Misión la luna o misión la tierra

El presidente de Estados Unidos ha anunciado que va a volver a enviar astronautas a la Luna. ¿Es esa la prioridad de la humanidad? ¿Hay que ir a la luna cuando queda tanto por hacer en la tierra?

Sería preferible que la “Misión la Luna”, se sustituyera por la “Misión, la Tierra”, ha dicho Mayor Zaragoza.

Desgraciadamente, no será así y al proyecto se destinarán inmensas cantidades de dinero que podrían tener un destino más urgente, necesario, noble y solidario.

Muchas personas no entienden que se empeñen en llegar a la luna en lugar de llegar a quienes tienen necesidades de salud, nutrición, justicia o educación; a los que sufren las consecuencias de catástrofes naturales o provocadas; a los que padecen sida, malaria, lepra, Alzheimer, cáncer, hambre, frío.

Muchas personas aplaudiríamos una “Misión, la Tierra” que abordara con soluciones eficaces los problemas de miseria, de exclusión, de explotación y de dependencia para así evitar y prevenir la frustración, la radicalización, la desesperanza y violencia que generan.

Aplaudiríamos y admiraríamos que Estados Unidos, en lugar de conocer mejor la Luna, liderara la dinamización real y efectiva de la ONU, de la UNESCO, o del Banco Mundial para la reconstrucción y el desarrollo mundial.

Aplaudiríamos un Tribunal Penal Internacional dotado de poder y competencias para abordar los problemas creados por las redes de narcotraficantes la compra-venta ilegal de armas, los paraísos fiscales, las mafias, el extremismo y los que causan un deterioro a veces irreversible del medio ambiente.

Mirar hacia arriba, hacia la luna, no es difícil. Lo difícil es contemplar los grandes problemas de la Tierra y reconocer el fracaso de las fórmulas aplicadas hasta ahora para hacer frente a un buen número de ellos.

En lugar de mirar hacia la Luna habría que volver la vista hacia los países explotados y recelosos por tantas promesas incumplidas. A tantas personas necesitadas aquí en la tierra.
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