Día del Domund, fin del Sodalicio y el perdón a las víctimas, en el #resumensemanal de RD Recta final del Sínodo: la Iglesia, ¿acepta el desafío del mundo?
Última semana del Sínodo de la Sinodalidad. Una etapa abierta en la historia de la Iglesia que ha venido para quedarse. Esperemos, también, que para no quedar afeitada en falsas discusiones y sin entrar de lleno en los temas concretos que pide, que clama, el ‘santo pueblo de Dios’.
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Un evento que les estamos contando en directo, gracias a las crónicas de nuestro corresponsal Luis Miguel Modino, y a aportaciones de muchos de los protagonistas de este evento que, insistimos, no concluye el próximo domingo, sino que seguirá, y que habrá de profundizar, mal que les pese a los rigoristas, con una mayor participación, con voz y voto, de laicos, hombres y mujeres, el grueso de los ‘sacerdotes’ del pueblo de Dios.
Hoy, domingo, celebramos el Día del Domund, el de los auténticos influencers de Dios, los hombres y mujeres que arriesgan todo para llevar el Evangelio de la solidaridad al mundo que sufre. Que no se quedan criticando en el sillón, que no pierden el tiempo en formular rebuscadas teologías que nadie entiende (precisamente para que nadie las entienda), que siempre encuentran a Dios en la mirada del otro.
Al otro lado, los escribas y fariseos de hoy, los Müller, Viganò, Olivera Ravasi… Los rigoristas, azuzados por quienes siempre han mandado, no solo en la Iglesia, y que han permitido que el dolor y el sufrimiento permanezcan. Los que todavía hoy se niegan a reconocer el impacto de los abusos a menores, por poner un ejemplo actual, esta semana en que se ha presentado, al fin, el informe del Defensor del Pueblo ante la comisión mixta Congreso-Senado.
Este lunes, la Iglesia de Madrid rendirá homenaje, y pedirá perdón, a las víctimas en un acto en la catedral de La Almudena, mientras el Vaticano parece haber metido la directa para atajar, esperemos que de manera definitiva, estas prácticas y a quienes las impulsaron o protegieron. En estos días, además, veremos noticias relativas al Sodalicio, y el comisario plenipotenciario para Torreciudad arrancará su trabajo. No serán las únicas noticias relativas al Opus Dei que conoceremos antes de que acabe el año, por cierto.
Ser sinodales es ser auténticamente Iglesia. Dar voz, y ofrecer respuestas, a un mundo que sufre, que siente, que espera. Que tiene todo el derecho a que la Iglesia, Su Iglesia, afronte los desafíos. Por primera vez en mucho tiempo, tenemos al frente a un Papa que acepta el reto. ¿Sabremos estar a la altura?