El presidente de la CEE critica la "obsesión por los temas internos" Argüello niega que el Sínodo "sea una lucha por la distribución del poder" en la Iglesia

Argüello, con el Papa
Argüello, con el Papa

"La sinodalidad es la oportunidad de realizar la acogida plena del Pentecostés del Vaticano II en el cambio de época, acelerado en los últimos decenios"

"La espiritualidad y estilos de relaciones sinodales nos permite avanzar en la repuesta a la llamada que el Señor nos hace a la comunión misionera en el momento que nos toca vivir, marcado por el individualismo y la urgente necesidad de evangelizar a contracorriente"

El presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha negado este miércoles que el sínodo que acoge el Vaticano en Roma estos días sea una "lucha por la distribución del poder".

"Nada más alejado de la intención del Papa Francisco al hacer esta propuesta a la Iglesia, a la que quiere centrada en el Señor y en la misióny no en sí misma", ha argumentado el arzobispo en una carta pastoral remitida a los medios y recogida por EFE.

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De este modo, Argüello ha criticado que se perciba este sínodo de los obispos, que también congrega a la asamblea eclesial -compuesta por obispos, no obispos, hombres y mujeres-, como una "obsesión por los temas internos" de la Iglesia y por sus "luchas por la distribución del poder".

Frente a ello, el presidente de la Conferencia Episcopal Española ha afirmado que el Papa Francisco quiere una Iglesia "servicial, ministerial y samaritana".

El Papa, con Argüello
El Papa, con Argüello Archivalladolid



Sobre este sínodo, Argüello ha afirmado que "poco a poco" van "convergiendo": "La sinodalidad es la oportunidad de realizar la acogida plena del Pentecostés del Vaticano II en el cambio de época, acelerado en los últimos decenios".

"La espiritualidad y estilos de relaciones sinodales nos permite avanzar en la repuesta a la llamada que el Señor nos hace a la comunión misionera en el momento que nos toca vivir, marcado por el individualismo y la urgente necesidad de evangelizar a contracorriente", ha añadido.

Por todo ello, el arzobispo ha reconocido que los pastores de la Iglesia no podrán realizar su servicio al pueblo si no están "unidos entre ellos en los diversos círculos que expresan su fraternidad sacramental"

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