Si pagaran por dar sangre, habría menos donantes
Esta lección la deberían aprender muchos directivos empresariales. Porque no somos más felices por el hecho de ganar más dinero. Y se equivocan muchos directivos al sobrevalorar la importancia dada a los incentivos económicos.
En el libro “La sorprendente verdad sobre qué nos motiva” Pink analiza qué es aquello que nos estimula a hacer lo que hacemos. Y basándose en sus propias investigaciones concluye que “lo que en realidad ansiamos como individuos es la libertad de decidir nuestros objetivos, aprender de forma continua y ser capaces de aportar y mejorar nuestra vida y la de nuestro entorno”.
El profesor de Economía en la Universidad de Zúrich, Bruno Frey se pregunta por qué no somos más felices cuando aumentan nuestros ingresos. Y a partir de sus investigaciones llega a la conclusión de que el incremento de la felicidad laboral está muy relacionado con el equilibrio trabajo-vida personal, la conciliación, la utilidad de los procesos de trabajo en los que participamos, la flexibilidad o las relaciones con los jefes y compañeros.
La solución del palo y la zanahoria es un método anticuado e ineficaz de motivación. Es mucho más eficaz tener en cuenta las bases de nuestra motivación interna: “libertad de dirigir nuestra vida, dominar la disciplina por la que tenemos vocación y ser capaces de lograr objetivos que lleguen más allá de nosotros mismos”.