El cristianismo no es provocación Ideas sobre una religión decepcionante
No hay un milímetro de coincidencia entre Jesús y los totalitarismos.
![Decepcionante](https://www.religiondigital.org/2025/02/09/Decepcionante.jpg?hash=04457939c9763ce3ff082edfa54cea7d96fd0b43)
Poco se predica sobre lo que supuso para las familias de quienes le siguieron, el abandono de sus casas y sus oficios que aquellos hermanos, hermanas, hijos, sobrinas, hicieron para ir tras un predicador sin futuro, un transgresor obstinado, en una escuela de andariegos sin techo y sin destino. No han aparecido ni para el entierro de su padre.No han venido a despedirse de nosotros. Ahí, junto a la orilla, dejaron las barcas, las redes y todo lo que le daba un sustento a esta familia, y se fueron a tocar gente impura y enferma, pero por dios en qué cabeza cabe todo esto.
Poco se escribe sobre lo que significó que Saulo, hombre con todas las credenciales para ser considerado un religioso confiable y ortodoxo, de sana doctrina y recto proceder, fiel defensor de los valores tradicionales, de las enseñanzas de toda la vida, un día se hiciera uno más de aquel movimiento sospechoso, dejando atrás sus estudios en la escuela más prestigiosa de la zona, y convirtiéndose en un divulgador de ideas raras y peligrosas, en las que ya no se sabe quién es quién. Ahora cree unas cosas que aquí nunca hemos creído. Ha perdido el rumbo, qué lástima, era una promesa para la teología. Se le ha metido en la cabeza que podemos juntarnos con los de fuera, que podemos hasta comer con ellos.
El cristianismo, desde el minuto 1 provocó vergüenza, reclamo, prejuicio, intolerancia. Pero ojo, el cristianismo no es provocación, ni esas reacciones son su objetivo, ni su propósito, ni su ideal. Solo personas con una sospechosa necesidad de exhibir su apatía social predicarían que seguir a Jesús implica hacer todo lo posible por convertirte en alguien "funado", "cancelado". Buscar el escarnio o el martirio no tiene nada de cristiano. Está de moda entre la ortodoxia victimizarse por motivos religiosos, cosa que suele distraer la atención de las verdaderas víctimas de segregación, exclusión, violencia y barbarie. Para los vulnerables, a diferencia de los apologetas, el mundo es mucho más que un meme.
Entonces, ¿De dónde viene esa reacción odiosa, esa respuesta tosca y a veces agresiva contra la fe? Bueno, si la fe es genuina, viene de la amenaza que significa para quienes viven de las ventajas que les otorga una posición sostenida en la injusticia y la desigualdad. Imagina un mundo en el que todos los amos (amos oficiales de la antigüedad o amos modernos de las maquilas) trataran a sus subalternos como Pablo pide a Filemón tratar a su siervo. Imagina un mundo en el que los creyentes políticos o empresarios salieran de sus misas a actuar como Zaqueo al salir de aquella comida. Imagina un mundo en el que los religiosos profesionales trataran a los de fuera de la iglesia como... como el cristianismo del nuevo testamento trata a los de fuera. Imagina un cuerpo de Cristo en la que las mujeres tuvieran el lugar que tuvieron en el movimiento de Jesús. Otro mundo.
Pero el cristianismo no es una amenaza por su fuerza física sino por su fuerza afectiva. Su oferta no es terquedad ni protesta, sino una forma de juntarse y convivir. No es una contracultura en el sentido modernista de la palabra (Hay que ver cómo les gustan a los antimodernistas los conceptos modernistas!), de exhibir unas convicciones para plantarse en oposición a lo que consideran amenaza - porque odian a Marx pero le siguen - sino que es una alternativa que ofrece un sentido, una esperanza y una plenitud que ninguna oferta religiosa, política, económica, ideológica, puede ofrecer. No es un enfrentamiento, sino una apertura de mirada que evidencia que ciertas promesas no son más que un espejismo.
Por eso, cuando la fe no es genuina, cuando es apenas un pretexto para dejar salir la propia incapacidad, el desprecio no resuelto, la superioridad enfermiza, el afán de control, reconocimiento y estatus, entonces la reacción contraria no es fruto de un "odio a los valores" ni una "campaña contra la gente decente" sino un sacudirse el fastidio que provocan las imposiciones, las intolerancias, las tiranías.
En un mundo en el que hay que explicar que no hay un milímetro de coincidencia entre Jesús y los totalitarismos, en el que hay que decir que el amor al prójimo no tiene ningún orden de prioridades que justifique la xenofobia y el exterminio, en el que hay que recordar que el lugar central de viudas, huérfanos y forasteros no es una idea woke sino el núcleo de la alianza entre israel y Yhwh, está bien saber que hacer las opciones de Jesús puede traer cierto desprecio, pero no vendrá de las calles, ni de las personas que están buscando un lugar que nunca han tenido, sino que vendrá principalmente de los templos y las procesiones. Como en el minuto 1.
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