¿Se podrá decir sin molestar que estamos en cuaresma?
El sábado, 27 de mayo se inicia el Ramadán, hasta el 25 de junio, y la Pascua judía del 10 al 18 de abril.
Aunque no soy imán musulmán ni rabino judío, lo adelanto, no vaya a ser que la generalidad de los medios públicos de información se olviden de decirlo, como se olvidaron muchos de recordar que el 1 de marzo empezó la cuaresma con ese trasnochado rito de la ceniza para recordar a cuatro viejos que no se pongan muy chulitos y que respeten, cuiden y no ultrajen la tierra porque, al fin y al cabo, de ella salimos y a ella volveremos. En una cultura en la que se pretende imponer el credo de que dios son unos pocos hombres privilegiados, no todos, por supuesto, ¿Qué sentido pueden tener estas antiguallas? ¿O todavía será posible encontrarles sentido guiados por el papa Francisco que no habla de una cuaresma disecada o fosilizada, sino viva y actual?
En Castro de Rei de Tierra Llana de Lugo, aunque no nos lo recuerden, no lo olvidamos: porque tenemos un monumental Viacrucis, -en lo que yo conozco el más monumental de Galicia-, y todos los primeros domingos de Cuaresma y Viernes Santo tenemos celebración comunitaria, independientemente de los y las que lo andan, o mejor dicho: suben, particularmente a lo largo del año para, acabar ante una majestuosa estatua coronada por una imagen en granito del Sagrado Corazón de 2´80 ms. de alto. La imagen, que la estatua mide 15 y está enclavada en un paraje con una vista panorámica sublime.
Este año tampoco lo olvidamos, pero, como lloviznaba un poco ese día, tuvimos el Viacrucis dentro, en la Iglesia parroquial. Participaron unas 30 personas en la lectura de las estaciones, porque en cada una intervienen tres. La parte musical corría principalmente a cargo de una chica de setenta y pico años, Angelines Fernández Darriba, que a los trece fue vocalista en una orquesta formada por labriegos semipropietarios y jornaleros de las parroquias próximas, de Bazar, Santa Leocadia y Outeiro. Vinieron casi a propósito desde Madrid ella y su esposo Fernando, un joven de aproximadamente la misma edad que conduce de maravilla. Estando ya aquí supieron de la grave enfermedad de una amiga y todos rezamos por ella. En el canto de solistas se veía reforzada por nuestro cura y mi cura, Javier Rodríguez Couce. Si, él es mi cura, mi hermano, mi amigo, aunque por ahora en los papeles figuro yo como párroco contra mi voluntad. Además del canto Javier y yo lo controlábamos casi todo, pero contábamos con el apoyo de la Asociación de Vecinos y de las dos guías de la celebración, Samarita y Raquel, dos profesoras, colaboradoras de viejo, que ya hace años en otro viacrucis le ayudaran a levantarse a Fray José, siendo Obispo de Lugo que pisó el alba y cayó, regalándonos así de manera muy plástica la lección de que cae cualquiera, hasta los obispos. Lo importante es tener ganas y quién ayude a levantarse. ¡Qué curioso! Lo vimos caer cuatro curas, pero quienes llegaron primero a ayudarle a levantarse fueron dos mujeres.
Asistieron unas 150 personas, obligadas, claro, por la Iglesia y sus correas de transmisión, los curas, pertenecientes a varias parroquias rurales de la comarca. Una nimiedad. Una insignificancia en comparación con los miles de afiliados y simpatizantes que se concentran libre y voluntariamente y sin disciplina de voto, ni miedo a caer de la foto, para escuchar al líder de turno, que siempre dice algo distinto para decir y casi siempre acabar no haciendo casi nada de lo dicho. En nuestro caso, algunas otras personas asistirían de buena gana, pero no les fue posible y quedaron algunas otras de esas que nunca sacan la entrada para presenciar la corrida de toros hasta saber cuántos rabos y orejas le conceden al torero. Digo esto, porque hay quiénes están dolidos por no haber ido a escuchar a Irina interpretar el “Panis angélicus” y el “Ave María” de Schubert, acompañada de órgano y de su esposo Federico. Irina vino de Siberia a recaer en Lugo, es maestra de canto y soprano, con una voz única y excepcional y con ella nos vino el regalo de poder emocionarnos sus amigos y otros que aún no lo son escuchándola a nuestro nivel sin tener que pagar por oírla distante en el plano muy superior del escenario de gran teatro, como también se merece y ya probó.
¡ Ah! ¡Casi se me olvida! También estuvo el nuevo Obispo de la Diócesis e Mondoñedo Ferrol, Don Luís Ángel de las Heras. Casi se me olvida, porque hasta la misa estuvo por allí como un fiel cristiano más, ayudando a preparar las cosas, a instalar el proyector y conectarlo al PC para ir presentando una imagen de cada estación al no poder hacerlo fuera. Durante el Viacrucis estuvo de clergiman entre la gente y hasta no se le veía mucho el pectoral ni relucía el anillo, y es que, por lo que me dijo, entiende muy bien que en el camino de la cruz no hay dignidades, ya que la máxima dignidad, la divinidad, se dejó arrastrar por el suelo. También comprendieron muy bien que el protagonismo en esta práctica piadosa debe ser de los laicos, tanto él como los dos amigos y compañeros claretianos que le acompañaron por coincidirles estar por aquí, Jesús Antonio Caetano y Ángel de la Parte. Estos juntamente con Don Luís leyeron, rezaron, la 15 estación, la de la Resurrección, porque sin ella ¿que pintábamos allí los que estábamos?
Para ésta estación el Obispo se revistió, porque terminó con una consagración al Sagrado Corazón hecha para el momento y a continuación ya se enlazó con la Eucaristía. Los dos claretianos no gallegos se tomaron la molestia de practicar para leer bien el gallego y sobre todo para entender lo que leían y para poder hacerlo con sentimiento. Don Luís ya lee de corrido el gallego y progresa adecuadamente en el arte de vivir en gallego, o sea: de encarnarse.
Permítanme una palabra con relación a mí mismo para poder entenderme un poco mejor quienes no me conocen. La operación de laringe gracias a la que puedo decir que tuve cáncer, y sobre todo el EPOC producido por las substancias que les permiten añadir al tabaco nuestras autoridades sanitarias, me obligan a estar enchufado a la maquina o mochila de oxígeno las 24 horas y al moverme, por poco que sea el esfuerzo, me fatigo mucho. Estoy por aquí abajo con prórroga indeterminada, pero nuestro anterior Obispo, el también querido Don Manuel Sánchez Monge, me dijo: “Dosifícate, Xosé Manuel y cambia la voz por el ordenador y con calma, juega la prórroga como si estuvieses a tiempo completo”. Le hago caso, porque procuro ser obediente con quienes saben mandar y estuve sentado, sabiendo que mi hermana estaba pendiente de mí, y me encargué del ordenador y alguna intervención, hablando, ahora poco y por un tubo. Me emocioné en más de una ocasión y no pude contener alguna lágrima, que quienes sufrimos dificultades respiratorias somos de lágrima fácil.
Hay quién dice que los obispos no se enteran de nada, por ejemplo la sexta; pero éste se enteró de mis emociones y de cómo a veces tapaba la cara para disimular. Y al empezar la homilía, tuvo que hacer también él varias veces el doble embrague, porque patinaba le patinaba el habla. Empezó diciendo que había preparado lo que tenía que decir, pero que después de lo que estaba viviendo no le servía, porque venía a acompañar y estaba siendo acompañado, ¿No suena esto un poco a Papa Francisco, sin que sea plagio, sino coincidencia o sintonía? Yo tenía al Obispo en frente durante la misa y a casi toda la demás gente a mi espalda, pero sin verla la sentía. Como no los veía, no podría haberme enterado si no me lo dijesen, de que cuando Irina cantó el “Ave María” se humedecieron muchos ojos incluso de fornidos hombres del campo de aquel ¿insignificante? grupito de 150 que acudieron sin imponerles disciplina de voto.
Cuando volví a casa ayudado por mi hermana, estaba cansado pero contento y, como cuando se está muy cansado no es cuando mejor se duerme, después de subir a la habitación di un repasito por las cadenas de televisión zapeando y en un momento me encontré en la 2 con la película “Evelyn” en la que su directora Isabel de Ocampo trata con gran rigor y sin paños calientes el crudísimo tema de la trata de mujeres en España por mafias que las traen engañadas y a las que les es imposible salir de sus redes hasta que con veinte y pocos años ya no son productivas en club de carretera o de los otros, ya que, por lo oído y leído, hay muchos tan sensibles, finos y delicados que lo quieren todo de estrena.
Y pensé: ¡Dios mío, qué equivocada estaba! Y yo que creía que el viacrucis que hicimos en Santa Leocadia era muy actual, porque se hablaba en la 6ª estación de que siempre quedan impresos en el alma de las buenas personas, como en el paño de la Verónica, los rostros desfigurados de quienes sufren todo tipo de agresiones y violencias, incluso de género.
¿Cuántos miles de “nazarenas”, de “cristas” habrá crucificadas a la fuerza detrás de rutilantes luces de neón que anuncian saldos de amor a precios muy asequibles y populares, mientras muchos nos lavamos las manos para tenerlas bien presentables a la hora de acusar y condenar a las víctimas? ¿Cuántas desgraciadas mujeres tienen que caer cada día, y cuantas veces cada día, debajo de pesados maderos que apestan a sudor, a mugre y a alcohol, o que por el contrario, huelen a caras colonias de varones que puede comprar exquisitos perfumes y cuanto quieran, porque para él todo tiene un precio, aunque treinta monedas sean una ridiculez? Uno que por suerte no anda por estos parajes, hasta tiene oído que no siempre hay que pagar ni las treinta monedas, porque en algunos casos entra en el pak de estímulos a la productividad de multinacionales sin rostro ni crazón. Sólo una última pregunta antes de que alguna devota señora o algún compungido monseñor se escandalice y me acuse de irreverente, ¿cuántas de estas “nazarenas” si se atreven a mirarse al espejo ya no se reconocen, como tampoco era reconocible el rostro del varón de dolores, el Nazareno, porque les retienen sus documentos y les rompieron su identidad?. Y, aún así, no siendo nadie para los que vivimos de este lado de las luces de neón, y muriendo un poco más cada día están redimiendo a sus familias en Perú, Rumanía o Albania.. de miserias aparentemente mayores. No sé si será políticamente correcto hablar todavía el pleno siglo XIX de pecado, pero tal y como lo voy entendiendo, mucho debe de pesar el pecado de una sociedad que se dice que avanza y progresa dejando el camino sembrado de cadáveres de vivos. Gracias a esta prórroga puedo entender algo mejor aquello de “Las prostitutas y pecadores os preceden en el Reino de los cielos” (Mt. 21,31)
Ya no recuerdo si tenía algo que decir sobre la cuaresma. Probablemente no, porque está muy pasada de moda y además de lo de la abstinencia ya se encargan los médicos por mor del colesterol.
Para los que deseen leerlo en gallego
E poderase dicir sen molestar que estamos na coresma?
O sábado, 27 de maio iníciase o Ramadán, ata o 25 de xuño, e a Pascua xudía do 10 ao 18 de abril.
Aínda que non son imán musulmán nin rabino xudeu, adiántoo, non vaia ser que a xeneralidade dos medios públicos de información se esquezan de dicilo, como se esqueceron moitos de recordar que o 1 de marzo empezou a cresma con ese trasnoitado rito da cinza pra recordar a catro vellos que non se poñan moi chulitos e que respecten, coiden e non aldraxen a terra porque, á fin e ao cabo, dela saímos e a ela volveremos. Nunha cultura na que se pretende impoñer o credo de que deus son uns poucos homes privilexiados, non todos, por suposto, ¿que sentido poden ter estas antigallas? ¿Ou aínda será posible atoparlles sentido guiados polo papa Francisco que non fala dunha coresma disecada ou fosilizada, senón viva e actual?
En Castro de Rei de Terra Chá de Lugo, aínda que non nolo recorden os medios, non o esquecemos: porque temos un monumental Viacrucis, -no que eu coñezo o máis monumental de Galicia-, e todos os primeiros domingos de coresma e o Venres Santo temos celebración comunitaria, independentemente dos e das que o andan, ou mellor dito: soben particularmente ao longo do ano pra, acabar ante unha maxestosa estatua coroada por unha imaxe en granito do Sagrado Corazón de 2´80 ms. de alto. A imaxe, que a estatua mide 15 e está situada nunha paraxe cunha vista panorámica sublime.
Este ano tampouco o esquecemos, pero, como chuviñaba algo ese día, tivemos o Viacrucis dentro, na Igrexa parroquial. Participaron unhas 30 persoas na lectura das estacións, porque en cada unha interveñen tres. A parte musical correu principalmente a cargo dunha moza de setenta e pico anos, Angelines Fernández Darriba, que aos trece foi vocalista nunha orquestra formada por labregos semipropietarios e xornaleiros das parroquias próximas de Bazar, Santa Locaia e Outeiro. Viñeron case a propósito desde Madrid ela e o seu esposo Fernando, un mozo de aproximadamente a mesma idade que conduce de marabilla. Xa estando aquí souberon da grave enfermidade dunha amiga e rezamos todos por ela. No canto víase reforzada polo meu cura, Javier Rodríguez Couce. Si, el é o meu e o noso cura, o meu irmán, o meu amigo, aínda que por agora nos papeis figuro eu como párroco contra a miña vontade.
Ademais do canto, Javier e eu controlabámolo case todo, pero contabamos co apoio da Asociación de Veciños e das dúas guías da celebración, Samarita e Raquel, dúas profesoras e colaboradoras de vello, que xa fai anos, noutro viacrucis, axudáranlle a levantarse a Frei José, sendo Bispo de Lugo que pisou o alba e caeu, regalándonos así de xeito moi plástico a lección de que cae calquera, ata os bispos. O importante é ter desexos e quen axude a levantarse. ¡Que curioso! Vímolo caer catro curas, pero quen chegaron primeiro a axudarlle foron dúas mulleres.
Asistiron unhas 150 persoas, obrigadas, xa se sabe, pola Igrexa e as súas correas de transmisión, os curas, pertencentes a varias parroquias rurais da comarca. Unha nimiedade. Unha insignificancia en comparación cos miles de afiliados e simpatizantes que se concentran libre e voluntariamente e sen disciplina de voto, nin medo a caer da foto, pra escoitar ao líder que corresponda e que case sempre di algo distinto pra acabar non facendo case nunca nada do dito.
No noso caso, algunhas outras persoas asistirían de boa gana, pero non lles foi posible. e quedaron algunhas outras desas que nunca sacan a entrada pra presenciar a corrida de touros ata saber cantos rabos e orellas lle concederon ao toureiro. Digo isto, porque hai quen están moi doídos por non haber ido escoitar a Irina interpretar o “Panis angélicus” e o “Ave María” de Schubert, acompañada de órgano e do seu esposo Federico.
Irina veu de Siberia recaer en Lugo, é mestra de canto e soprano, cunha voz única e excepcional e con ela veu o agasallo de poder emocionarnos os seus amigos e quen a escoite ao noso nivel sen ter que pagar por oíla distante no plano moi superior do escenario dun gran teatro, como tamén se merece e ten probado.
¡Ah! ¡Case se me esquece! Tamén estivo o novo Bispo da Diocese de Mondoñedo Ferrol, Don Luís Ángel de las Heras. Case se me esquece, porque ata a misa estivo por alí coma un fiel cristián máis, axudando a preparar as cousas, a instalar o proxector e conectalo ao PC pra ir presentando unha imaxe de cada estación ao non poder facelo fóra. Durante o Viacrucis estivo alí a un lado, de clergiman e ata non se lle vía moito o pectoral nin relucía o anel. É que, polo que dixo, entende moi ben que no camiño da cruz non hai dignidades, xa que a máxima dignidade, a divindade, deixouse arrastrar polo chan.
Tamén comprenderon moi ben que o protagonismo nesta práctica piadosa debe ser dos laicos, tanto el como os dous amigos e compañeiros claretianos que o acompañaron por coincidirlles estar por aquí, Jesús Antonio Caetano e Ángel de la Parte. Estes xuntamente con Don Luís leron, rezaron, a 15 estación, a da Resurrección, porque sen ela que pintabamos alí os que estabamos?
Pra esta estación o Bispo revestiuse, porque terminou cunha consagración ao Sagrado Corazón feita pra o momento e a continuación xa se enlazou coa Eucaristía. Os non galegos tomáronse a molestia de practicar pra ler ben o galego e sobre todo pra entender o que lían e poder facelo con sentimento.
Permítanme unha palabra con relación a min mesmo pra poder entenderme un pouco mellor quen non me coñeza. A operación de larinxe grazas á que podo dicir que tiven cancro, e sobre todo o EPOC producido polas substancias que lles permiten engadir as nosas autoridades sanitarias ao tabaco, obríganme a estar enchufado á maquina ou mochila do osíxeno as 24 horas e ao moverme, por pouco que sexa o esforzo, fatígome moito. Estou por aquí abaixo con prórroga indeterminada, pero o noso anterior Bispo o tamén querido Don Manuel Sánchez Monge, díxome: “Dosifícate, cambia la voz por el ordenador y con calma, juega la prórroga coma si estiveses a tiempo completo”. Sendo obediente cos que saben mandar, estiven sentado, sabendo que miña irmá estaba pendente de min, e encargueime do ordenador e algunha intervención, falando, agora pouco e por un tubo. Emocioneime en máis dunha ocasión e non puiden conter algunha bágoa, que os que sufrimos dificultades respiratorias somos de lágrima fácil
Hai quen di que os bispos non se decatan de nada, por exemplo a sexta, pero este enterouse das miñas emocións e de como ás veces tapaba a cara. E ó empezar a homilía, tivo que facer el varias veces o dobre embrague, porque patinaba. Empezou dicindo que preparara o que tiña que dicir, pero despois do que estaba vivindo non lle servía, porque viña disposto a acompañar e estaba sendo acompañado. Non soa isto a Papa Francisco, sen que sexa plaxio, senón coincidencia de actitudes? Eu tiña ao Bispo en fronte e a case toda a demais xente ás miñas costas, pero sen vela sentíaa. Como non os vía, non podería decatarme se non mo dixesen, de que cando Irina cantou o “Ave María” humedecéronse moitos ollos ata de curtidos homes do campo daquel ¿insignificante? grupiño de 150.
Cando volvín prá casa axudado por miña irmá, estaba canso pero contento e, como cando se está moi cansado non é cando mellor se dorme, logo de subir á habitación dei un repasiño polas cadeas de televisión e nun momento atopeime na 2 coa película “Evelyn” na que a súa directora, Isabel de Ocampo, trata con gran rigor e sen panos quentes o tema da trata de mulleres en España por mafias que as traen enganadas e élles imposible saír das súas redes ata que con vinte e poucos anos xa non son produtivas en club de estrada ou dos outros, porque polo lido he oído, ha tan finos, delicados e sensibles que queren todo de estrea.
E pensei: ¡Dios mío, que equivocado estaba! E eu que cría que o viacrucis que fixemos en Santa Locaia era moi actual, porque se falaba na 6ª estación de que sempre quedan impresos no alma das boas persoas, coma no pano da Verónica, os rostros desfigurados dos que sofren todo tipo de agresións e violencias, incluso as de xénero.
Cantos miles de “nazarenas” de “cristas” haberá crucificadas pola forza detrás de rutilantes luces de neon que anuncian saldos de amor a prezos moi competitivos, mentres outros non lavamos as mans, pra telas ben presentables á hora acusar e condenar? Cantas desgraciadas mulleres teñen que caer cada día, e cantas veces ó día, debaixo de pesados madeiros que apestan a suor, a mugre e a alcohol, ou que pola contra, arrecenden a refinadas e caras colonias de varón que pode comprar canto queira, porque pra el todo ten un prezo, pero sóbralle das trinta moedas, porque entra no. Un que grazas a Deus non ten que andar por eses praxes, ata tén oído dicir que no sempre hai que pagar nin as treinta moedas, porque nalguns casos entra no pak de estímulos á productividad de multinacionales sen rostro ni corazón.
Só unha última pregunta antes de que algunha devota señora ou algún compunxido monseñor se escandalice e me acuse de irreverente, ¿cantas destas “nazarenas” cando se miran ó espello non se recoñecen, como tampouco era recoñecible o rostro do varón de dores, do Nazareno, porque lles roubaron ata a identidade reténdolles a documentación e rompéndoas por fóra e por dentro? E, con todo, mentres elas morren un pouco máis cada día, están redimindo ás súas familias en Perú, Romanía ou Albania de outras miserias aparentemente maiores?
Non sei se será politicamente correcto falar aínda de pecado, pero tal e como o vou entendendo, moito debe pesar o pecado colectivo, o pecado dunha sociedade que se di que progresa deixando detrás latexantes cadáveres de vivos. Agora entendo algo mellor o de “As prostitutas precédenvos no reino dos ceos” (Mt 21, 31).
Xa no recordo se tiña algo que dicir sobre a coresma. Probablemente non, porque está moi pasada de moda e ademais do da abstinencia xa se encargan os médicos por mor do colesterol.
Aunque no soy imán musulmán ni rabino judío, lo adelanto, no vaya a ser que la generalidad de los medios públicos de información se olviden de decirlo, como se olvidaron muchos de recordar que el 1 de marzo empezó la cuaresma con ese trasnochado rito de la ceniza para recordar a cuatro viejos que no se pongan muy chulitos y que respeten, cuiden y no ultrajen la tierra porque, al fin y al cabo, de ella salimos y a ella volveremos. En una cultura en la que se pretende imponer el credo de que dios son unos pocos hombres privilegiados, no todos, por supuesto, ¿Qué sentido pueden tener estas antiguallas? ¿O todavía será posible encontrarles sentido guiados por el papa Francisco que no habla de una cuaresma disecada o fosilizada, sino viva y actual?
En Castro de Rei de Tierra Llana de Lugo, aunque no nos lo recuerden, no lo olvidamos: porque tenemos un monumental Viacrucis, -en lo que yo conozco el más monumental de Galicia-, y todos los primeros domingos de Cuaresma y Viernes Santo tenemos celebración comunitaria, independientemente de los y las que lo andan, o mejor dicho: suben, particularmente a lo largo del año para, acabar ante una majestuosa estatua coronada por una imagen en granito del Sagrado Corazón de 2´80 ms. de alto. La imagen, que la estatua mide 15 y está enclavada en un paraje con una vista panorámica sublime.
Este año tampoco lo olvidamos, pero, como lloviznaba un poco ese día, tuvimos el Viacrucis dentro, en la Iglesia parroquial. Participaron unas 30 personas en la lectura de las estaciones, porque en cada una intervienen tres. La parte musical corría principalmente a cargo de una chica de setenta y pico años, Angelines Fernández Darriba, que a los trece fue vocalista en una orquesta formada por labriegos semipropietarios y jornaleros de las parroquias próximas, de Bazar, Santa Leocadia y Outeiro. Vinieron casi a propósito desde Madrid ella y su esposo Fernando, un joven de aproximadamente la misma edad que conduce de maravilla. Estando ya aquí supieron de la grave enfermedad de una amiga y todos rezamos por ella. En el canto de solistas se veía reforzada por nuestro cura y mi cura, Javier Rodríguez Couce. Si, él es mi cura, mi hermano, mi amigo, aunque por ahora en los papeles figuro yo como párroco contra mi voluntad. Además del canto Javier y yo lo controlábamos casi todo, pero contábamos con el apoyo de la Asociación de Vecinos y de las dos guías de la celebración, Samarita y Raquel, dos profesoras, colaboradoras de viejo, que ya hace años en otro viacrucis le ayudaran a levantarse a Fray José, siendo Obispo de Lugo que pisó el alba y cayó, regalándonos así de manera muy plástica la lección de que cae cualquiera, hasta los obispos. Lo importante es tener ganas y quién ayude a levantarse. ¡Qué curioso! Lo vimos caer cuatro curas, pero quienes llegaron primero a ayudarle a levantarse fueron dos mujeres.
Asistieron unas 150 personas, obligadas, claro, por la Iglesia y sus correas de transmisión, los curas, pertenecientes a varias parroquias rurales de la comarca. Una nimiedad. Una insignificancia en comparación con los miles de afiliados y simpatizantes que se concentran libre y voluntariamente y sin disciplina de voto, ni miedo a caer de la foto, para escuchar al líder de turno, que siempre dice algo distinto para decir y casi siempre acabar no haciendo casi nada de lo dicho. En nuestro caso, algunas otras personas asistirían de buena gana, pero no les fue posible y quedaron algunas otras de esas que nunca sacan la entrada para presenciar la corrida de toros hasta saber cuántos rabos y orejas le conceden al torero. Digo esto, porque hay quiénes están dolidos por no haber ido a escuchar a Irina interpretar el “Panis angélicus” y el “Ave María” de Schubert, acompañada de órgano y de su esposo Federico. Irina vino de Siberia a recaer en Lugo, es maestra de canto y soprano, con una voz única y excepcional y con ella nos vino el regalo de poder emocionarnos sus amigos y otros que aún no lo son escuchándola a nuestro nivel sin tener que pagar por oírla distante en el plano muy superior del escenario de gran teatro, como también se merece y ya probó.
¡ Ah! ¡Casi se me olvida! También estuvo el nuevo Obispo de la Diócesis e Mondoñedo Ferrol, Don Luís Ángel de las Heras. Casi se me olvida, porque hasta la misa estuvo por allí como un fiel cristiano más, ayudando a preparar las cosas, a instalar el proyector y conectarlo al PC para ir presentando una imagen de cada estación al no poder hacerlo fuera. Durante el Viacrucis estuvo de clergiman entre la gente y hasta no se le veía mucho el pectoral ni relucía el anillo, y es que, por lo que me dijo, entiende muy bien que en el camino de la cruz no hay dignidades, ya que la máxima dignidad, la divinidad, se dejó arrastrar por el suelo. También comprendieron muy bien que el protagonismo en esta práctica piadosa debe ser de los laicos, tanto él como los dos amigos y compañeros claretianos que le acompañaron por coincidirles estar por aquí, Jesús Antonio Caetano y Ángel de la Parte. Estos juntamente con Don Luís leyeron, rezaron, la 15 estación, la de la Resurrección, porque sin ella ¿que pintábamos allí los que estábamos?
Para ésta estación el Obispo se revistió, porque terminó con una consagración al Sagrado Corazón hecha para el momento y a continuación ya se enlazó con la Eucaristía. Los dos claretianos no gallegos se tomaron la molestia de practicar para leer bien el gallego y sobre todo para entender lo que leían y para poder hacerlo con sentimiento. Don Luís ya lee de corrido el gallego y progresa adecuadamente en el arte de vivir en gallego, o sea: de encarnarse.
Permítanme una palabra con relación a mí mismo para poder entenderme un poco mejor quienes no me conocen. La operación de laringe gracias a la que puedo decir que tuve cáncer, y sobre todo el EPOC producido por las substancias que les permiten añadir al tabaco nuestras autoridades sanitarias, me obligan a estar enchufado a la maquina o mochila de oxígeno las 24 horas y al moverme, por poco que sea el esfuerzo, me fatigo mucho. Estoy por aquí abajo con prórroga indeterminada, pero nuestro anterior Obispo, el también querido Don Manuel Sánchez Monge, me dijo: “Dosifícate, Xosé Manuel y cambia la voz por el ordenador y con calma, juega la prórroga como si estuvieses a tiempo completo”. Le hago caso, porque procuro ser obediente con quienes saben mandar y estuve sentado, sabiendo que mi hermana estaba pendiente de mí, y me encargué del ordenador y alguna intervención, hablando, ahora poco y por un tubo. Me emocioné en más de una ocasión y no pude contener alguna lágrima, que quienes sufrimos dificultades respiratorias somos de lágrima fácil.
Hay quién dice que los obispos no se enteran de nada, por ejemplo la sexta; pero éste se enteró de mis emociones y de cómo a veces tapaba la cara para disimular. Y al empezar la homilía, tuvo que hacer también él varias veces el doble embrague, porque patinaba le patinaba el habla. Empezó diciendo que había preparado lo que tenía que decir, pero que después de lo que estaba viviendo no le servía, porque venía a acompañar y estaba siendo acompañado, ¿No suena esto un poco a Papa Francisco, sin que sea plagio, sino coincidencia o sintonía? Yo tenía al Obispo en frente durante la misa y a casi toda la demás gente a mi espalda, pero sin verla la sentía. Como no los veía, no podría haberme enterado si no me lo dijesen, de que cuando Irina cantó el “Ave María” se humedecieron muchos ojos incluso de fornidos hombres del campo de aquel ¿insignificante? grupito de 150 que acudieron sin imponerles disciplina de voto.
Cuando volví a casa ayudado por mi hermana, estaba cansado pero contento y, como cuando se está muy cansado no es cuando mejor se duerme, después de subir a la habitación di un repasito por las cadenas de televisión zapeando y en un momento me encontré en la 2 con la película “Evelyn” en la que su directora Isabel de Ocampo trata con gran rigor y sin paños calientes el crudísimo tema de la trata de mujeres en España por mafias que las traen engañadas y a las que les es imposible salir de sus redes hasta que con veinte y pocos años ya no son productivas en club de carretera o de los otros, ya que, por lo oído y leído, hay muchos tan sensibles, finos y delicados que lo quieren todo de estrena.
Y pensé: ¡Dios mío, qué equivocada estaba! Y yo que creía que el viacrucis que hicimos en Santa Leocadia era muy actual, porque se hablaba en la 6ª estación de que siempre quedan impresos en el alma de las buenas personas, como en el paño de la Verónica, los rostros desfigurados de quienes sufren todo tipo de agresiones y violencias, incluso de género.
¿Cuántos miles de “nazarenas”, de “cristas” habrá crucificadas a la fuerza detrás de rutilantes luces de neón que anuncian saldos de amor a precios muy asequibles y populares, mientras muchos nos lavamos las manos para tenerlas bien presentables a la hora de acusar y condenar a las víctimas? ¿Cuántas desgraciadas mujeres tienen que caer cada día, y cuantas veces cada día, debajo de pesados maderos que apestan a sudor, a mugre y a alcohol, o que por el contrario, huelen a caras colonias de varones que puede comprar exquisitos perfumes y cuanto quieran, porque para él todo tiene un precio, aunque treinta monedas sean una ridiculez? Uno que por suerte no anda por estos parajes, hasta tiene oído que no siempre hay que pagar ni las treinta monedas, porque en algunos casos entra en el pak de estímulos a la productividad de multinacionales sin rostro ni crazón. Sólo una última pregunta antes de que alguna devota señora o algún compungido monseñor se escandalice y me acuse de irreverente, ¿cuántas de estas “nazarenas” si se atreven a mirarse al espejo ya no se reconocen, como tampoco era reconocible el rostro del varón de dolores, el Nazareno, porque les retienen sus documentos y les rompieron su identidad?. Y, aún así, no siendo nadie para los que vivimos de este lado de las luces de neón, y muriendo un poco más cada día están redimiendo a sus familias en Perú, Rumanía o Albania.. de miserias aparentemente mayores. No sé si será políticamente correcto hablar todavía el pleno siglo XIX de pecado, pero tal y como lo voy entendiendo, mucho debe de pesar el pecado de una sociedad que se dice que avanza y progresa dejando el camino sembrado de cadáveres de vivos. Gracias a esta prórroga puedo entender algo mejor aquello de “Las prostitutas y pecadores os preceden en el Reino de los cielos” (Mt. 21,31)
Ya no recuerdo si tenía algo que decir sobre la cuaresma. Probablemente no, porque está muy pasada de moda y además de lo de la abstinencia ya se encargan los médicos por mor del colesterol.
Para los que deseen leerlo en gallego
E poderase dicir sen molestar que estamos na coresma?
O sábado, 27 de maio iníciase o Ramadán, ata o 25 de xuño, e a Pascua xudía do 10 ao 18 de abril.
Aínda que non son imán musulmán nin rabino xudeu, adiántoo, non vaia ser que a xeneralidade dos medios públicos de información se esquezan de dicilo, como se esqueceron moitos de recordar que o 1 de marzo empezou a cresma con ese trasnoitado rito da cinza pra recordar a catro vellos que non se poñan moi chulitos e que respecten, coiden e non aldraxen a terra porque, á fin e ao cabo, dela saímos e a ela volveremos. Nunha cultura na que se pretende impoñer o credo de que deus son uns poucos homes privilexiados, non todos, por suposto, ¿que sentido poden ter estas antigallas? ¿Ou aínda será posible atoparlles sentido guiados polo papa Francisco que non fala dunha coresma disecada ou fosilizada, senón viva e actual?
En Castro de Rei de Terra Chá de Lugo, aínda que non nolo recorden os medios, non o esquecemos: porque temos un monumental Viacrucis, -no que eu coñezo o máis monumental de Galicia-, e todos os primeiros domingos de coresma e o Venres Santo temos celebración comunitaria, independentemente dos e das que o andan, ou mellor dito: soben particularmente ao longo do ano pra, acabar ante unha maxestosa estatua coroada por unha imaxe en granito do Sagrado Corazón de 2´80 ms. de alto. A imaxe, que a estatua mide 15 e está situada nunha paraxe cunha vista panorámica sublime.
Este ano tampouco o esquecemos, pero, como chuviñaba algo ese día, tivemos o Viacrucis dentro, na Igrexa parroquial. Participaron unhas 30 persoas na lectura das estacións, porque en cada unha interveñen tres. A parte musical correu principalmente a cargo dunha moza de setenta e pico anos, Angelines Fernández Darriba, que aos trece foi vocalista nunha orquestra formada por labregos semipropietarios e xornaleiros das parroquias próximas de Bazar, Santa Locaia e Outeiro. Viñeron case a propósito desde Madrid ela e o seu esposo Fernando, un mozo de aproximadamente a mesma idade que conduce de marabilla. Xa estando aquí souberon da grave enfermidade dunha amiga e rezamos todos por ela. No canto víase reforzada polo meu cura, Javier Rodríguez Couce. Si, el é o meu e o noso cura, o meu irmán, o meu amigo, aínda que por agora nos papeis figuro eu como párroco contra a miña vontade.
Ademais do canto, Javier e eu controlabámolo case todo, pero contabamos co apoio da Asociación de Veciños e das dúas guías da celebración, Samarita e Raquel, dúas profesoras e colaboradoras de vello, que xa fai anos, noutro viacrucis, axudáranlle a levantarse a Frei José, sendo Bispo de Lugo que pisou o alba e caeu, regalándonos así de xeito moi plástico a lección de que cae calquera, ata os bispos. O importante é ter desexos e quen axude a levantarse. ¡Que curioso! Vímolo caer catro curas, pero quen chegaron primeiro a axudarlle foron dúas mulleres.
Asistiron unhas 150 persoas, obrigadas, xa se sabe, pola Igrexa e as súas correas de transmisión, os curas, pertencentes a varias parroquias rurais da comarca. Unha nimiedade. Unha insignificancia en comparación cos miles de afiliados e simpatizantes que se concentran libre e voluntariamente e sen disciplina de voto, nin medo a caer da foto, pra escoitar ao líder que corresponda e que case sempre di algo distinto pra acabar non facendo case nunca nada do dito.
No noso caso, algunhas outras persoas asistirían de boa gana, pero non lles foi posible. e quedaron algunhas outras desas que nunca sacan a entrada pra presenciar a corrida de touros ata saber cantos rabos e orellas lle concederon ao toureiro. Digo isto, porque hai quen están moi doídos por non haber ido escoitar a Irina interpretar o “Panis angélicus” e o “Ave María” de Schubert, acompañada de órgano e do seu esposo Federico.
Irina veu de Siberia recaer en Lugo, é mestra de canto e soprano, cunha voz única e excepcional e con ela veu o agasallo de poder emocionarnos os seus amigos e quen a escoite ao noso nivel sen ter que pagar por oíla distante no plano moi superior do escenario dun gran teatro, como tamén se merece e ten probado.
¡Ah! ¡Case se me esquece! Tamén estivo o novo Bispo da Diocese de Mondoñedo Ferrol, Don Luís Ángel de las Heras. Case se me esquece, porque ata a misa estivo por alí coma un fiel cristián máis, axudando a preparar as cousas, a instalar o proxector e conectalo ao PC pra ir presentando unha imaxe de cada estación ao non poder facelo fóra. Durante o Viacrucis estivo alí a un lado, de clergiman e ata non se lle vía moito o pectoral nin relucía o anel. É que, polo que dixo, entende moi ben que no camiño da cruz non hai dignidades, xa que a máxima dignidade, a divindade, deixouse arrastrar polo chan.
Tamén comprenderon moi ben que o protagonismo nesta práctica piadosa debe ser dos laicos, tanto el como os dous amigos e compañeiros claretianos que o acompañaron por coincidirlles estar por aquí, Jesús Antonio Caetano e Ángel de la Parte. Estes xuntamente con Don Luís leron, rezaron, a 15 estación, a da Resurrección, porque sen ela que pintabamos alí os que estabamos?
Pra esta estación o Bispo revestiuse, porque terminou cunha consagración ao Sagrado Corazón feita pra o momento e a continuación xa se enlazou coa Eucaristía. Os non galegos tomáronse a molestia de practicar pra ler ben o galego e sobre todo pra entender o que lían e poder facelo con sentimento.
Permítanme unha palabra con relación a min mesmo pra poder entenderme un pouco mellor quen non me coñeza. A operación de larinxe grazas á que podo dicir que tiven cancro, e sobre todo o EPOC producido polas substancias que lles permiten engadir as nosas autoridades sanitarias ao tabaco, obríganme a estar enchufado á maquina ou mochila do osíxeno as 24 horas e ao moverme, por pouco que sexa o esforzo, fatígome moito. Estou por aquí abaixo con prórroga indeterminada, pero o noso anterior Bispo o tamén querido Don Manuel Sánchez Monge, díxome: “Dosifícate, cambia la voz por el ordenador y con calma, juega la prórroga coma si estiveses a tiempo completo”. Sendo obediente cos que saben mandar, estiven sentado, sabendo que miña irmá estaba pendente de min, e encargueime do ordenador e algunha intervención, falando, agora pouco e por un tubo. Emocioneime en máis dunha ocasión e non puiden conter algunha bágoa, que os que sufrimos dificultades respiratorias somos de lágrima fácil
Hai quen di que os bispos non se decatan de nada, por exemplo a sexta, pero este enterouse das miñas emocións e de como ás veces tapaba a cara. E ó empezar a homilía, tivo que facer el varias veces o dobre embrague, porque patinaba. Empezou dicindo que preparara o que tiña que dicir, pero despois do que estaba vivindo non lle servía, porque viña disposto a acompañar e estaba sendo acompañado. Non soa isto a Papa Francisco, sen que sexa plaxio, senón coincidencia de actitudes? Eu tiña ao Bispo en fronte e a case toda a demais xente ás miñas costas, pero sen vela sentíaa. Como non os vía, non podería decatarme se non mo dixesen, de que cando Irina cantou o “Ave María” humedecéronse moitos ollos ata de curtidos homes do campo daquel ¿insignificante? grupiño de 150.
Cando volvín prá casa axudado por miña irmá, estaba canso pero contento e, como cando se está moi cansado non é cando mellor se dorme, logo de subir á habitación dei un repasiño polas cadeas de televisión e nun momento atopeime na 2 coa película “Evelyn” na que a súa directora, Isabel de Ocampo, trata con gran rigor e sen panos quentes o tema da trata de mulleres en España por mafias que as traen enganadas e élles imposible saír das súas redes ata que con vinte e poucos anos xa non son produtivas en club de estrada ou dos outros, porque polo lido he oído, ha tan finos, delicados e sensibles que queren todo de estrea.
E pensei: ¡Dios mío, que equivocado estaba! E eu que cría que o viacrucis que fixemos en Santa Locaia era moi actual, porque se falaba na 6ª estación de que sempre quedan impresos no alma das boas persoas, coma no pano da Verónica, os rostros desfigurados dos que sofren todo tipo de agresións e violencias, incluso as de xénero.
Cantos miles de “nazarenas” de “cristas” haberá crucificadas pola forza detrás de rutilantes luces de neon que anuncian saldos de amor a prezos moi competitivos, mentres outros non lavamos as mans, pra telas ben presentables á hora acusar e condenar? Cantas desgraciadas mulleres teñen que caer cada día, e cantas veces ó día, debaixo de pesados madeiros que apestan a suor, a mugre e a alcohol, ou que pola contra, arrecenden a refinadas e caras colonias de varón que pode comprar canto queira, porque pra el todo ten un prezo, pero sóbralle das trinta moedas, porque entra no. Un que grazas a Deus non ten que andar por eses praxes, ata tén oído dicir que no sempre hai que pagar nin as treinta moedas, porque nalguns casos entra no pak de estímulos á productividad de multinacionales sen rostro ni corazón.
Só unha última pregunta antes de que algunha devota señora ou algún compunxido monseñor se escandalice e me acuse de irreverente, ¿cantas destas “nazarenas” cando se miran ó espello non se recoñecen, como tampouco era recoñecible o rostro do varón de dores, do Nazareno, porque lles roubaron ata a identidade reténdolles a documentación e rompéndoas por fóra e por dentro? E, con todo, mentres elas morren un pouco máis cada día, están redimindo ás súas familias en Perú, Romanía ou Albania de outras miserias aparentemente maiores?
Non sei se será politicamente correcto falar aínda de pecado, pero tal e como o vou entendendo, moito debe pesar o pecado colectivo, o pecado dunha sociedade que se di que progresa deixando detrás latexantes cadáveres de vivos. Agora entendo algo mellor o de “As prostitutas precédenvos no reino dos ceos” (Mt 21, 31).
Xa no recordo se tiña algo que dicir sobre a coresma. Probablemente non, porque está moi pasada de moda e ademais do da abstinencia xa se encargan os médicos por mor do colesterol.