El hombre fue incinerado para ocultar un posible envenenamiento Investigan a una cuidadora y un sacerdote por matar a un anciano y quedarse con su herencia en Cullera
Solo ocho días después de que la investigada atendía al anciano, el hombre hizo un testamento a favor de ella, y dejaba una parte al sacerdote
Los hechos los ha denunciado un sobrino segundo del anciano que acusa a la cuidadora de aislar al anciano de la familia y precipitar su muerte por un exceso de medicación
El presunto envenenamiento del anciano no se va a poder probar porque la cuidadora, haciendo uso de sus poderes, ordenó su incineración
El presunto envenenamiento del anciano no se va a poder probar porque la cuidadora, haciendo uso de sus poderes, ordenó su incineración
| RD/Agencias
El juzgado de Instrucción Número 1 de Sueca (Valencia) investiga a un sacerdote y a una cuidadora por presuntamente matar a un anciano de 91 años en Cullera (Valencia) tras dejarles su herencia un mes y medio antes de fallecer, según ha adelantado À Punt.
Los hechos los ha denunciado un sobrino segundo del anciano, que va mediar con el cura para encontrar a la cuidadora y a la que acusa de aislar al anciano de la familia y precipitar su muerte por un exceso de medicación. La acusación particular considera que hay indicios probatorios para imputarlos por asesinato y estafa.
Los acusados han acudido este jueves a declarar al juzgado.
Incinerado para ocultar el envenenamiento
"Cuando hacía ocho días que la investigada atendía al anciano, el hombre hizo un testamento a favor de ella, y también dejaba una parte al sacerdote. 42 días después el nonagenario falleció"
En verano de 2023, cuando hacía solo ocho días que la investigada atendía al anciano, el hombre hizo un testamento a favor de ella, y también dejaba una parte al sacerdote. 42 días después el nonagenario falleció.
La Guardia Civil les acusa de idear un plan para quedarse con los bienes del anciano porque no tenía herederos directos.
En el nuevo testamento, la cuidadora se quedó como heredera universal con el piso de anciano, valorado en 80.000 euros y sus ahorros, que ascienden a 33.400 euros. Por su parte, el rector recibió 6.000 euros.
El posible envenenamiento del anciano por sobre medicación no se va a poder probar porque la cuidadora, haciendo uso de sus poderes, ordenó su incineración, ocultándoselo a la familia. Según el sobrino que ha denunciado los hechos, el anciano era un hombre religioso que quería ser enterrado en un nicho junto a su mujer fallecida.