Decían que defendía grandes valores, y en el nombre de los méritos que hizo defendiendo a una mujer de la violencia de su pareja (y que casi le cuesta la vida), se montó un circo entorno a su persona en el que le han llegado a consentir toda clase de opiniones. Si sus valores son defender la pena de muerte, estar contra nuestra constitución y apoyar el llevar armas encima, dudo mucho que ese hombre tenga más valores que los desgraciados que le dieron fama, el agresor y la agredida.
Ahora quienes lo apoyaron para un cargo que representa “valores” piden su destitución, y por el hecho de haber sido pillado alcoholizado y conduciendo. Por sus opiniones debieran haberle destituido antes, lo del coche ha sido la triste prueba que ha hecho abrir los ojos a sus admiradores. Por lo que se ve, no hay mucho más que admirar.