¡Feliz Navidad!

Confieso que en un primer momento iba hablar del "solsticio de invierno", y de cómo las fuerzas paganizantes tratan de repaganizar un evento ya cristiano desde hace 2000 años, como es el evento de la Navidad. Lo que en un principio fue una cristianización de la cultura, ahora se está convirtiendo en su repaganizacion. De la cristianización a la repaganizacion. Ya sabemos como los revolucionarios pasados quisieron repaganizar las celebraciones cristianas, pero no pudieron, porque la masa social cristiana, la "cristianía" como la llama Olegario Gonzalez de Cardedal en su tratado de Cristología, era todavía fuerte, aunque ya sin vigor creativo. Nosotros ahora sí estamos en franca decadencia, inmersos en nuestra "decadencia complacida", en la que parece que nos sentimos muy a gusto. Y las fuerzas paganas y paganizantes son cada vez más fuertes y numerosas, y están reconquistando espacios culturales y sociales cada vez más extendidos. Y además sin violencia, lo cual es aún más preocupante, en el fondo. Y como no veo a corto plazo ningún atisbo de cambio en este proceso decadente, prefiero hablar de otra cosa...

También estuve tentado a hablar del ataque de nuestro papa Francisco al clericalismo, y de cómo el papa ha dado en una de las dianas del origen de los males que acaecen a la Iglesia. Pero a quién le dirige su dardo anticlerical, ¿a los mismos clérigos? ¿Cree el papa Francisco que serán los mismos clérigos los que se desclericalicen? El desclericalizador que los desclericalice, buen desclericalizador será... Y como no veo tampoco solución a este entuerto, prefiero hablar de otra cosa...

Estuve tentado también hablar del descrédito y degradación en casi todos los órdenes en que ha caído el sublime ministerio sacerdotal, en este "modelo" pastoral de sacramentalismo sociológico y parroquialismo en el que vivimos, y que a todos aplasta, especialmente a los pequeños sacerdotes. Pero como no veo tampoco primicias de solución a este problema, prefiero hablar de otra cosa...

También estuve tentado de hablar sobre el penoso uso que hacemos de los medios de comunicación, que nos cuestan millones, y sobre los que planea siempre el fantasma del Diario YA, que se quedó sin sus lectores naturales, el público ilustrado católico, que se vio mejor atendido por el diario del astuto Anson, el ABC, el "auténtico ABC", como le gusta llamarlo a él, quien, quizás sin tantos conocimientos teológicos, pero con mucha más astucia y marketing periodístico ---"los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz…"--- supo atraerse al público católico y darles lo que querían: solidez editorial desde principios cristianos e implicación efectiva y eficaz en los asuntos sociales, económicos y políticos, huyendo del pastelerismo y de la no-implicación del otro diario. Y como veo que "la vida sigue igual" en lo que a medios de comunicación se refiere, y no hay atisbos de renovación, prefiero hablar de otra cosa...

Prefiero seguir la estela de aquellos piadosos israelitas, el ¨resto de Israel¨, que, pese a todas las dificultades, peligros e incertidumbres, siguieron creyendo en la señal divina, anuncio de Victoria para el pueblo de Dios: "He aquí que una Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, esto es, "Dios con nosotros...".

Siguiendo la estrella de la fe y en medio del pueblo de Dios que sigue creyendo en las promesas del Señor, y con "olor a oveja", os deseo una increíble, ungida y gozosa ¡Feliz Navidad!
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