Horas después de pedirle a la dirigencia mundial "soluciones concretas" a la guerra en Ucrania, el papa Francisco recibirá este jueves a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, una de las impulsoras de la política de sanciones a Moscú y armas a Kiev que viene impulsando el bloque de los 27.

El pontífice recibirá a von der Leyen en medio de una gira romana de la política belga, que el mismo día se encontrarácon el presidente italiano Sergio Mattarellay con el primer ministro, Mario Draghi. El eje de las tres charlas será el mismo: la guerra en Ucrania y las posibles salidas.

Von der Leyen se viene mostrando como una de las propulsoras de las que hasta ahora han sido las únicas respuestas europeas al conflicto: sanciones a dirigentes, empresas y hasta familiares de personas cercanas al ruso Vladimir Putin por un lado, y el envío de armas a Ucrania por el otro. Desde antes de iniciada la guerra, ya es bien conocida la postura papal sobre las sanciones, a las que ve como un instrumento poco eficaz. Con las armas, dentro de los muros vaticanos se ve como muy delgada la línea que separa la promoción de su tráfico y comercio con el derecho al aprovisionamiento para legítima defensa.

La presidenta del órgano Ejecutivo del bloque regional del Viejo Continente se reunirá además con Draghi, en medio de las tratativas del premier italiano con apoyo del Papa para que se desbloqueen las exportaciones de granos de Ucrania ante la posibilidad de una "catástrofe alimentaria global".

Mientras tanto, según informó oficialmente el departamento de Estado, el secretario de Estado vaticano Pietro Parolin tuvo ayer una llamada con su par estadounidense Antony Blinken. La elección del momento no es menor: los lunes a la tarde es el encuentro semanal de Parolin con Francisco, lo que alimentó rumores de que el propio pontífice pudiera haber participado de la llamada.

Según informó el equipo de Blinken, en la conversación estuvieron presentes "las continuas consecuencias globales de la brutal invasión rusa de Ucrania, incluidas las formas de abordar la crisis mundial de seguridad alimentaria", para la que "afirmaron su compromiso de apoyar a quienes sufren sus terribles efectos".