Los trabajos del Sínodo continúan en la diócesis de Madrid con, entre otros, los encuentros que el arzobispo, cardenal Carlos Osoro, está teniendo con representantes de distintos sectores de la sociedad. A los políticos, profesores de universidad, empresarios, representantes de sindicatos, y artistas y deportistas se unieron, este domingo, 13 de marzo, los más vulnerables.
El encuentro fue en la iglesia Nuestra Señora de las Maravillas, que estaba «llena del pueblo de Sant’Egidio», como le gusta llamarlo a Tíscar Espigares, responsable de la Comunidad de Sant’Egidio en Madrid. «En un pueblo caben todas las situaciones», y allí había muchas personas sin hogar, extranjeros, familias de los niños que atienden en la Escuela de la Paz, ancianos... Muchos de ellos intervinieron para compartir su experiencia y responder a la pregunta que el cardenal plantea en esta fase del Sínodo: «¿Qué pedís a la Iglesia?».
Hoy la Iglesia se hizo diálogo para escuchar las voces y testimonios de los pobres y de quienes caminan con ellos. Encuentro con el @cardenalosoro de @archimadrid en @IglesiaMaravill en torno a la pregunta ¿qué le pides a la Iglesia? #IglesiaqueEscucha#Sínodopic.twitter.com/lwdWl2nPIc
— Sant'Egidio Madrid (@SantEgidioMad) March 13, 2022
«La Comunidad de Sant’Egidio es el único lugar del mundo donde yo escucho mi nombre», dijo una de las personas en situación de calle. Por eso, «yo le pido a la Iglesia que a los pobres se nos llame por nuestro nombre». Así, hablando de la experiencia que ellos tienen de la Iglesia a través de Sant’Egidio, le pedían, entre otras cosas, «que sea Madre, porque a mí me han tratado aquí como una madre»; «que sea un lugar de encuentro»; «que no solo nos consideren personas a las que hay que dar ayuda».
Para muchos, San'Egidio es una comunidad en la que «he vuelto a rezar, he vuelto a tener la esperanza en el Señor» porque, como señalaron también, «comparto no solamente la ayuda material, que es importante, sino también el Evangelio», la Palabra de Dios que «para mí ha vuelto a ser muy importante». Un refugiado sudanés de religión musulmana reveló: «Yo soy musulmán y aquí desde el primer día me han tratado como a un hermano».
«Sant’Egidio es mi familia», dijo otro, y no fue la primera vez que la palabra familia se oyó en una tarde que fue un Tabor, como ese que describía el propio Evangelio proclamado en la Eucaristía que siguió al encuentro. Precisamente el cardenal Osoro parafraseó a Pedro con ese «¡qué bien se está aquí!», en medio de una «humanidad transfigurada». Así, en la homilía hizo referencia a cómo la Palabra de Dios «puede transformar tantas realidades oscuras en realidades luminosas».
«Esto es lo que nosotros vivimos este domingo –destaca Espigares–. Fue un momento conmovedor, entrañable, íntimo y de una esperanza verdaderamente extraordinaria».
Caminar juntos
«Mi vida es una historia de resurrección, y yo le pido a la Iglesia que nunca renuncie a soñar, que siempre tenga la ambición de que todo puede cambiar». Esto lo contó una persona sin hogar que gracias a Sant’Egidio salió de la calle y ahora es una de las personas que «lleva la cena a otras personas sin hogar».
A los pobres a veces los encontramos en las puertas de las iglesias, pero en realidad los pobres son la puerta de la Iglesia
Porque en Sant’Egidio, el caminar juntos, que es lo nuclear del Sínodo, es una realidad. A la responsable de la comunidad en Madrid le gusta recordar en este punto unas palabras del cardenal portugués Tolentino Mendonça, actual archivero del Vaticano: «A los pobres a veces los encontramos en las puertas de las iglesias, pero en realidad los pobres son la puerta de la Iglesia».
En Sant’Egidio «no hay fronteras, no están los que ayudan y los que son ayudados; en Sant’Egidio hay una familia», porque «compartimos todo, el Evangelio, la vida, la amistad, que hace que se diluya cualquier barrera» y que es «lo que nos sostiene a todos». «El protagonista es el abrazo», añade Espigares, «y en este encuentro se visualizó de una manera preciosa».
¿Cómo se puede participar en la fase diocesana?
El Arzobispado de Madrid puso en marcha hace varios meses la página web sinodo.archimadrid.espara afrontar la fase diocesana del Sínodo de los Obispos, que es «una oportunidad para escuchar más profundamente la voz del Espíritu, aumentar la participación, mejorar la calidad del diálogo, discernir, fortalecer la conversión y animar el sentido de conexión con la gente y con la Iglesia local, regional y global».
En la página, elaborada por el equipo diocesano de coordinación del Sínodo en colaboración con Medios del Arzobispado, se incluyen las claves del camino sinodal y los materiales preparados por la Secretaría del Sínodo, al tiempo que se detalla que en Madrid se quiere hacer «una consulta lo más amplia y veraz posible, con el fin de escuchar la voz viva de todo el Pueblo de Dios», y que se presta especial atención a los alejados.
Con el convencimiento de que «el proceso sinodal debe ser sencillo, accesible y acogedor para todos», en la web se ofertan materiales tanto para grupos que opten por un encuentro solo como para los que quieran ahondar en más cuestiones en varios encuentros. Los grupos deben mandar una síntesis de las aportaciones al equipo diocesano mediante un formulario online ya operativo. Con todo el material recogido el equipo diocesano de coordinación de la consulta, formado por los delegados de Laicos, Familia y Vida, la Comisión de Evangelización, un joven de la Juventud Obrera Católica y Antonio Ávila, elaborará la síntesis diocesana.