37 deliciosas meditaciones de Mons. André Dupuy Cuentas del rosario

André Dupuy
André Dupuy

Un tesoro ha caído en mis manos: son 37 deliciosas meditaciones, de Mons. André Dupuy, antiguo nuncio en nuestra patria, con estilo sencillo, plagado de ejemplos, entrelazando magistralmente pasajes bíblicos con la vida cotidiana de nuestro tiempo

En un mundo que maltrata el sentido, Dios sigue buscando lo que estaba perdido...

Un regalo de oro cae en mis manos en una pequeña obra salida de la pluma, pero sobre todo del corazón de creyente, de Mons. André Dupuy, antiguo nuncio en nuestra patria, quien conserva por nosotros una querencia imborrable. En su retiro del trabajo diplomático se ha dedicado a atender a los peregrinos que llegan al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, en el sur de Francia. Buen políglota no olvida a esta tierra americana y su libro de meditaciones sobre el Santo Rosario, proclamadas en francés, tiene edición castellana para disfrute de nosotros. La edición tiene el sello de “Éditions onTau, 51 rue de Seine 75006 Paris. France”. Como afirma en la dedicatoria “las breves meditaciones anexas no tienen otro objetivo que ayudar a permanecer firmes en la fe”.

Son 37 deliciosas meditaciones, con estilo sencillo, plagado de ejemplos, entrelazando magistralmente pasajes bíblicos con la vida cotidiana de nuestro tiempo. Entresaco algunos párrafos para disfrute de mis pacientes lectores. “Prolongar la oración del rosario delante de la gruta de Massabielle con una breve meditación de esa Palabra propuesta por la liturgia del día, apunta a profundizar nuestra fe, a rebuscar en nuestra memoria defectuosa, a hacer que resurjan en nuestra historia de mujeres y hombres itinerantes y fugaces, a evitar que se desmientan nuestra lealtades juradas. Tenemos obligación de ser fieles a Dios. Los caminos de la infidelidad son fáciles y despejados; el de la fidelidad es cuesta arriba y costo. Es un camino de cresta”.

Comentando la parábola de la ovejita y la dracma perdida, nos recuerda que “Jesús vino al mundo en busca de lo que estaba perdido… ¡Qué consuelo saber que en un mundo marcado por tantas violencias absurdas, bárbaras, inhumanas, un mundo que maltrata el sentido, Dios sigue buscando lo que estaba perdido!”. Estas parábolas desvelan el fondo del corazón de Dios. Un Dios que siempre encuentra el medio de dar con nosotros en nuestros extravíos.

Al comentar el milagro de la multiplicación de los panes, asevera que es uno de los pasajes que más ha marcado a la gente y ha dado pie, también a malentendidos y errores. “Si Jesús se muestra atento a las necesidades vitales de cada uno, es para abrirle a otra realidad, para hacerle tomar conciencia de que el hombre no sólo tiene necesidad de pan, sino de quien es prenda de la vida eterna, capaz de apaciguar otras hambres que la biológicas”… “en la vida nada es mágico. La retirada de Jesús, dice el Papa Francisco comentando este pasaje, advierte que el triunfalismo no es cristiano”… “Aviso saludable para quien se cree libre. Somos tan sumamente esclavos de nuestras pasiones, de nuestras ambiciones, de nuestra avaricia para poseer, acumular, triunfar. Nuestro mundo moderno, dice el Papa, es “esquizoide”: Grita “libertad, libertad”, pero es cada día más esclavo. Jesús es el único que libera y nos da el ejemplo de la verdadera libertad”.

Los primeros y los últimos hacen referencia a la parábola de los obreros a quienes les paga lo mismo independientemente de la hora en la que comenzaron sus labores. Lo resaltante no es la paga sino la respuesta del maestro al obrero que rezonga: “¿es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos?”. Es la clave de la parábola. “A Dios le gusta portarse con nosotros como el maestro de la viña con sus obreros: siente compasión por los que no tienen trabajo, por los que no tienen recursos por sí mismos y para sus familias. La nueva Alianza inaugura un nuevo social fundado en el amor. Dios salva a todos los hombres, incluso a los últimos”.

Es una bocanada de aire fresco y un llamado a la reflexión estas “cuentas del Rosario” que nos ofrece Mons. Dupuy. Me ha permitido rezar el rosario desgranando estos ricos pensamientos, rumiados por el autor a lo largo de su vida, y ahora, delante de la Gruta de Lourdes. Dios quiera y pronto podamos rezar juntos ante la Virgen de Coromoto y ante la tumba del Dr. José Gregorio Hernández.

41.- 27-9-19 (4023)

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