El horrendo Reverendo

Amparado en el anonimato, que puede estar o no en su derecho, podemos reconocer a una persona de lo más ruin como es el blogger conocido como el reverendo. Siento hablar mal de un compañero de Religión Digital, pero tras leer lo que ha dicho del canónigo Sevillano y acusarlo de ser vencido por el demonio y la carne.

Debe ser que este horrendo personaje, que lanza la piedra al tiempo que esconde su mano entre todos los curas sevillanos, para que sospechen todo el clero y no de él, le falta un mínimo de inteligencia y de empatía. No sé como puede llegar a sacerdote gente así de vacía de corazón, con tan poca compasión, con tal incapacidad para poder comprender que a veces una persona deja el sacerdocio no por falta de Fe, sino por una llamada interior.

El canónigo Sevillano lo ha dejado todo, repito, TODO. Ama a una mujer, que no sabemos ni quien es ni nos importa. Ha dejado 41 años de su vida atrás, eso si que es duro. Es duro además enamorarse en su situación, y en esos casos se sufre y hasta se pasa mal. La conciencia duele. La gente a tu alrededor se escandalizará. Todo lo que eres vas a dejar de serlo, etc. Pero, ¿de eso que sabe un hombre sin alma como el Reverendo? Nada. Un personaje como él solo podrá destilar lo que su corazón tiene, muchísimo resentimiento, el cual lo ha demostrado a sus vicarios y al que fue su obispo, a los cuales ha insultado al tiempo que los reverenciaba en público. Peor persona no se puede ser, pero cuando te acostumbras a eso se te relaja la conciencia, y en su caso, está visto que la tiene muy relajada.

Si como usted insinúa ese cura va tras el demonio, usted se ve que no se ha quedado atrás desde su sacristía. Lo sigue sin rechistar, diciendo salvajadas sobre esa persona y tachándolo de mal juicio por haberse enamorado y dejar su ministerio. ¿En qué lugar quedan los laicos cuando nos enamoramos? ¿Vamos tras el diablo? ¿O es que el amor de un sacerdote es obra del diablo? Usted insulta la esencia mayor de Dios, el amor.

No es usted tan distinto de esos curas pedófilos. El pecado de ellos es sin duda más grave que el suyo. Su caso señor reverendo se asemeja al de ellos en que usted se presenta como un ejemplo ante su feligresía haciendo cosas ruines en privado, ruindades que hacen daño. ¿Por qué no da usted la cara? ¿Tiene acaso miedo a que le expulsen del sacerdocio como hacen con los pedófilos? Tenga usted por seguro que echarle no le echarán, pelo le habrán calado ya como para saber que con gente como usted para cargos importantes no se puede ni se podrá contar.
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