(Archimadrid).- A través del Secretariado de Pastoral Gitana, la Iglesia que peregrina en Madrid se suma a las celebraciones del Día Internacional del Pueblo Gitano, que tiene lugar este jueves, 8 de abril, con la mirada puesta de manera especial en «aquellos que, tristemente, han perdido la vida en esta terrible pandemia». «Ha sido y sigue siendo un año duro, de aceptación de la debilidad humana y de acompañar el sufrimiento propio y el de tantos hermanos y primos cercanos. Todo esto no ha podido ser de otra manera que con la imagen de Jesús de Nazaret, clavado en una cruz y sufriente con el dolor de su pueblo», subrayan los directores del secretariado, Luis Guevara y Sara Sieira.
En una carta escrita para la ocasión, ambos inciden en que se trata de «un día para el recuerdo de nuestros antepasados que peregrinaron por el mundo buscando un lugar donde asentarse» y de todos aquellos que trabajaron por «la dignidad y el avance del pueblo gitano», al tiempo que reivindican «valores tan propios de los gitanos como la solidaridad, la hermandad y la alegría» para afrontar las dificultades y reclaman «el compromiso del Estado contra el antigitanismo, partiendo de una política de empoderamiento real del pueblo gitano y protegiéndolo de modo especial».
Recuerdo para las familias de la Cañada
En esta línea, los directores del Secretariado de Pastoral Gitana lamentan «durísimos episodios» históricos de «estigmatización», «exterminio cultural» y hasta «genocidio», y advierten de «la situación de pobreza y segregación social que persiste entre nosotros». «Queremos tener un especial recuerdo y denuncia por la situación vivida durante meses en la Cañada Real por falta de electricidad y que sigue afectando a más de 1.800 niños y 1.200 familias que viven en condiciones no siempre dignas», aseveran.
Por último, al hilo de la Semana Santa, Guevara y Sieira, se felicitan «por tantas familias que, a pesar de las dificultades, han salido adelante, por tanta gente que se nos ha acercado con voluntad de integración, y por tantos lazos de amistad y cariño generados entre nosotros». «Con el corazón alegre y transformado de estos días de Resurrección, nos ponemos agradecidos delante del Señor como hijos suyos. Que sigamos sintiendo como el Señor quiere y cuida al pueblo gitano hoy y siempre. Sastipen thaj mestipen, romá (Salud y libertad, gitanos)», concluyen.