La comunidad al completo

Hoy, la iglesia estaba, también la tribuna, de bote en bote. La comunidad parroquial al completo: abuelo, hijos y nietos, y los miembros de las tres generaciones ya idos, se reunió para participar de la celebración eucarística en silencio sepulcral, para rezar por el eterno descanso y encomendarse a los suyos ya idos, invisibles pero presentes. Antes de entrar y al salir de misa, lagrimas por encontrarse de nuevo y recordar a los que se fueron, pero siguen estando, abrazos, besos. Se palpaba la ausencia, más que nunca, de los que se habían ido y  el cariño entre los que estaban.  

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