes días".
Más aún, el Sodalicio ha manifestado, por primera vez y sin ambages, que los del ‘batallón del odio’ que atacan a Bertomeu, principalmente desde las redes pero también en los tribunales, no le representan: "El Sodalicio se deslinda de cualquier publicación y/o manifestación pública que vaya en contra del Santo Padre o de los Delegados nombrados por la Santa Sede".
Los primeros en quedar desautorizados por este comunicado del Sodalicio son los limeños Caccia y Blanco, en su ‘cruzada’ por desautorizar al enviado papal como diplomático en misión especial. Todos los países civilizados han ratificado el Convenio de Viena de 1961 sobre ‘relaciones diplomáticas’ y el ‘convenio de las Naciones Unidas’ de 1969 sobre las ‘misiones especiales’. También la Santa Sede y Perú. Jordi Bertomeu, enviado junto a Mons Scicluna en misión diplomática con la delicada tarea recabar en la nunciatura de Lima información sobre los abusos del Sodalicio, se vieron amenazados desde el primer momento por estos dos liantes con acciones judiciales por presunta ‘revelación de secreto de oficio’.
La acusación de Caccia y Blanco, por lo demás injusta como demostraron desde el primer día todos y cada uno de los que intervinieron en el proceso, en particular Paola Ugaz y Pedro Salinas, solo era un pretexto para desacreditar a la ‘misión especial’ y, en lo posible, obstruir su labor. Según fuentes limeñas, el abogado cercano al Opus Dei piurano Percy García Cavero sería el encargado de llevar adelante una trama jurídica destinada a mantener abiertos en modo artificioso los ataques judiciales.
Caccia y Blanco, vinculados a algunas sociedades del Sodalicio y a la persona de Figari, además de hacerse pasar por víctimas del Sodalicio para lograr el primer encuentro con Bertomeu y de mentir en las diferentes versiones que regalaron en sus vídeos, no se privaron tampoco de filtrar los documentos reservados del proceso a Picazo o Bermúdez o incluso de humillar al Santo Padre, quien les recibió para que retiraran la denuncia contra Bertomeu y, a la semana siguiente, la reactivaron.
A ese mismo 'batallón del odio' pertenece Alejandro Bermúdez y otros pseudo periodistas que, como Luciano Revoredo en Lima, no dejan de reventar las redes con fake news, descalificaciones e insinuaciones. El primero, ex miembro de la sociedad de vida apostólica, fue objeto de una expulsión de la misma por ejercer su apostolado desde un periodismo alejado de los principios deontológicos.
Entre los hechos que le fueron imputados por considerarlos gravemente escandalosos destacaban sus constantes insultos, calumnias y difamaciones, así como sus conocidos abusos de poder y maltratos psicológicos hacia sus propios subordinados, como denunció, entre otros muchos, la periodista de la principal agencia católica norteamericana de noticias, Ellen Harris, de Crux.
Por su parte Luciano Revoredo, desde el portal amarillista peruano La Abeja, orquesta continuamente campañas de descrédito hacia aquellos prelados peruanos que se atreven a cuestionar las oligarquías políticas y económicas de su país.
Son también integrantes del 'batallón del odio' Gonzalo Valderrama, limeño y suegro de una de las principales víctimas del Sodalicio, asi como los españoles Jordi Picazo y Custodio Ballester, alias Luis Llagostera. Estos son los que realizan los ‘refritos’ de las calumnias que cocinan los anteriores.
Si se obvia al inefable Picazo o ‘Jacques Pintor’, destacaría en este ‘batallón del odio hispano’ el sacerdote de Barcelona Custodio Ballester, limitado en su ejercicio pastoral por sus posicionamientos políticos e incluso encausado precisamente por delito de odio. Últimamente, ha centrado su obsesión enfermiza en Bertomeu, con difamaciones e insinuaciones maliciosas, que solo provocan críticas entre aquellos pocos que se zambullen en las cenagosas aguas de Germinans.
Jordi Bertomeu, comisario pontificio para el Sodalicio, Fraternas, Siervas del Plan de Dios y Movimiento de Vida Cristiana, no lo tiene nada fácil. Deberá compaginar esta nueva misión con la de Visitador Apostólico de una nueva realidad religiosa mixta nacida en El Alto, Bolivia, asi como con la de Visitador de una diócesis del altiplano peruano y, por supuesto, con su trabajo en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
Hermético y hasta reacio a los periodistas, a los que siempre ha negado entrevistas, siempre alejado de los eventos sociales de la Ciudad Eterna, los pocos que lo conocen subrayan su profesionalidad y su cercanía humana y pastoral.
Los alumnos de las universidades Gregoriana y Urbaniana donde imparte clases o los de Ceprome en Latinoamérica, destacan la alta calidad de sus lecciones, uniendo como pocos la doctrina canónica sobre los delitos a una praxis que conoce a fondo por su continuo trabajo de campo en Latinoamérica.
Por su parte, las víctimas de abusos que le han conocido en estos años piden que, en lo posible, el Papa le confíe nuevas misiones a aquellos países donde la cultura de la prevención es aún un principio sólo teórico.
Sorprendió en este sentido el comentario que José Enrique Escardó, primera víctima de Figari recibida por el Papa, realizó nada más salir del encuentro el pasado 24 de enero: “Lo que tú le pidas a Jordi Bertomeu, comisario del Sodalicio, yo lo voy a firmar. No tengas miedo”. Es obio, por lo tanto, que la confianza del Papa en él, forjada desde la misión en Chile en 2018, no hace más que crecer día a día, mal que le pese a algunos.
"‘El 007 del Vaticano' o 'el Van Helsing de los abusos', como denominan algunos a Bertomeu, son sólo exageraciones para definir a un sacerdote íntegro, que solo busca la justicia y poner a las víctimas en el centro", confirmó a esta redacción la periodista limeña Paola Ugaz. Y añade: "Su trabajo ha marcado un antes y un después en la lucha de la Iglesia contra los abusos. Así se lo dije al Papa, cuando le encontré en noviembre del 2022, cuando le pedí que lo enviara a investigar a Peru. Es un privilegio haberlo conocido".
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