Francisco Martínez sigue investigado por impagos y ventas opacas de patrimonio Roma retrasó el nombramiento de Munilla a Orihuela para que no se viera salpicado por el cese del económo

José Ignacio Munilla iba a ser nombrado obispo de Orihuela-Alicante... este verano, pero su designación se retrasó, por orden de Roma, a la espera de que saliera la sentencia contra el ex ecónomo diocesano, Francisco Martínez, por supuesto impago en la venta del antiguo asilo de Benalúa, donde está previsto abrir un hospital privado.

Según informa Alicante Plaza, el retraso en el fallo judicial hizo que, finalmente, el Vaticano anunciara a finales de diciembre el nombramiento de Munilla. La intención, tanto del Nuncio como de la Congregación de Obispos, era que monseñor Murgui fuera quien asumiera la responsabilidad de la posible condena contra quien fuera ecónomo de la diócesis durante dos décadas y cesado en marzo pasado, para así dejar a Munilla manos libres, y dar la sensación de transparencia.

Un obispo acusado de opacidad en Euskadi

Sin embargo, los tiempos judiciales son distintos a los eclesiástico, y la estrategia romana se acabó yendo al traste. Aún así, la elección de Munilla para 'limpiar' la diócesis no parece la mejor, toda vez que el propio prelado ha sido acusado de despilfarrar el patrimonio de San Sebastián, hasta el punto de vender terrenos parroquiales (y la propia sede del Obispado) para financiar deudas.

Como quiera que la sentencia del caso que afecta al ex ecónomo, la presunta estafa a una consultora inmobiliaria en la venta del asilo de Benalúa para construir un hospital privado, se retrasa, Roma decidió finalmente llevar a cabo el relevo, consciente de que pueden saltar más sorpresas relacionadas con el ecónomo, sostiene Alicante Plaza, que apunta a otra investigación, llevada a cabo por la Guardia Civil, sobre el presunto cobro de comisiones en negro por vender patrimonio de la Iglesia.