Los niños dan vacaciones a Dios

Rayos de inocencia, montones de deseos indeseados, mundos de cristal y de colores suben desde la tierra al cielo para que mañana se cumplan. Los ojos de los niños, pensamientos de Dios como membrillos, acribillarán el mundo de destellos de luz. Desde el cielo bajarán los ángeles a recoger ideas para un mundo nuevo y Dios se dará vacaciones porque su imaginación no dará para más. El mundo, por momentos, pondrá en duda lo que es, y soñará como debería haber sido si los hombres, con la experiencia y la astucia inmodesta de los años, no se avergonzaran y no detestaran ser los niños que son. Pero cuando, al disiparse la dudosa luz del alba, el rostro desgreñado de la tierra, la guerra, los accidentes y la política surgirán del fondo del amanecer, nos sacudirán y exclamaremos: Ahhhhh.

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