Rino Fisichella ha participado manifestando la influencia evangelizadora de la Virgen María El clero catalán se reúne en un histórico encuentro en Montserrat: "Creía que no había tanta unión"
“Estamos atentos a todo lo que está pasando hoy en nuestro pueblo en relación con los fuertes aguaceros que siguen amenazándonos”, decían varios sacerdotes de las Tierras del Ebro pensando en Valencia y en la DANA
Planellas: "La sinodalidad y el discernimiento deben ser ejes espirituales y metodológicos de nuestras acciones como agentes pastorales"
Fisichella: "Hablamos demasiado, como sacerdotes, de la fe y de la caridad, pero más bien poco de la esperanza"
Fisichella: "Hablamos demasiado, como sacerdotes, de la fe y de la caridad, pero más bien poco de la esperanza"
| Xavier Pete, Agencia Flama
Varios sacerdotes de las Tierras del Ebro miraban continuamente su teléfono móvil durante la celebración eucarística celebrada este miércoles en la basílica de Santa María de Montserrat. “Estamos atentos a todo lo que está pasando hoy en nuestro pueblo en relación con los fuertes aguaceros que siguen amenazándonos”, explicaba uno de ellos mientras el templo, a rebosar, acogía desde primera hora de la mañana más de medio millar de obispos, clérigos, diáconos, seminaristas y curas jubilados de las diez diócesis catalanas con motivo de un reencuentro entre todos ellos que se enmarcaba en la celebración, iniciada el pasado mes de septiembre, del Milenario de Montserrat.
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Convocada por la Conferencia Episcopal Tarraconense y la Abadía de Montserrat y con el sonido de la persistente lluvia desde el exterior como telón de fondo, casi todos los parlamentos se iniciaban con la mirada puesta en la Comunidad Valenciana y las demás zonas de la península afectadas por el grave temporal, pero también en la necesidad de seguir religando una comunión interdiocesana como la que se generaba, como quisieron hacerlo, hace unas décadas, los arzobispos Josep Pont y Gol y Ramon Torrella, que eran recordados por su sucesor en Tarragona, el arzobispo Joan Planellas.
"Actos como éste nos unen, ciertamente, ya que vivimos un poco dispersados", reconocía, al acabarse, Joaquim Rovirosa, sacerdote del obispado de Sant Feliu de Llobregat. En su caso y en el de otros representantes de la Iglesia santfeliuense, este miércoles acompañada por su obispo electo, Xabier Gómez, la proximidad geográfica no les obligaba a realizar un gran desplazamiento hasta Montserrat, a diferencia de lo que hacían clérigos, diáconos y seminaristas de diócesis más alejadas, que acudían, por ejemplo, en autocar. "En cualquier caso, nadie ha estado obligado a venir, a esta celebración", añadía el presbítero.
A pesar de las diferentes situaciones de cada diócesis, en todas ellas existe una pregunta concreta, que Planellas formulaba en varias ocasiones durante su homilía: “¿Cómo evangelizar en la actual situación?”, se cuestionaba antes de encontrar la respuesta: “Creo que la sinodalidad y el discernimiento -aseguraba para referirse, a continuación, a las corrientes migratorias que conforman la sociedad- deben ser ejes espirituales y metodológicos de nuestras acciones como agentes pastorales”.
Las palabras de Planellas eran escuchadas con atención por Fabián Cabarcas, un presbítero colombiano que ha llegado hace poco tiempo a la diócesis de Urgell y que, integrado en un grupo de otros sacerdotes de esas tierras como Joaquim Cebrián, observaba en este evento un aspecto que le sorprendía positivamente: "En el pensamiento, tenía previamente la idea de que en Cataluña no existía una unión tan fuerte como la que estoy viendo hoy, donde estamos revitalizando la fe", admitía Cabarcas.
"Es enriquecedor conocer otras realidades diocesanas desde un lugar tan emblemático como es el Monasterio de Montserrat", decía, por su parte, Robert Escusà, uno de los diversos seminaristas de la diócesis de Terrassa que seguían con atención tanto los actos eucarísticos como la conferencia final que pronunciaba el cardenal y proprefecto de la sección de Nueva Evangelización del Dicasterio para la Evangelización del Vaticano, Rino Fisichella. “Su lección ha sido muy potente”, la definía Santiago Soro, vicario general de la archidiócesis de Tarragona, recordando las palabras de un Fisichella que ponía de relieve la influencia de la Virgen María como signo evangelizador, así como el valor de la esperanza. "Hablamos demasiado, como sacerdotes, de la fe y de la caridad, pero más bien poco de la esperanza", decía el italiano.
Unas recomendaciones catequéticas que todos los presentes se llevaban hacia sus respectivas diócesis después de un “acto de comunión” que, para el párroco de Roses, el gerundense Josep Puig, “debe seguir manteniendo encendida su llama en un futuro ”. “Algunos de los sacerdotes de nuestra diócesis no han podido venir porque antes había que quedarse para gestionar cuestiones más urgentes —continuaba Manel Masvidal, sacerdote en un total de veinticuatro parroquias de Girona. "Les explicaremos a todos ellos la gran joya que se ha podido experimentar aquí", concluía este presbítero.
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