El nefasto periodismo.
Lo siento por los periodistas y los medios de comunicación, pero a base de anunciar a tarados e imbéciles que amenazan con pegar fuego a libros de valor religioso, han logrado darle la mejor publicidad gratuita que necesitaba un pirómano impresentable. ¿Es que acaso no hay otras noticias que cubrir? Por lo que parece no.
En España ocurren cosas por toda su geografía. A mi me parece más relevante destacar que hay pueblos de nuestra geografía que se están quedando poco a poco aislados de transporte público. Me parecería hasta sanísimo que se hablase de cómo cientos de personas se juegan la vida atravesando las vías del tren porque no hay un paso subterráneo o levadizo. Me parecería fantástico que se hablase que en cierto instituto han expulsado a una profesora de matemáticas que se traía tortugas a clase para jugar con los chiquillos en horas lectivas. Me parecería acertado comentar que en dicho instituto han ocurrido ya dos suicidios y han tenido que colocar rejas. E incluso, sería fabuloso que se hablase del torneo de Ajedrez de Benasque o del Campeonato de España de Ajedrez, que son prestigiosos.
Pero no, nuestros periodistas hacen un trabajo por lo general absurdo. Acuden 30 periodistas a ponerle un micrófono a un ministro, 50 a ponerle un micrófono a un jugador del real Madrid o a ver como saca su coche del parking, media docena se dedican a perseguir y registrar la basura de un famoso. Se paga a corresponsales en países extranjeros que tardan tiempo en generar algo digno de llamarse noticia, etc. Incluso en programas de opinión, nos encontramos como una Maria Antonia Iglesias, una Curri Valenzuela, una Carmen Toro, un Gabilondo, etc, son capaces de hablar de todo cuando sabemos que no saben ciertamente de nada.
La ruina que provocan a las cadenas estos periodistas, y su forma de trabajar no es solo culpa de ellos, sino de los directivos de la mismas. Debieran aprender a rellenar mejor las parrillas de noticias. Es absurdo que durante 5 minutos no se hable de otra cosa que de la estúpida alineación del Real Madrid o sea casi obligatorio sacar durante 30 segundos a Cristiano Ronaldo aunque solo sea para que veamos como saca el coche del aparcamiento.
Pues no me extraña que termine siendo noticia un impresentable pirómano convertido en pastor evangélico. Todo el mundo sabe que pastor evangélico puede serlo cualquiera, y un cualquiera con como mucho 50 fieles ha conseguido una polémica que ya ha costado muertos. Y todo porque nuestros periodistas y sus jefes son responsables de dar propaganda a un cualquiera perdido en lo más profundo de los EEUU.
En España ocurren cosas por toda su geografía. A mi me parece más relevante destacar que hay pueblos de nuestra geografía que se están quedando poco a poco aislados de transporte público. Me parecería hasta sanísimo que se hablase de cómo cientos de personas se juegan la vida atravesando las vías del tren porque no hay un paso subterráneo o levadizo. Me parecería fantástico que se hablase que en cierto instituto han expulsado a una profesora de matemáticas que se traía tortugas a clase para jugar con los chiquillos en horas lectivas. Me parecería acertado comentar que en dicho instituto han ocurrido ya dos suicidios y han tenido que colocar rejas. E incluso, sería fabuloso que se hablase del torneo de Ajedrez de Benasque o del Campeonato de España de Ajedrez, que son prestigiosos.
Pero no, nuestros periodistas hacen un trabajo por lo general absurdo. Acuden 30 periodistas a ponerle un micrófono a un ministro, 50 a ponerle un micrófono a un jugador del real Madrid o a ver como saca su coche del parking, media docena se dedican a perseguir y registrar la basura de un famoso. Se paga a corresponsales en países extranjeros que tardan tiempo en generar algo digno de llamarse noticia, etc. Incluso en programas de opinión, nos encontramos como una Maria Antonia Iglesias, una Curri Valenzuela, una Carmen Toro, un Gabilondo, etc, son capaces de hablar de todo cuando sabemos que no saben ciertamente de nada.
La ruina que provocan a las cadenas estos periodistas, y su forma de trabajar no es solo culpa de ellos, sino de los directivos de la mismas. Debieran aprender a rellenar mejor las parrillas de noticias. Es absurdo que durante 5 minutos no se hable de otra cosa que de la estúpida alineación del Real Madrid o sea casi obligatorio sacar durante 30 segundos a Cristiano Ronaldo aunque solo sea para que veamos como saca el coche del aparcamiento.
Pues no me extraña que termine siendo noticia un impresentable pirómano convertido en pastor evangélico. Todo el mundo sabe que pastor evangélico puede serlo cualquiera, y un cualquiera con como mucho 50 fieles ha conseguido una polémica que ya ha costado muertos. Y todo porque nuestros periodistas y sus jefes son responsables de dar propaganda a un cualquiera perdido en lo más profundo de los EEUU.