Los partos escriben sus bellos y exigentes códigos éticos/estéticos, por aquello de ética es estética, cuando están en la oposición para exigírselos al adversario porque cuando ellos suben al poder se los pasan olímpicamente por el arco de triunfo “con toda justicia”. Las condenas que caen sobre algunos de sus honestos e incorruptibles miembros, hoy diputados o consejeros de alto rango, son fruto de las mentes calenturientas de los adversarios que ahora están en la oposición y de la justicia hecha por hombres injustos e enclenques.