Los expertos hablan del 'Espíritu del juego' como forma para combatir la violencia en el fútbol Eurocopa 2024: El 'Espíritu Santo' baja a las canchas (y le sopla a los árbitros)

El balón de la UEFA EURO 2024
El balón de la UEFA EURO 2024 EFE

"Un ‘Espíritu del Juego’ del que este profesor de Ética ve ciertas reminiscencia de la ética social cristiana. “En mi opinión, debería desempeñar un papel muy importante, pero lamentablemente se ignora con demasiada frecuencia. Uno casi se siente tentado a establecer una analogía con el Espíritu Santo"

“El fútbol ha creado una auténtica falta de cultura en los últimos años. En definitiva, el campo de fútbol es un lugar para toda la familia y debe seguir siéndolo en el futuro. He visto bastantes veces que los padres estaban en el campo de fútbol con sus hijos y ellos mismos se quejaban violentamente”

Dentro del “Espíritu del Juego” está también “prevenir la violencia física y los disturbios de los fanáticos. Pero también tenemos la tarea de poner fin a la violencia verbal, especialmente en el fútbol infantil y juvenil. Algunas cosas de las que están pasando son realmente una locura"

Los ojos de millones de personas de todo el planeta mirarán desde esta tarde a Alemania, donde se disputará durante las próximas semanas la Eurocopa 2024 de fútbol, uno de los acontecimientos deportivos más esperados del año, junto con los próximos Juegos Olímpicos de París, en agosto.

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El fútbol es realmente una gran escuela de personalidad, especialmente cuando trabajas como árbitro. Podrás aprender cómo funciona una estructura social, cómo lidiar con el estrés bajo un alto esfuerzo físico y cómo mantener la cabeza fría”.

Son las palabras de Thomas Gremsl, de 29 años, actualmente profesor de Ética y Estudios Sociales en la Facultad de Teología de la Universidad de Graz (Austria) y que durante años ejerció como árbitro de fútbol. En su opinión, recogida en una entrevista en Katholisch, el cancha hay algo parecido al Espíritu Santo que guía a los jugadores. Él lo llama el “Espíritu del Juego".

 El ‘ethos del fútbol’

Para ser árbitro, señala Gremsl, “además de una buena condición física y un excelente conocimiento de las reglas, también se necesita la fuerza mental adecuada combinada con una buena capacidad de autorreflexión. Y necesitas sentir el ‘Espíritu del Juego’. En el texto original en inglés de las reglas, esto significa el ‘ethos del fútbol’ y, por lo tanto, es un punto central de orientación que debe tenerse en cuenta. Esto es especialmente cierto en situaciones en las que las reglas no proporcionan una decisión clara, pero dejan margen de maniobra”.

Un ‘Espíritu del Juego’ del que este profesor de Ética ve ciertas reminiscencia de la ética social cristiana. “En mi opinión, debería desempeñar un papel muy importante, pero lamentablemente se ignora con demasiada frecuencia. Uno casi se siente tentado a establecer una analogía con el Espíritu Santo. Así como el Espíritu Santo está constantemente presente, obra en nosotros y nos guía, el ‘Espíritu de Juego’ también debe orientar la acción en el contexto del fútbol”.

“Esto -añade el exárbitro profesional- afecta a todos los jugadores dentro y fuera del terreno de juego, pero también incluye a los aficionados y las dimensiones que van más allá del juego específico; estoy pensando en aspectos socioéticos. El ‘Espíritu del Juego’ pretende inspirar en el juego real y más allá y ayudar a mejorar el fútbol en todas sus facetas”.

"Frenar la indignación en los estadios"

Y entre esas facetas, por ejemplo, se encuentra la gran carga de emotivismo que se vive dentro del terreno de juego, pero también fuera, con los aficionados, que suelen tomarla con los árbitros, por cierto, aunque cada vez más trasladan a los estadios la polarización que se vive en las sociedades, como en el caso del racismo con algunos jugadores.

“Tenemos que frenar esta indignación a menudo fingida. Una emocionalidad básica es completamente legítima. Pero cada vez más se presenta al árbitro como un chivo expiatorio. El ‘Espíritu del Juego’ exige que los jugadores y entrenadores respeten las decisiones, incluso si son equivocadas”.

El fútbol ha creado una auténtica falta de cultura en los últimos años. En definitiva, el campo de fútbol es un lugar para toda la familia y debe seguir siéndolo en el futuro. He visto bastantes veces que los padres estaban en el campo de fútbol con sus hijos y ellos mismos se quejaban violentamente”, señala Gremsl.

En este sentido, señala que dentro del “Espíritu del Juego” está también “prevenir la violencia física y los disturbios de los fanáticos. Pero también tenemos la tarea de poner fin a la violencia verbal, especialmente en el fútbol infantil y juvenil. Algunas cosas de las que están pasando son realmente una locura, también en lo que respecta a los árbitros. Es el área donde perdemos a la mayoría de nuestros colegas, porque no pueden superarlo mentalmente. Y es la zona donde comienza todo”.

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