El director de Cáritas Barcelona hace balance de sus quince meses liderando la organización Eduard Sala: "Si mañana se resolvieran las dificultades de acceso a la vivienda en el área diocesana de Barcelona, acabaría el 80% de la pobreza"
El barcelonés Eduard Sala, educador social y licenciado en filosofía y letras, afronta su segundo año como director de Cáritas Barcelona "con el mismo ánimo" con el que arrancaba su mandato, en septiembre de 2023, sustituyendo a quien ha sido nombrado recientemente presidente de Cáritas Cataluña, Salvador Busquets
"Estar en Cáritas es un regalo. Es poder contribuir a la construcción del Reino de Dios desde un lugar tan privilegiado y lleno de sentido como el que construimos y hacemos posible todos los días", apunta
| Xavier Pete
(Flama).- El barcelonés Eduard Sala, educador social y licenciado en filosofía y letras, afronta su segundo año como director de Cáritas Barcelona “con el mismo ánimo” con el que arrancaba su mandato, en septiembre de 2023, sustituyendo a quien ha sido nombrado recientemente presidente de Cáritas Cataluña, Salvador Busquets.
-¿Qué ha significado para usted estar al frente de Cáritas Barcelona en estos quince meses?
-Estar en Cáritas es un regalo. Es poder contribuir a la construcción del Reino de Dios desde un lugar tan privilegiado y lleno de sentido como el que construimos y hacemos posible todos los días. Seguro que tendremos cosas que se puedan mejorar, pero el equipo de trabajadores y personas voluntarias es tan bueno que no se puede tener ninguna queja. Estoy muy agradecido por este tiempo al frente de Cáritas Barcelona y, sobre todo, considero que es bonito tener al lado a personas que confían en proyectos como éste, desde el papa Francisco, a quien agradecemos mucho que esta pasada Navidad hiciera llegar un mensaje de felicitación a la Iglesia de Barcelona, hasta el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, quien confía muchísimo en nuestro proyecto.
-¿Cómo ha vivido el relevo de la presidencia de Cáritas Cataluña, que ahora está dirigida por Salvador Busquets, quien fue director de Cáritas Barcelona de 2014 a 2023?
-Tanto él como todas las personas que conformamos Cáritas consideramos que la vida está condicionada por el cambio, al que hay que responder ágilmente en cada momento. Particularmente, he podido aprender mucho de esta cuestión junto a Salvador Busquets cuando estaba en Cáritas Barcelona, sobre todo en épocas como la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus, el conflicto bélico en Ucrania o, mirando más atrás, la crisis financiera de principios de este milenio que todavía sigue teniendo consecuencias en la actualidad. La esencia de Busquets es la capacidad de tejer complicidades y de ser un puente que conecta a gente muy diferente; por eso, en este último año hemos tratado de continuar esta tendencia que nos legó, y que ahora, seguramente, sabrá poner en práctica desde Cáritas Cataluña, coordinando las diez Cáritas catalanas.
-Uno de estos dramas sociales también podría ser la exclusión residencial, de la que Cáritas Barcelona acabó en 2024 realizando una radiografía a partir de las conclusiones sobre vivienda del informe FOESSA.
-Es el gran drama ahora mismo. Si mañana se resolvieran las dificultades de acceso a la vivienda que se tienen sobre todo en el área diocesana de Barcelona, más del 80% de la pobreza quedaría aniquilada. Una de las grandes cargas económicas de las familias y las personas que viven solas es tener una vivienda digna, y eso lo dijo muy bien la secretaria general de Cáritas Barcelona, Cristina García, con motivo de esta presentación: según ella, tener un techo y cuatro paredes no es sinónimo de tener una vivienda digna. Para desplegar una vida, no sólo hace falta fijarse con tener los ingresos suficientes y, como ella decía, un techo y cuatro paredes; el drama se acentúa cuando alguien que se encuentra así ni está compartiendo residencia con nadie ni se encuentra en la agenda del teléfono móvil de ningún familiar, amigo o conocido que pueda estar cerca de él.
-Cáritas Diocesana de Barcelona fue una de las primeras Cáritas de Cataluña, pero también del conjunto de España. De eso, hace ocho décadas este mes de enero.
-Así es. En estos ochenta años de historia, Cáritas estima que 1,6 millones de personas han recibido algún apoyo por parte de la entidad. Cuando recordamos los años de vida de Cáritas en Barcelona contemplamos la evolución de nuestra sociedad, las dificultades que las personas más vulnerables de la diócesis de Barcelona han tenido que afrontar y superar. Para Cáritas, lo más importante es la persona y su dignidad, como será siempre.
-Tras presentarse en el Parlament de Catalunya una proposición de ley sobre el sinhogarismo, la cual fue una iniciativa académica y de entidades sociales, se disolvió el Parlament y ésta decayó. Si se llega a aprobar, ¿qué cree que va a comportar?
-Si esto ocurre, no queremos que todo se acabe traduciendo en un brindis al sol. Es una ley que habrá que dotar con muchas herramientas que ya se conocen y que deben continuarse estudiando para poner en práctica, pero, evidentemente, esta situación dependerá de la voluntad política que pueda haber en última instancia.
-¿Cree que hoy en día todas las administraciones públicas en Cataluña están concienciadas de este drama?
-Hay ayuntamientos que sí, pero también hay algunos que no, y, por eso, todavía los tenemos de espaldas en cuanto a la responsabilidad que deben mostrar hacia las situaciones de vulnerabilidad producidas por no tener hogares dignos. No todos los ayuntamientos hacen su trabajo, como tampoco lo están haciendo en el asunto del empadronamiento, y eso es una obligación que tienen, independientemente de su situación administrativa.
-En la presentación de la memoria de 2023, Cáritas Barcelona advirtió de que estaba llegando al límite de sus capacidades de atención social. ¿Esto se seguirá agravando?
-En estos primeros días de año no damos datos finales sobre el año anterior, ya que no tenemos nada cerrado, pero tenemos claro que, aunque Cáritas Barcelona haya crecido en cuanto a la cantidad de personas que son atendidas y de recursos, su presupuesto no lo ha hecho. Históricamente, hemos recibido aludes de donativos para hacer frente a emergencias como la pandemia de coronavirus o la ayuda a la población ucraniana, pero también hay que recordar que, una vez pasamos página, hay más aspectos sociales que deben seguirse cuidando económicamente.
-Durante el 2024, Cáritas Barcelona reformó el despacho de la Zona Pastoral 3, que da respuesta a más de 7500 personas de los distritos de Nou Barris, Sant Martí y Sant Andreu. ¿Cómo lo vivió usted?
-En la época de la pandemia vimos claramente que era necesario tener más presencia en ese sector poblacional. Y, así, como se ha hecho con la Zona Pastoral 4, se pretende que todos los espacios de Cáritas Barcelona sean lugares de encuentro, de relación, de puertas abiertas, de posibilidad para lavar la ropa, etcétera. Es el mayor ejemplo de tener una Iglesia abierta, como nos pide el papa Francisco. Salir al exterior, donde está la gente necesitada, es también dejar que todos y todas entren en nuestra casa.
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