Apenas 170 fieles y 30 cardenales acompañaron al papa en San Pedro En una misa de Gallo cambiada por la pandemia, Francisco convocó a "consolar las lágrimas de los que sufren"
En su homilía, el Papa pidió alejarse de los "pesebres de vanidad" y convocó a liberarse de "los círculos viciosos de la insatisfacción, de la ira y de la lamentación"
"El Hijo de Dios nació descartado para decirnos que toda persona descartada es un hijo de Dios. Vino al mundo como un niño viene al mundo, débil y frágil, para que podamos acoger nuestras fragilidades con ternura"
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
En una misa de Gallo marcada por el coronavirus, que comenzó dos horas antes de su horario habitual para cumplir las normativas italianas frente a la pandemia, Francisco convocó hoy a "consolar las lágrimas de los que sufren" y pidió alejarse de los "pesebres de vanidad".
En una ceremonia que inició a las 19.30 locales, el pontífice encabezó su octava misa de Gallo como Papa, la primera con apenas público en la Basílica vaticana. Unos 170 fieles, y 30 cardenales, acompañaron a Bergoglio en la celebración.
"Sólo el amor de Jesús transforma la vida, sana las heridas más profundas y nos libera de los círculos viciosos de la insatisfacción, de la ira y de la lamentación", planteó Jorge Bergoglio durante la celebración, más corta que en años anteriores.
Comidas que no sacian
En la ceremonia, que marca el inicio de las celebraciones vaticanas para las fiestas de Navidad y Año Nuevo, el Papa lamentó las veces en que, "hambrientos de entretenimiento, éxito y mundanidad, alimentamos nuestras vidas con comidas que no sacian y dejan un vacío dentro".
"Insaciables de poseer, nos lanzamos a tantos pesebres de vanidad, olvidando el pesebre de Belén", criticó el obispo de Roma, que esta semana, en la misma línea, ya había advertido el peligro de que "el consumismo" se adueñara de la Navidad.
Francisco planteó en su homilía "que el tiempo que tenemos no es para autocompadecernos, sino para consolar las lágrimas de los que sufren".
Sin referencias explícitas a la pandemia de coronavirus durante la homilía, el Papa había iniciado la celebración tras escuchar la "kalenda", el canto típico que suena sólo para esta Misa, luego de la que se encendieron las luces de una Basílica de San Pedro casi vacía, a diferencia del lleno de años anteriores.
"Toda persona descartada es un hijo de Dios"
"El Hijo de Dios nació descartado para decirnos que toda persona descartada es un hijo de Dios. Vino al mundo como un niño viene al mundo, débil y frágil, para que podamos acoger nuestras fragilidades con ternura", había planteado antes el Papa.
La agenda de celebraciones continúa mañana al mediodía, cuando Francisco dirija su tradicional mensaje navideño, en el que repasará la preocupación del Vaticano por los conflictos en el mundo, e impartirá la Bendición Apostólica "Urbi et Orbi", es decir a la ciudad de Roma y al mundo.
Por primera vez en la historia, y para evitar aglomeraciones de fieles en la Plaza San Pedro en medio de la pandemia, el Papa impartirá la bendición desde el Aula de la Bendiciones, dentro del Palacio Apostólico Vaticano, y no desde el balcón central de la Basílica, como es costumbre.
Etiquetas