El Arzobispado tiene desde hace un mes el informe para el desahucio de las exclarisas ¿Cuenta atrás para la salida de las exmonjas de Belorado?

El Arzobispado de Burgos tiene desde hace un mes el informe de vulnerabilidad económica para iniciar el desahucio de las exmonjas del monasterio de Santa Clara de Belorado (Burgos), según recogen este jueves, 5 de septiembre la prensa y agencias de Castilla y León.

Con esa documentación en su poder y ya finalizado el mes de agosto, considerado inhábil judicialmente, el comisario pontificio podría instar a su equipo jurídico que diese inicio al proceso que, a través de los tribunales de Justicia, habría de acabar con el desahucio de las diez exclarisas excomulgadas tras romper la comunión con Roma el pasado 13 de mayo a través de un enrevesado Manifiéstenles Católico.

Este desahucio no afectaría, sin embargo, a las otras cinco religiosas, “ancianas muy dependientes”, que se siguen considerando monjas clarisas porque no han secundado el cisma, según publica en su edición de hoy Diario de Burgos.

Entrevistas con la trabajadora social

Esa serían las conclusiones de la trabajadora social del CEAS que se entrevistó individualmente con las residentes, requisito imprescindible para plantear la demanda. Según el citado rotativo, la trabajadora social del CEAS de Belorado pudo acceder al monasterio burgalés, una vez comunicada la actuación, y entrevistarse individualmente con cada una de las mujeres allí residentes, según informa Ical.

La cita con la trabajadora social fue fechada por la Diputación de Burgos a mediados del pasado mes de julio con la finalidad de realizar "informes sobre vulnerabilidad económica sobre usted, dentro de un procedimiento judicial que tiene como finalidad el desahuciamiento de su vivienda habitual", según la carta remitida a la exabadesa Laura Gil de Biedma.

De no haber aceptado esas entrevistas, las exreligiosas católicas podrían haber sido declaradas okupas, puesto que habían optado por permanecer en el cenobio una vez que el arzobispo Mario Iceta, en su condición de comisario pontificio, las instó a abandonarlo tras su excomunión "en los primeros días de julio".