Nuevo Plan pastoral de la Iglesia de Lima Arzobispo Carlos Castillo: “¡Ha llegado la hora del evangelio escuchado y vivido"
Pasos decisivos da la iglesia de Lima para actualizar su pastoral al proyecto de iglesia en salida que desea el Papa Francisco
Tener un plan pastoral participativo es un hito después de 20 años de un modelo eclesial tradicionalista y conservador
«Que esto no se convierta en un catecismo, sino en una guía orientadora para ir realizando juntos las cosas», dijo el arzobispo Primado del Perú.
«Que esto no se convierta en un catecismo, sino en una guía orientadora para ir realizando juntos las cosas», dijo el arzobispo Primado del Perú.
| Aníbal Pastor N. / Lima
Ver en el amplio salón del Seminario Santo Toribio de Mogrovejo, el más antiguo de América Latina, repleto de agentes de pastoral (laicos, laicas, sacerdotes y religiosos), dispuestos a acoger el Plan Pastoral 2023 de la Arquidiócesis de Lima, era para entusiasmarse, más cuando no se trataba de cualquier documento. Se trataba, nada más y nada menos, de un plan que busca guiar el camino de la Iglesia de Lima en los próximos meses, recogiendo los aportes y sentires de las comunidades parroquiales y movimientos.
Hay que “tener en cuenta todo el proceso seguido desde la Asamblea Sinodal de 2020”, dice Carlos Castillo, el actual arzobispo que realizó ese encuentro en el primer año de su gestión, y pasando por diversos procesos de escucha, tanto de la Asamblea Latinoamericana como del actual Sínodo de la Sinodalidad, la formación de los consejos pastorales a nivel parroquial y arquidiocesano que han sido estructuras creadas en este tiempo.
El obispo auxiliar, Guillermo Elías, en su alocución también enfatizó ese caminar participativo y añadió que «todo plan, si no cuenta con el instrumento, de nada sirve. Y el instrumento somos nosotros: tanto presbíteros, religiosas, religiosos, como laicas y laicos», señaló.
“Quiero subrayar que la propuesta reformadora comenzada por el Papa Francisco hace 10 años, mantiene su vigencia y está siendo acogida en Lima”, dijo el arzobispo Castillo. Y explicó que este plan, tiene cuatro sentidos orientadores: “sentido comunitario”, “comunidad abierta”, “ímpetu misionero” e “identidad misionera”.
Esos énfasis buscan poner al día a la iglesia limeña luego de veinte años de la era del arzobispo Juan Luis Cipriani, miembro del Opus Dei, quien se caracterizó ―entre otros aspectos― por sus vínculos con el fujimorismo (ideología seguidora del expresidente Alberto Fujimori), defender a los violadores de los derechos humanos, apoyar a los sectores provida, y desarrollar una iglesia tradicionalista y conservadora en temas como la familia, género, educación, rol de las mujeres en la iglesia, etc. además de temas económicos y hasta en las finanzas eclesiales, expresando en su conjunto una línea eclesial del conservadurismo más duro y puro.
Ante esto, Carlos Castillo, que en marzo próximo cumplirá cuatro años desde que asumió como arzobispo, luego de ser consagrado en la Catedral y pasar a ser el obispo Primado del Perú, era un sacerdote que provenía de un barrio popular de Lima.
El nuevo arzobispo se propuso rearmar una iglesia, como señala, que se inscribiera en el proyecto del actual Papa, lo que le ha generado duros dolores de cabeza al ser atacado hasta personalmente en distintos medios de trinchera. Incluso se sabe que parte del clero local ha sido muy reticente a sus propuestas de cambios eclesiales.
En este contexto, y más el drama de que a diario vive el pueblo peruano por la actual crisis política, fue presentado el Plan Pastoral de la Iglesia de Lima, en dependencias del Seminario más antiguo de América Latina, Santo Toribio de Mogrovejo.
Ahí, Castillo recordó a su audiencia, que “la Iglesia tiene una misión importante: acompañar a su pueblo, ser consciente de su potencialidad, de sus límites, de sus búsquedas y del mensaje evangélico que debe transmitirse en concreto”. Y añadió que esto es lo que se busca a través del Plan Pastoral, “iniciando un nuevo proceso de acompañamiento, de comprensión de la realidad, de un esfuerzo inspirado en donde nos dejamos llevar por un espíritu común”.
Además, en el documento señala: “el gran reto presentado en el último año de la realidad polarizada y violenta, tanto social como política, e ideológica y donde la humanidad de los peruanos parece haber entrado en una profunda crisis, nos desafía aún más. Por ello, extraña que todavía un sector, especialmente del clero de nuestra Iglesia y algunos fieles que gozan aun de poca conciencia misionera, se dejen poseer por la acedia que seca el alma que el papa Francisco denuncia en EG 81-83 y 277, y que es la actitud de autosuficiencia de creer que siempre regresaremos a lo mismo"
Prosiguió señalando: "Estamos llamados a ponernos a la altura de un reto histórico y nuestra fe, es una fe en el Dios que se encarnó en nuestras historias; especialmente en la historia de un pueblo que sufre y cree, y hemos de seguir dándole respuestas. Demasiados años hemos estado repitiendo una y otra vez esquemas y órdenes incomprensibles y rígidas. ¡Ha llegado la hora del evangelio escuchado y vivido como primer paso de la evangelización!”.
«Que esto no se convierta en un catecismo, sino en una guía orientadora para ir realizando juntos las cosas» concluyó el Primado del Perú.
El plan Pastoral de Lima puede ser descargado aquí