Las periferias del Papa Francisco

Me llegan voces que hablan de inquietud, incertidumbre y asombro ante la reiterada referencia del papa Francisco a las periferias. ¿Hay razones para ello?

Interpretan, algunas de esas voces, que se pone demasiado énfasis en los marginados, como si no existieran otras personas también necesitadas.

Tendrían razón si al hablar de marginados pensáramos solo en personas con necesidades materiales. Pero creo que la interpretación de las periferias es y debe ser mas amplia. Referirse no solo a pobres materiales sino también a pobres de espíritu, a gente que sufre ante el sinsentido de su vida, que buscan sin encontrar y que, aun sin saberlo, tienen sed de espiritualidad.

En la Iglesia plural a la que pertenecemos algunas personas ponen el acento en la espiritualidad. Y ante ellos digo yo que ¡bendita sea su mística!

Otras personas ponen el foco de su actuación en la resolución de los problemas del mundo. Y ante ellos digo yo que ¡bendito sea su compromiso!

Mi postura personal es que, siguiendo la invitación de Pedro Poveda, aspiro a estar en el mundo sin ser del mundo. A unir mis fuerzas a los que, aun desde su increencia, apuestan por un mundo más justo y solidario. A conjugar, simultáneamente caridad y justicia. Pero diciendo, aun sin querer hacerlo, que estoy hecho de otra pasta; que me mueven otras fuerzas; que actúo impulsado por una fe que me compromete y por una concepción del mundo marcada por una vida espiritual intensa.

Así entiendo la espiritualidad de encarnación a la que aspiro.
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