La realidad del conflicto israelí-palestino se ha agudizado de manera desgarradora desde el 7 de octubre de 2023, sostiene un documento titulado "Cómo vemos las cosas" emitido luego en una reunión celebrada por las comisiones de Justicia y Paz de Jerusalén y de Europa el pasado 21 de mayo.

El miedo y la ansiedad tras la brutal matanza de 1200 personas y la captura de rehenes, aún retenidos en Gaza, han sido respondidos con represalias desproporcionadas. Las estadísticas son devastadoras: decenas de miles de muertos y heridos, cientos de miles sin hogar. La violencia se desató, pero el conflicto no es nuevo. Tiene raíces profundas.

"Estamos horrorizados por las represalias israelíes que ha dejado decenas de miles de muertos y heridos y cientos de miles de personas sin hogar. Sin embargo, todo esto tiene su origen en un conflicto que comenzó hace más de cien años", señala el texto.

El colonialismo británico, tras la Primera Guerra Mundial, sembró las semillas del conflicto prometiendo un hogar nacional para los judíos en una Palestina mayoritariamente árabe. En 1948, la declaración de independencia de Israel llevó a una guerra civil y la Nakba, el desplazamiento de 750,000 palestinos. La ocupación y colonización de territorios continuaron después de la guerra de 1967. Los intentos de paz, como los Acuerdos de Oslo, han sido socavados por la continua expansión de asentamientos israelíes.

Gaza: Un Escenario de Destrucción

La Franja de Gaza ha soportado una destrucción sin precedentes, según las Comisiones de Justicia y Paz. Más de 35 mil palestinos han perdido la vida, hay 80 mil heridos y 17 millones desplazados.

La infraestructura está devastada: el 60% de las viviendas dañadas, el 80% de los edificios destruidos. La falta de acceso a alimentos, agua, electricidad y medicinas es crítica. La comunidad cristiana de Gaza también ha sido severamente afectada, con la mayoría refugiada en instituciones religiosas.

El documento, describe: "Desde el comienzo de la guerra contra Gaza, el nivel de pérdidas humanas y destrucción ha sido sin precedentes en nuestra Tierra Santa. Las estadísticas publicadas por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) son devastadoras, incluyendo más de 35000 palestinos muertos y unos 80.000 heridos, de los cuales el 60% en ambas categorías son ancianos, mujeres; 1,7 millones de personas (de un total de 2,3 millones) están desplazadas internamente, el 60% de las viviendas han sufrido daños y el 80% de todos los edificios de la ciudad han quedado destruidos.1,1 millones de personas alcanzaron niveles catastróficos de inseguridad alimentaria; falta de electricidad, alcantarillado, agua o  redes de comunicación".

Y continúa: "23 de los 36 hospitales están fuera de servicio, con grave escasez de medicamentos y suministros médicos. Se han registrado 760.000 casos de infecciones respiratorias agudas y 410.000 casos de diarrea acuosa aguda. El 71% de los centros de atención primaria están fuera de servicio. El 83% de los pozos de agua subterránea no funcionan y hay 270.000 toneladas de aguas residuales sólidas acumuladas en las calles.  En cuanto a la educación, el 73% de todas las escuelas han sido destruidas, dejando a 625.000 niños en edad escolar sin ningún tipo de educación o escolarización, por no mencionar que todas las universidades han sido reducidas a escombros. En la actualidad hay 17.000 niños no acompañados, separados de sus padres y muy probablemente huérfanos. También cabe mencionar que de los muertos, 967 eran trabajadores humanitarios, sanitarios, personal de la defensa civil y periodistas asesinados en acto de servicio".

"En cuanto a la ayuda humanitaria que entra en Gaza, antes de la guerra, una media de 500 camiones de suministros entraban diariamente en Gaza. Ese suministro diario no superó los 216 camiones en un solo día. En los últimos días se ha vuelto a reducir a cero, ya que Israel ha tomado el paso fronterizo de Rafah, lo que provocó una grave escasez de alimentos, agua, medicinas y combustible".

"Estas estadísticas pintan un panorama muy sombrío de la situación actual en Gaza, que es sólo una parte de la historia. Las tragedias humanas de las que oímos hablar a diario, como amputaciones, operaciones sin anestesia, son simplemente demasiado para soportar. La humanidad se ha perdido en Gaza.

El documento reconoce que la Iglesia Católica ha jugado un papel crucial, suministrando alimentos y medicinas a más de mil personas diariamente. La reconstrucción será un proceso largo y arduo, se afirma. A pesar de todo, la comunidad cristiana sueña con no solo restaurar sino expandir sus servicios para ayudar a todos los necesitados en Gaza", aclaran las comisiones.

Pero además, se señala que "los cristianos tienen un papel importante en los partidos políticos y en la resistencia a la ocupación y la lucha por la libertad y la igualdad, la justicia y la paz. La Iglesia local de Jerusalén promueve una reflexión teológica comprometida sobre nuestra situación, desarrollando una teología palestina de la liberación, una reflexión bíblica contextual y una espiritualidad que sostenga a la comunidad local", explica el documento.

Entre el Bloqueo y la Violencia

En Cisjordania, las violaciones de derechos humanos se han intensificado. La violencia de colonos protegidos por fuerzas israelíes ha aislado comunidades, destruido viviendas y restringido el acceso a servicios esenciales. Las demoliciones han dejado a miles sin hogar. La guerra ha permitido detenciones masivas y la creación de obstáculos que impiden el movimiento.

El documento agrega que el desempleo ha aumentado drásticamente. La guerra y las restricciones han empeorado la situación económica, con tasas de desempleo proyectadas cerca del 46%. Las dificultades para acceder a sus tierras y la violencia durante la cosecha de olivos reflejan la precariedad de la vida palestina bajo ocupación.

Jerusalén: El Corazón de la Resistencia

En Jerusalén Este, los palestinos enfrentan restricciones severas y una campaña de arrestos. Las dificultades económicas se agravan con la guerra, y los cierres de oficinas gubernamentales han interrumpido servicios vitales. La demolición de propiedades palestinas ha aumentado, y la comunidad cristiana también sufre ataques y vandalismo.

Las escuelas cristianas enfrentan la imposición de planes de estudio israelíes. A pesar de esto, los cristianos mantienen su papel en la resistencia, luchando por libertad, igualdad, justicia y paz. La teología palestina de la liberación y los esfuerzos de organizaciones como Sabeel y Kairos buscan sostener a la comunidad y promover la paz.

Clamor por la Paz

La paz en Palestina no es solo un sueño, es una necesidad urgente, afirman las referidas comisiones de Justicia y Paz. La comunidad internacional debe escuchar y apoyar los esfuerzos de los palestinos por vivir en libertad y dignidad. 

"Necesitamos su apoyo a los esfuerzos de los cristianos no sólo para permanecer en su patria, sino para contribuir activamente a la lucha en Israel/Palestina por la libertad y la igualdad, la justicia y la paz.  Por favor, ayúdenos a hacer oír nuestra voz", concluyen las comisiones de Justicia y Paz de Jerusalén y de Europa".