Punto de confluencia de los más importantes caminos de la región... y de disputas Barbastro-Monzón: La “franja” de Aragón
"Ni los báculos ni las mitras episcopales de las diócesis respectivas, blandidas con remembranzas correspondientes a espadas ya proscritas y en desuso, aún con la más civilizada colaboración y ayuda del poder civil, han sido suficientes todavía para que se termine de una vez un pleito de siglos"
"Durante la Edad Media la ciudad fue repetidamente sede de celebraciones de las Cortes del Reino de Aragón"
"Pese a tantos y tan lamentables despojos, el Museo Diocesano custodia unas 250 piezas de valor muy singular, campeando en las afueras del templo su torre de campanas, exenta y octogonal, construida sobre el alminar de la antigua mezquita"
"Pese a tantos y tan lamentables despojos, el Museo Diocesano custodia unas 250 piezas de valor muy singular, campeando en las afueras del templo su torre de campanas, exenta y octogonal, construida sobre el alminar de la antigua mezquita"
“Pleitos tengas, y los ganes” es fórmula popular sibilina con la que se le desea un mal al prójimo, aunque con apariencias de bien, e inconfesables propósitos de revancha a consecuencia de comportamientos y conductas que asoman por cada una de las palabras enemigas de por sí.
Pues precisamente tal expresión parece estar siendo la más adecuada en el desarrollo de los diversos procesos judiciales canónicos y civiles entablados por los máximos responsables de la diócesis de Barbastro-Monzón, aragonesa, y de la catalana Lérida, no exentos de los mismos las correspondientes autoridades políticas de ambas Comunidades Autónomas.
Ni los báculos ni las mitras episcopales de las diócesis respectivas, blandidas con remembranzas correspondientes a espadas ya proscritas y en desuso, aún con la más civilizada colaboración y ayuda del poder civil, han sido suficientes todavía para que se termine de una vez un pleito de siglos, desolador ejemplo para el pueblo de Dios asentado en las diócesis de referencia.
Tan judicializada como está nuestra sociedad en la actualidad, hubiera sido ciertamente constructiva, tanto civil, como eclesiásticamente, la aplicación pendiente de las sentencias ya sancionadas, con reflejos poco o nada cívicos, y menos, cristianos. Una vez más -¡otra vez¡- los católicos, apostólicos romanos de las 69 diócesis españolas, han de esperar a que sus “jefes” vuelvan a ser noticia en la sección de “tribunales” de los medios de comunicación, habiéndolo sido tantas otras en la de “sucesos”…
El hecho es de que, por ahora, pese a las sentencias a favor de la diócesis aragonesa, la de Cataluña sigue siendo la beneficiada con todas sus ricas y artísticas consecuencias. No se privó el Nuncio de SS. en España de pregonarlo recientemente a propósito del 25 aniversario de la refundición de Barbastro-Monzón.
El prefijo pre celta ”ber”, del que se hace proceder etimológicamente "Barbastro”, a orillas de los ríos Cinca y Vero, afluentes del Ebro, por la izquierda, destaca la idea de “monte”, “altura” y “soberbia”. Exactamente en su término municipal, en el trayecto de la férrea a Selgua, sitúan y escenifican muchos el dicho popular de “¡chufla, chufla,´/que como no te apartes tú/ yo no me aparto”, pronunciada por un baturro cabezón que caminaba con su burra por la vía del tren, al pitar desaforadamente este…
Durante la Edad Media la ciudad fue repetidamente sede de celebraciones de las Cortes del Reino de Aragón. En 1137 Ramiro II “el Monje”, pactó con Cataluña el matrimonio de su hija doña Petronila, con el conde Ramón Berenguer IV, con lo que surgió originalmente la Corona de Aragón. La privilegiada situación de Barbastro como punto de confluencia de los más importantes caminos del Alto Aragón, le otorgó de siempre la merecida condición de capital.
En el corazón del casco viejo se yergue el nuevo edificio de la catedral dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, cuyas obras se iniciaron el año 1500, dándose por terminadas en 1533. Su estructura es de tipo de salón, con tres naves de igual altura, con bóvedas de crucería estrellada, sustentada por seis esbeltas columnas fasciculadas. Es de notar que el edificio se sitúa exactamente en el lugar que ocupara la antigua mezquita árabe, reconvertida en iglesia románica consagrada por san Eboncio en 1101, del que se conservan escasos recuerdos. Tras la conquista por el rey aragonés Pedro I, hay constancia del texto bíblico que recorre paredes y muros del templo: “Toda hermosa eres, amiga mía…y en ti no hay defecto… ¡Señor, tu casa está perfectamente construida sobre roca firme…!”.
En la magna y artística obra del Altar-retablo mayor de la catedral, de tres calles y labrado en alabastro, intervino de forma decisiva Damián Forment, que a su vez lo hizo en los impresionantes retablos mayores de la Basílica del Pilar de Zaragoza y en el de la catedral de Huesca. El retablo mayor de la catedral barbastrina está acompañado de otros dos, de muy artística factura, uno de ellos dedicado a san Ramón y el otro a san Pedro.
Tanto piadosa como artísticamente se hace imprescindible el recorrido y devota visita de las capillas del Pilar, la Asunción, san Francisco Javier, el Santo Cristo de los Milagros, san Carlos, san José, el Santo Rosario (con mención reverencial y musical para su órgano) y la de los Reyes.. Pese a tantos y tan lamentables despojos, el Museo Diocesano custodia unas 250 piezas de valor muy singular, campeando en las afueras del templo su torre de campanas, exenta y octogonal, construida sobre el alminar de la antigua mezquita.
Recuerdos santamente respetuosos y martiriales reclaman los restos-reliquias de los múltiples sacrificados “por odio a la fe”, en la ciudad, durante la última guerra civil, con mención particular para su obispo, don Florentino Asensio Barroso, cuyo cuerpo se conserva incorrupto.
A las afueras de la población episcopal y como complemento a su catedral, se encuentra el santuario del Pueyo -“monte alto”-, antiguo monasterio benedictino, en el que se custodia y venera la imagen sedente de la Virgen, de la que la leyenda asegura que en el siglo XIII se le apareciera a un pastor de nombre Balandrán reconocido santo, entre las ramas de un almendro en flor… Francisco Bayeau, cuñado de Goya, da fe pictórica del milagro, entre otros cuadros autenticados con su estilo y su firma.
De Barbastro, y de su catedral, no es posible despedirse religiosamente sin haber visitado y venerado los lugares en los que recorrieran muchos de sus pasos en dirección a los altares, sus paisanos san Josemaría Escrivá de Balaguer y su “Opus Dei”, así como san Ceferino Giménez Malla, el gitano conocido como “El Pelé”, perteneciente a la Orden Tercera de san Francisco, martirizado con su rosario entrenzado en los dedos de su manos.
Unos derivan etimológicamente "Monzón" del diminutivo de “monte”, otros lo hacen del aumentativo “montón” y otros del acogedor y sonoro “mansio” o “mansión”. De todas maneras perteneció la ciudad a la familia todopoderosa de los Banu-Quassi, el Cid Campeador logró conquistar su fortaleza en 1083 y antes y después, con altanería y gracia aragonesa, sus visitantes no se ahorrarán escuchar la canción de que “Antes de que Dios fuera Dios / y las tierras fueran tierras/ ya Monzón era Monzón/ y los Velas eran Velas”.
"Antes y después, con altanería y gracia aragonesa, sus visitantes no se ahorrarán escuchar la canción de que “Antes de que Dios fuera Dios / y las tierras fueran tierras/ ya Monzón era Monzón/ y los Velas eran Velas”"
La primitiva iglesia de santa María del Romeral es del siglo XII, construida sobre otra anterior consagrada en 1098 y posteriormente restaurada en todos los estilos, sobresaliendo el mudéjar y el barroco. En el exterior destaca la torre de traza mudéjar aragonés. Merecen atención artística y piadosa, la sacristía, el claustro, y sus capillas, una de ellas dedicada a los mártires de la guerra civil. La población fue sede de frecuentes celebraciones de Cortes de los Estados de la Corona de Aragón. En dependencias de la Orden del Temple se afirma que fuera educado Jaime I “El Conquistador”.
En relación con los pleitos y las desavenencias eclesiásticas y políticas basta y sobra con reseñar que los límites de las diócesis aragonesas y catalanas de esta “franja” no siempre fueron estables sino extraordinariamente fluctuantes y movibles. Pero las leyes, son leyes y estas, ahora y por fin, le confieren la razón a Aragón, por lo que urge cumplirlas y dar buen ejemplo de proceder y comportamiento religioso a la vez que político.