Mi legado espiritual

Por mi vida han pasado muchas personas; he leído muchos libros; he aprendido y desaprendido muchas cosas; he viajado y tenido multitud de experiencias; he cosechado éxitos y fracasos; he gozado y he sufrido. Pero, por encima de todo ello, hay una especie de estrella polar que me ha iluminado casi siempre; que ha dado sentido a mi existencia, y un sentido positivo; que me ha acompañado en las noches oscuras del alma, cuando había perdido el rumbo y no sabía qué hacer ni qué decisión tomar.

Hoy que Pilar, mi nieta, se incorpora a la familia cristiana quiero adquirir el compromiso de acompañarle a estar en este mundo sin ser del todo de este mundo; a tener presente a Dios en su vida; a procurar ser, para ella, una pequeñita estrella polar que ilumina sin deslumbrar.

Pilar, mucho antes de que tú manifiestes tu credo en Dios, Él ha creído en ti. Ha apostado por ti.

Hoy vas a recibir un regalo que supera todas las expectativas. De la mano de Macías, tus padres y padrinos vas a pasar a formar parte de la gran familia cristiana. Ella te ayudará a caminar por la vida con la certeza de que lo que es no lo es todo; a tener una vida personal conducida por el Espíritu; a crecer en la fe; a sentirte acogida, querida y protegida por un Dios misericordioso que te ayudará a descubrir y gozar de lo que vale de verdad y a llevar la cruz, cuando llegue.

Hago míos, para tí Pilar, algunos retazos de una bella bendición irlandesa:

Que los caminos se abran a tu encuentro y el sol brille sobre tu rostro,

Que guardes con gratitud el recuerdo precioso de las cosas buenas de la vida.

Que el don de Dios te ayude a llevar la alegría a los corazones de cuantos amas.

Que los ojos de Dios te miren,

Que los oídos de Dios te oigan,

Que la Palabra de Dios te hable

Que la fuerza de Dios te mantenga firme.

Pilar: que el Dios que hoy te va a acoger te lleve siempre en la palma de su mano.
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