Juan Maria Uriarte ha concedido los debidos permisos de imprenta y su aval al libro de Pagola. Esto ha ocasionado que algunos se les haya indigestado la noticia, y de la misma forma que tampoco hubo sintonía episcopal alguna en la condena de Demetrio Fernández al libro de Pagola, pues no se sumó nadie y se quedó solo Don Demetrio, quien no debe ser nombrado alega para desacreditar al libro una ausencia de sintonía con Juan Maria Uriarte a la hora de dar su aval al libro.

De repente la permanente autoriza la publicación de una nota contra Pagola por parte de la Comisión para la Doctrina de la Fe, en la que Demetrio cuenta con notables apoyos y amigos para condenar a Pagola. Es curioso como en los tribunales civiles, un juez o un jurado no puede posicionarse antes del juicio contra un acusado porque eso ya te da una idea de por donde podría el juez tirar la sentencia. En la Iglesia parece que los que se erigen en jueces o tienen tal responsabilidad, como es el obispo de Tarazona, en lugar de comportarse con neutralidad juzgando una obra en su respectiva comisión, mueve todos los hilos para destruir sea como sea la obra de Pagola.

Pagola ha introducido correcciones en su libro, recuerdo que cuando anuncié en mi blog las posibles correcciones de Pagola para la siguiente edición, como se quejaron algunos por tal cosa, les molestó que Pagola corrigiese su obra. Pues hombre, si un autor corrige sus errores o matiza sus conclusiones para evitar malas interpretaciones, la obra lejos de ser mala, gana con cada nueva edición.

Más que condenar, que en estas cuestiones académicas esa postura sirve de poco, hay que apostar por rectificar y corregir. La comisión tiene la oportunidad de o corregir o condenar el libro de Pagola, quiero creer que apostarán por la corrección, pero tristemente en la Iglesia tenemos gente que le parece sin duda más valiosa una condena a un libro entero por unos errores que pudiera tener o porque el autor fue vicario con el nefasto Setién. Pues en mi opinión merece su oportunidad.

Es increíble además que solo pueda escribir sobre el Jesús histórico personajes impresentables al estilo Dan Brown y J.J. Benítez, y no un sacerdote experto como Pagola, el cual garantizaría un libro más apto para creyentes que el de algunos de los sujetos actuales que publican sus best seller y en la que no sale bien parada la Iglesia.