A partir del año 2030 la población en Europa disminuirá significativamente, la riqueza caerá en picado y España será el país más perjudicado.
Según prevén los analistas del banco francés Société Genérale, en su informe "
Los retos a los que se enfrenta la economía mundial", los europeos serán más viejos y también más pobres, ya que ambos fenómenos, están íntimamente relacionados.
La riqueza en España podría reducirse hasta un 23 por ciento en los próximos cuarenta años.
La principal causa de este fenómeno es el envejecimiento de la población, debido a sus bajos índices de natalidad.
En Europa el crecimiento del PIB se ralentizará debido a la disminución de la población. Europa pasará de representar un 33 por ciento del PIB mundial a un 21 por ciento, mientras que Estados Unidos crecerá del 30 al 34 por ciento, y Asia lo hará del 28 al 36 por ciento.
Las claves para revertir esta situación y evitar el retroceso del bienestar europeo están en aumentar las tasas de natalidad, conseguir mejorar la productividad y alargar la vida laboral.