Carlos Osoro: "Danos la valentía para decir nunca más la guerra" Baño de multitudes de la reina Sofía ante el Cristo de Medinaceli
Vuelven las largas colas a las puertas para venerar al Cautivo, que de nuevo baja de su camarín para acercarse a su pueblo. La pandemia da un respiro y se van recuperando tradiciones
El acceso de devotos ha sido constante, y lo hacen también como siempre se había hecho antes de la pandemia: por las dos puertas laterales del templo, llegando a los pies del Señor en dos filas por las naves laterales y saliendo por el pasillo central
| RD/Efe/Infomadrid
La reina Sofía ha venerado la imagen de Jesús de Medinaceli en el templo del mismo nombre en Madrid, donde ha sido aclamada por decenas de fieles y curiosos en su primer acto público después de que la Fiscalía del Tribunal Supremo archivara las diligencias de investigación abiertas al rey emérito Juan Carlos I.
Entre aplausos y gritos de "¡viva la reina!" y "¡guapa!", decenas de personas congregadas a los alrededores de la basílica de Jesús de Medinaceli han aclamado a su llegada al templo a la reina Sofía, que como es tradición cada primer viernes de marzo se ha sumado en representación de la Familia Real a los fieles que adoran la talla de madera de esta iglesia próxima al Congreso de los Diputados.
«Nosotros somos de contacto, y llevamos dos años sin tocarlo», decía Miguel Ángel Izquierdo, vicehermano mayor de la Archicofradía de Medinaceli hace unos días. Sin besos por el momento, la evolución de los contagios ha hecho que los que están acudiendo a Medinaceli puedan, al menos, acariciar los pies de Jesús. Para ello, el Señor luce una de sus túnicas de gala, más corta, que los deja al descubierto. Ante él se ha colocado el frontal de altar que se usa habitualmente en estas celebraciones.
Muchos fieles hacen cola en la basílica de Medinaceli para ver al Señor de Madrid. El @cardenalosoro preside ahora una Misa 👉 https://t.co/PE5xOtYBjwpic.twitter.com/K5XJJu6UOy
— Archidiócesis de Madrid (@archimadrid) March 4, 2022
Las puertas del templo se abrían puntualmente a las 24:00 horas del día 3, con la entrada de los primeros fieles que habían estado esperando ante ellas. La noche desapacible de Madrid, con lluvia y temperaturas más bajas que en los días precedentes, no los había disuadido. La bienvenida de la comunidad de frailes capuchinos que custodian el templo estuvo marcada por el recuerdo a Ucrania. La oración del Papa Francisco por la paz fue la primera plegaria al Cristo: «Señor, desarma la lengua y las manos, renueva los corazones y las mentes, para que la palabra que nos lleva al encuentro sea siempre «hermano», y el estilo de nuestra vida se convierta en shalom, paz, salam».
Desde ese momento, el acceso de devotos ha sido constante, y lo hacen también como siempre se había hecho antes de la pandemia: por las dos puertas laterales del templo, llegando a los pies del Señor en dos filas por las naves laterales y saliendo por el pasillo central.
Vuelven también los que llevaban dos años sin venir. Como Emiliana, que se acerca desde Pozuelo de Alarcón; venía de toda la vida, «menos en la pandemia«». O las mamás, para presentarle a sus niños al Señor. Como Adriana, que trae a su niño pequeño, Thiago, de 1 año. «Ya había traído a las otras dos, de 6 y 2años y medio, pero me faltaba él». «Cuando una es muy devota...», justifica, ojos emocionado tras la mascarilla. Vuelve Luci, como todos los años, pero este acompañada de su hermana Pilar, para quien es su primera vez porque se ha jubilado este año. «Esto lo haces porque tienes fe».
Vuelve también la reina Sofía. Unos «vivas» desde la calle anuncian su llegada, igualmente fiel a su cita con el Señor de Madrid. Suenan los acordes del himno nacional y los aplausos la acompañana en su recorrido por el pasillo central. Solo se interrumpen durante los minutos que le dedica al Señor. Una devota mas del pueblo de Madrid. «Está emocionada», cuenta el vicerhermano mayor, y él tampoco puede ocultar la suya. «El pueblo está respondiendo como siempre; estamos muy emocionados, porque son dos años, y se echa de menos a gente, pero la vida continúa y hay que mantener tradiciones y costumbres, que sigan vivas».
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, vuelve también para pedirle al Cristo de Medinaceli que, ahora que «parece que se acerca el final de la pandemia», «seamos capaces de no dejar a nadie atrás».
La Reina Sofía vuelve al besapié del Cristo de Medinaceli (y más joven que antes) https://t.co/iiWK2AMrgZ
— Revista SEMANA (@semana_revista) March 4, 2022
Oración por Ucrania
Jesús de Medinaceli seguirá recibiendo devotos hasta las 24:00 horas de este viernes, con Eucaristías cada hora. En todas, de nuevo, se comienza y se concluye pidiendo por la paz en Ucrania. La Solemne, a las 12:00 horas, ha sido presidida por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro. Con las lecturas de la festividad de Cristo Rey como eje, por ser la fiesta litúrgica de Jesús de Medinaceli (la del primer viernes de marzo es la fiesta popular), el purpurado también ha hablado de paz. «Hoy, en este día, le gritamos al Señor: "Ayúdanos. Ayúdanos tú, Dios de la paz"». «Danos la valentía para decir "nunca más la guerra"», ha añadido.
Junto a Jesús de Medinaceli, en quien «vemos a un Dios» que «manifiesta su misericordia, su bondad, su compasión», el purpurado se ha referido a un Dios que «nos salva con su amistad». Y ha apelado a la fraternidad, porque «quien adora a Dios con un corazón sincero, ama también al prójimo con todas las consecuencias». Cuando el Cristo de Medinaceli sale a las calles, ha dicho, las «riadas» de gentes que lo acompañan «son riadas de hermanos». «Comprometeos –ha animado– para regalar la paz de Cristo». Y ha concluido pidiéndole al Señor de Madrid su ayuda, paz, fuerza y amor.
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