Expulsar o no expulsar, esa es la cuestión.

Esta es una cuestión que se ha abierto como debate en la unión europea. Resulta que en casi todos los países de la unión existen problemas acerca de una minoría étnica cuyo problema fundamental son sus escasas simpatías por integrarse allí donde van, con sobradas excepciones claro está.

Mi opinión es que si en nuestro país hay un inmigrante que delinque, no solo debe pasar por prisión, sino además después ser expulsado. Me hace gracia que para los que les interesa, ciertos individuos invoquen a los derechos humanos o a las leyes de los países de la unión. Para el resto de cosas, se ríen literalmente de nosotros.

No estoy de acuerdo con que unos individuos vengan a robar la luz de nuestras farolas o el agua de nuestras tuberías. No estoy de acuerdo con que sus hijos se monten en el metro de Madrid sin pagar, fumen en los vagones del tren en horas que debían estar en clase, roben a los turistas o al resto de gente y tengamos que soportar la situación tensa de una presencia que no acostumbra con un mínimo de civismo.

Personalmente, tenemos un problema con personas no de etnia gitana o de procedencia rumana, pues los he conocido adaptados e integrados a este país, sino con personas con nombres y apellidos que no son honradas. España puede cargar con sus propios ladrones como para cargar con los de otro país. Y tampoco tenemos porqué soportar el impacto visual de sus chavolas. Bastante es que se ha procurado y se procura darles vivienda digna a nuestros gitanos para que no vivan en condiciones insalubres como para que vengan otros a ocupar las casas que abandonaron.

No soy xenófobo ni racista, soy realista. Un peruano viene a España a trabajar, se instala en un piso compartiendo habitación o bien alquilando solo la habitación. Lucha por sobrevivir como puede en un país extranjero, por salir adelante. Muchas veces logran vivir con esa dignidad luchando contra viento y marea hasta traer a hermanos, padres, madres, mujeres e hijos. O por mandar dinero a su familia en su país. La mayoría de los rumanos y marroquíes que conozco son así también. De los gitano-rumanos tristemente conozco lo peor que he visto por aquí. Pero si los hay que trabajan con honradez, luchan por salir adelante solos o con familia, merecen mi respeto, mi admiración y si surge, mi amistad. Pero con un inmigrante que viene a vivir aquí como un guarro, a vivir suburbialmente, a delinquir, etc, ese tipo de gente no me merece mi aprecio, es más, tendrán mi desprecio.

Comprendo que Sarkozy expulse a un tipo de gente que no le da no solo la puta gana integrarse, sino respetar las leyes de una sociedad democrática. Y por lo que sé, en Francia se expulsa gente que ni trabaja, ni estudia, ni se integra y que incluso hasta delinquen, porque Francia ni ningún país de la unión tienen porque soportar a gente así. Si se van de su país que sea por buscar un futuro mejor, no para buscar quedarse igual o peor en otro país.

PD: Es bueno que España nos planteemos hacer lo mismo con aquellos inmigrantes que delinquen. Solo y únicamente con los que delinquen.
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