La diócesis advierte que "no cuenta con ninguna autorización del Arzobispado para su apertura" El ex cura de Épila desafía a Omella y abre un centro de culto ilegal en el centro de Barcelona
Miguel Ángel Barco, expulsado por Roma en 2017, también 'celebra' en Cerdanyola del Vallés, en la ermita de Can Cerdà (diócesis de Terrasa)
l ex clérigo, que pertenecía a la diócesis de Alcalá de Henares, fue secularizado en 2017, una decisión que le comunicó personalmente el propio Omella. Barco, quien también fue acusado en su día de haber tenido una hija con una feligresa, y de acoso a un diácono en Zaragoza, llevó al actual presidente del Episcopado ante los tribunales por presunta falsedad en documento privado. La causa fue archivada, y Omella, exonerado
El ex cura de Épila, Miguel Ángel Barco, acusado por acoso y reducido por la Santa Sede al estado laical, amenaza con seguir tratando de amargar la vida al cardenal Omella. El sacerdote, que tiene prohibido vestir como sacerdote, celebrar los sacramentos, predicar o desempeñar cargo alguno en parroquias de todo el mundo, ha montado su propio "espacio de culto" en un local de la calle Bailén 100 de la Ciudad Condal.
Un local que, como ha señalado en un comunicado el Arzobispado de Barcelona, "no cuenta con ninguna autorización del Arzobispado para su apertura ni para que se pueda celebrar el culto en nombre de la Iglesia católica. Por lo tanto, se encuentra en situación de ilicitud". Y no sólo ahí: Barco también "celebra también pretendidamente misas en Cerdanyola del Vallés, en la ermita de Can Cerdà", hechos que también han sido denunciados por el Obispado de Terrasa.
El ex clérigo, que pertenecía a la diócesis de Alcalá de Henares, fue secularizado en 2017, una decisión que le comunicó personalmente el propio Omella. Barco, quien también fue acusado en su día de haber tenido una hija con una feligresa, y de acoso a un diácono en Zaragoza, llevó al actual presidente del Episcopado ante los tribunales por presunta falsedad en documento privado. La causa fue archivada, y Omella, exonerado.
"No puede usar ningún tipo de hábito ni de distintivo clerical"
Sin embargo, las acusaciones contra Omella (y contra el jesuita Germán Arana) han continuado fluyendo, especialmente en medios supuestamente informativos de la órbita ultraconservadora, aduciendo a un complot contra el cura que escondería oscuros intereses en una imaginaria trama que implicaría a varios obispos e, incluso, al mismísimo Vaticano.
Lo único cierto, recuerda la diócesis en su comunicado, es que "Barco no puede usar ningún tipo de hábito ni de distintivo clerical, que tiene prohibido cualquier ejercicio del ministerio sacerdotal en todos sus ámbitos y que, en consecuencia, no puede ser nunca admitido como clérigo en ninguna celebración litúrgica de la Iglesia católica".
Las noticias actuales, añade la diócesis, "acentúan la situación de grave rebeldía ante una decisión firme de la Santa Sede". Dada su persistencia, las diócesis catalanas han decidido "poner estos nuevos hechos en conocimiento de los fieles católicos de las diócesis de Barcelona y Terrassa para que eviten cuidadosamente la asistencia y participación en el culto ni en el espacio indicado ni en ninguna parte con la persona mencionada, por razón de su ilicitud".
Por otra parte, "también se alerta a todos los clérigos presentes en las dos mencionadas diócesis (seculares, regulares, incardinados o foráneos, con residencia o de paso) que consideren estrictamente prohibida para ellos cualquier tipo de celebración de culto ni en el espacio mencionado ni con la persona referida, sin perjuicio de la responsabilidad canónica que se pudiera derivar".
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