El obispo auxiliar de Barcelona, homenajeado en Sant Pau del Camp quince años después de su muerte Las profundas raíces cristianas del obispo Joan Carrera: "Fuente de diálogo con la sociedad civil"

(Flama).- Quince años después de su muerte, el recuerdo que dejó el obispo auxiliar de Barcelona, Joan Carrera, sigue vivo en la Iglesia y en la sociedad catalana. Y una de las facetas que muchos recuerdan de él es su pasión por los medios de comunicación, que alcanzó uno de sus momentos más memorables en el debate que encabezó, en los estudios de Ràdio Estel, con el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Precisamente a esto se refirió el sacerdote Jaume Aymar, exdirector de la emisora del Obispado, durante la presentación del libro Mireu els lliris del camp.

Moderado por Teresa Pou, exdirectora de Ràdio Estel, el acto consistió en una conversación en presencia del periodista Antoni Bassas; el editor Eduard Fornés; el comisario Jaume Aymar, y el periodista Marcel·lí Joan. Tampoco faltaban personalidades eclesiásticas y políticas como el arzobispo de Urgell, Joan-Enric Vives, el obispo auxiliar de Barcelona, David Abadías, y el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol.

La obra, editada por Jordi Breu, recoge una cincuentena de experiencias en torno al obispo Carrera, el hombre que consideraba a Ràdio Estel “la niña de sus ojos”, como expresó el periodista Antoni Bassas, con quien Carrera también compartió grandes tertulias en emisoras de Catalunya Ràdio. “Era un hombre que creía en los medios de comunicación para difundir el mensaje de la Iglesia, si bien podía ponerlo en jardines indeseables; a pesar de eso, lo hizo porque le dolía el desprecio a la Iglesia en Cataluña, de donde había salido, perdiendo protagonismo y referentes auténticos”, digo.

Credibilidad

Pero Carrera, “que tenía credibilidad ante las cámaras”, como resume el periodista Marcel·lí Joan, fue el único que destacó en este aspecto, aunque también era un alto eclesiástico y se caracterizaba por trabajar en grupo con las personas más necesitadas  en parroquias trabajadoras como las del barrio de Llefià, en Badalona, y la de Sant Isidre, en Hospitalet de Llobregat.

“Se convirtió en una fuente de diálogo con la sociedad civil”, sostiene Joan, que durante su intervención recordó una situación que siguió tensando su relación con el cardenal y arzobispo de Barcelona Ricard Maria Carles (1926-2013): “Cuando ETA declaró la tregua en 1998, Arnaldo Otegui fue invitado a un escenario celebrado en Barcelona, y Carrera se ganó las críticas del cardenal”, puntualizó.

"No podemos obviar la crisis que se produjo en el seno de la curia de Barcelona, en el año 2000", continuó Marcel·lí Joan. Una crisis, en ese sentido, que representó la parte más oscura de la vida de Monseñor Carrera. “Él dimitió como obispo, pero siguió desempeñando humildemente su labor mientras otro, en su lugar, se habría marchado a casa intentando llevarle la contraria al cardenal Carles”, reconoció Joan. Una acción que Carrera desarrolló, también, cuando el cardenal Lluís Martínez Sistach tomó las riendas del Arzobispado de Barcelona, en 2004.

Puntal de la sociedad civil y "casi el único autor del documento Raíces cristianas de Cataluña", en palabras del obispo Jaume Camprodon (1926-2016) y recogidas por Marcel·lí Joan, el eclesiástico era, definido por Antoni Bassas, "más que un obispo".