Modus operandi de una diócesis de periferia en tiempos de coronavirus Ángel Pérez Pueyo: "Creamos un 'equipo de crisis', para ser útiles, estar presentes y trabajar en equipo"

Ángel Pérez Pueyo, en su capilla
Ángel Pérez Pueyo, en su capilla

"Se creó un 'equipo de crisis', integrado por el obispo, el vicario general, el moderador de curia y la delagada de medios"

"En diez días, han surgido iniciativas enriquecedoras y diarias"

"En un gesto sencillo, pero significativo, pusimos a disposición de los profesionales del Hospital de Barbastro un ala de la casa sacerdotal, antiguo seminario, para su utilización y alojamiento del personal sanitario"

"Desde el teléfono móvil del obispado, se mandan cada día varias comunicaciones a listas de difusión: sacerdotes, religiosos, animadores de la comunidad, movimientos, cofradías y uno especial para esta cuarentena"

Así se mantiene movilizada la diócesis de Barbastro-Monzón, una pequeña diócesis de periferia, que puso en marcha un 'equipo de crisis' o equipo ejecutivo, integrado por la Comisión Permanente del Consejo Diocesano de Pastoral: una consagrada de clausura, Sor Alegría Zarroca, un laico, Jesús Gracia, el vicario general, el vicario de pastoral, el delegado del clero y de la vida consagrada, el moderador de curia y la delegada de Medios. Así describe su funcionamiento el propio obispo, Ángel Pérez-Pueyo, que ha colocado su despacho en la capilla y, desde allí, atiende a las numerosas solicitudes de todo tipo que recibe por teléfono y por las redes sociales.

"El punto de partida de lo que estamos haciendo se fijó en la reunión de curia del 13 de marzo, en la que por suerte nos adelantamos un día a la declaración del estado de alarma, y ya se tomaron unas decisiones básicas, entre las cuales estaba cerrar físicamente el obispado.

A partir de ahí, y dado que lo que ocurre es nuevo para todos, se creó un 'equipo de crisis', integrado por el obispo, el vicario general, el moderador de curia y la delagada de medios. Permanentemente ponemos en común los temas que van surgiendo y les damos cauce, consultando con los implicados o derivándolos a quien consideramos, con la intención de ser útiles, estar presentes, trabajar en equipo y reforzar el sentimiento de pertenencia a esta iglesia diocesana.

La primera semana (o sea, la pasada) hicimos mucho hincapié en la labor de equipo y en el sosiego, porque ya se veía que el tema iba para largo y no era cuestión de gastar todas las fuerzas, ideas y energías en los primeros días. En diez días, han surgido iniciativas enriquecedoras y diarias, como la de la Unidad Pastoral de Fraga con el ángelus (ahora van a hacer radio online), las reflexiones para el Ángelus de Pedro Escartín o las frases de Chema Ferrer, y otras puntuales, como la Noche Clara virtual, los videomensajes del obispo, oración de enseñanza, etc…

En un gesto sencillo, pero significativo, pusimos a disposición de los profesionales del Hospital de Barbastro un ala de la casa sacerdotal, antiguo seminario, para su utilización y alojamiento del personal sanitario durante la crisis del coronavirius COVID-19.

A partir de todo eso, hemos asentado una serie de protocolos, que marcan una cierta rutina. Desde el teléfono móvil del obispado, se mandan cada día varias comunicaciones a listas de difusión: sacerdotes, religiosos, animadores de la comunidad, movimientos, cofradías y uno especial para esta cuarentena.

Todos reciben informaciones, tanto de producción propia como ajena, sobre aquellas cuestiones que consideramos de interés, y también algunas específicas. Casi todo eso se cuelga en redes sociales (facebook, instagram y twitter) y mandamos notas de prensa a los medios.

Ahora vamos a dar otro paso que es retransmitir una eucaristía presidida por el obispo, a puerta cerrada, en la capilla de la residencia sacerdotal, el día 29 por Facebook live, el canal de youtube de la diócesis y canal 25. Y estamos fijando cómo hacerlo con los oficios litúrgicos".

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